Una comuna suiza prohíbe bañarse en una piscina municipal a ciudadanos extranjeros para «mantener un entorno tranquilo»

Iago García
I. GARCÍA LA VOZ

INTERNACIONAL

Piscina municipal de la comuna suiza de Porrentruy.
Piscina municipal de la comuna suiza de Porrentruy. GOOGLE MAPS

El Ayuntamiento de Porrentruy limita a ciudadanos suizos y a aquellos con permiso de trabajo el baño. Las autoridades toman la decisión por «comportamiento inapropiado y falta de civismo». Los turistas franceses que suelen acudir a la zona están «preocupados»

08 jul 2025 . Actualizado a las 13:30 h.

El municipio, o comuna, como se denomina a la entidad territorial más básica en Suiza, de Porrentruy, es un bonito lugar al noroeste del país, haciendo frontera con Francia. El trasiego de turistas con la llegada de las altas temperaturas se hace patente aquí cada verano. Y este no ha sido una excepción. Además de visitar el casco histórico de esta localidad ubicada en el cantón del Jura, entre los reclamos del lugar está una piscina al aire libre, lógicamente muy demandada para refrescarse y darse un chapuzón cuando el calor aprieta. Sin embargo, aunque apenas acaba de estrenarse la temporada estival de estas instalaciones al aire libre, el Ayuntamiento ha informado de que más de veinte personas han tenido que ser expulsadas en tan solo unos días «debido a un comportamiento inapropiado, incivilidad e incumplimiento de las normas». Una actitud molesta que no solo ha colmado la paciencia del resto de bañistas, en una historia que recuerda a la del niño turolense que decía que cuando iba a la piscina «la tranquilidad es lo que más se busca». Las autoridades también se han hartado y han decidido tomar la decisión de prohibir el acceso a la piscina a todos aquellos que no tengan la nacionalidad suiza, sean titulares de un permiso de residencia en el país o tengan un permiso de trabajo válido. 

Según el comunicado de la Unión Intercomunitaria del Distrito de Porrentruy (SIDP) y el Ayuntamiento de Porrentruy, la decisión se toma por la «altísima asistencia a la zona en los últimos días» y se pretende evitar «poner en peligro a los usuarios que acuden a la piscina exterior para disfrutar de un momento de relax y frescor». La medida, considerada «excepcional», estará en vigor hasta el próximo 31 de agosto y se hace un llamamiento a todos los usuarios para que la piscina «sea un lugar abierto y de relax, pero respetuoso con las normas de convivencia».

Acusaciones de turismofobia

La prensa francesa, como Le Parisien, no ha tardado en hacerse eco de una norma que consideran discriminatoria para todos los turistas que por estas fechas acuden a Porrentruy. Inevitablemente, cualquier otro ciudadano extranjero, se ve también afectado por una decisión para la que según declaraciones de Lionel Maitre, responsable de las políticas de ocio de de la Unión Intercomunitaria del Distrito de Porrentruy (SIDP), no hay vuelta atrás. «Tenemos una piscina con capacidad para mil personas que recibe demasiadas solicitudes, por lo que queremos dar prioridad a la gente local que paga sus impuestos aquí», detalló al respecto en Franceinfo. Puso como ejemplo para motivar la decisión «personas que no escuchan las instrucciones, que molestan a las chicas, que se pelean con los agentes o incluso nadan en ropa interior».

Philippe Eggertswyler, alcalde de Porrentruy, alejó la polémica de nacionalidades concretas, señalando que bajo ciertas circunstancias los que vengan del país vecino también tendrán derecho a ponerse a remojo: «Un francés que venga de vacaciones y presente un permiso de residencia turística podrá venir a nadar». Además, fuentes municipales no descartan que la prohibición se anule si la masificación se reduce y el civismo vuelve al agua.