Trump internará en Guantánamo a los europeos en situación irregular

Mónica Pérez
m. pérez MADRID / COLPISA

INTERNACIONAL

Vista del centro de Guantánamo, con tiendas instaladas para migrantes
Vista del centro de Guantánamo, con tiendas instaladas para migrantes U.S. Navy / AFN Guantanamo Bay Pub | REUTERS

La Casa Blanca quiere iniciar el traslado a partir de esta semana de foráneos sin papeles o que hayan cometido un delito, incluidos los de países aliados como Francia, Alemania, Italia, Bélgica o el Reino Unido

12 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El Gobierno de Estados Unidos se prepara para el traslado potencial de miles de extranjeros en situación ilegal a la base militar de Guantánamo, en Cuba, en un proceso que incluiría a ciudadanos europeos de Gobiernos aliados como Alemania, Francia, Italia o el Reino Unido. El plan inicial prevé ingresar a 9.000 personas en el centro de detención con peor reputación del país, utilizado en el pasado para encerrar bajo condiciones muy dudosas a presuntos terroristas yihadistas.

La Administración Trump quiere comenzar las transferencias de inmediato —en menos de una semana— ante la creciente saturación de los lugares de internamiento repartidos por el país debido a las numerosas detenciones de inmigrantes. No obstante, el Departamento de Estado ha mostrado su preocupación por las repercusiones que el plan tendrá en las relaciones con países tradicionalmente amigos que, además, nunca han puesto objeciones a recibir deportados de su misma nacionalidad.

Los vuelos a la base caribeña podrían comenzar de inmediato. El medio Politico informa que ya hay un primer contingente de 800 europeos con billete de ida expedido por las autoridades antiinmigración. Entre ellos se encuentran un austríaco, 100 rumanos y 170 rusos. La idea es que todos los detenidos permanezcan internados en Guantánamo durante un tiempo variable antes de ser expulsados a sus países de origen.

En el caso de los aliados estadounidenses, algunos diplomáticos nombrados por Washington abogan por evitar el paso por el complejo cubano y deportar a la gente de forma directa a los lugares de procedencia para no generar conflictos. Todavía no está claro que la petición vaya a aceptarse y ni tan siquiera que el Departamento de Inmigración notifique el destino de los arrestados a sus gobiernos. Trump quiere comenzar sin ninguna dilación el operativo, más aún después de haber instado este lunes al ICE, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, a que intensifique las redadas contra los sin papeles y realice 3.000 detenciones diarias.

El presidente de EE.UU. quiere usar el oscuro y tétrico pasado de Guantánamo, sometido a un vacío legal que propició numerosas denuncias por torturas en lo más álgido de la lucha contra el terrorismo integrista, para amedrentar a los migrantes. Y no es la primera vez que lo hace. Después de enviar a miles de latinoamericanos a la cárcel de máxima seguridad de El Salvador, los foráneos sobre los que ahora el Ejecutivo pone la lupa proceden de un amplio número de destinos europeos.

Según la información que ha obtenido The Washington Post, entre ellos figuran oriundos del Reino Unido, Italia, Francia, Alemania, Irlanda, Bélgica, Países Bajos, Lituania, Polonia y Turquía. El procedimientos incluye además a personas huidas de zona de conflicto como Ucrania, invadida por Rusia, y Haití, donde la violencia armada de los pandilleros ha forzado la huida precipitada de miles de ciudadanos.

Todavía se desconoce si la Administración republicana informará a los respectivos gobiernos cada vez que uno de sus naturales acabe en Guantánamo, aunque los funcionarios gubernamentales que han filtrado los datos lo creen poco probable. El rotativo coincide en que llevarse a ciudadanos de países aliados al centro de detención caribeño sin antes avisar a sus ministerios de Exteriores u ofrecerles la posibilidad de una deportación puerta a puerta puede generar un importante conflicto diplomático con las naciones amigas. En especial, con algunas tan próximas como la británica, con cuyo primer ministro, Keir Starmer, el presidente estadounidense mantiene mejores relaciones que con otros líderes del Viejo Continente.

La intención del republicano consiste, según estas fuentes, en recluir en la base a personas que se encuentren en situación ilegal en EE.UU. y, en especial, aquellos que han cometido un delito. Los preparativos incluyen someter a los primeros 9.000 inmigrantes a exámenes médicos en los próximos días para conocer su estado de salud antes de desplazarlos a las instalaciones cubanas. El presidente quiere convertir el lugar en una colonia de reclusión para 30.000 personas.

La base naval cuenta con 112 kilómetros cuadrados. Bush la acondicionó como lugar de detención en el 2002 en su lucha contra el «terrorismo global» y a partir del 11S se convirtió en una prisión que llegó a tener 780 detenidos por su vinculación con el yihadismo. Aunque Joe Biden prometió cerrarla en la pasada legislatura por su pasado y elevado coste, no llegó a hacerlo. Situada a 320 kilómetros de Haití, habilitó una zona separada de la cárcel para terroristas con el fin de recibir a los haitianos que escapaban del horror de las bandas mientras se tramitaba su acogida, rechazo o traslado a un tercer país.

Como ejemplo de su infernal historial, Amnistía Internacional denunció en el 2022 que allí seguían presos 39 hombres, de los cuales 13 se hallaban en situación de prisión indefinida y 14 estaban encerrados en una especie de limbo, sin ninguna acusación formal.

En febrero la base ya acogió a 178 migrantes temporalmente detenidos. Desde entonces, ha recibido hasta 500 internos en distintas etapas, que han ido y venido de la misma manera que el Ejército ha montado y desmontado tiendas de campaña. Sobre el lugar pesa una demanda colectiva federal presentada en Washington donde se señala que 70 migrantes viven arrestados en condiciones precarias.