Los autores de la tala del «árbol de Robin Hood», condenados a cuatro años en Reino Unido: «La misión de dos idiotas»

I. G. LA VOZ

INTERNACIONAL

Daniel Graham (izquierda) y Adam Carruthers (derecha) junto al «Sycamore Gap» que talaron. Durante el jucio no admitieron ser los autores del arboricidio, pese a que las pruebas contra ellos fueron determinantes para la jueza.
Daniel Graham (izquierda) y Adam Carruthers (derecha) junto al «Sycamore Gap» que talaron. Durante el jucio no admitieron ser los autores del arboricidio, pese a que las pruebas contra ellos fueron determinantes para la jueza. REUTERS | POLICÍA DE NORTHUMBERLAND

Con esas palabras se refirió la Fiscalía en el juicio a la muerte del árbol más fotografiado del país, un arce sicómoro de unos 150 años de antigüedad que crecía junto al Muro de Adriano, el que construyó el emperador romano para delimitar la provincia de Britania. Para la jueza, el ataque fue premeditado y los manda a prisión

16 jul 2025 . Actualizado a las 17:40 h.

«El único móvil fue la estupidez de dos borrachos», es el argumento que la defensa de Daniel Graham y Adam Carruthers empleó en un tribunal de Newcastle, al norte de Inglaterra, para que ambos hombres no fueran condenados por acabar con la vida del árbol más famoso de su país, el Sycamore Gap. Árbol del año de Inglaterra en 2016, la silueta de este imponente arce sicómoro era una atracción para todos los visitantes del Parque Nacional de Northumberland. Se le conocía también desde 1991 como el «árbol de Robin Hood», por haber enmarcado Kevin Costner con él la película con ese mismo título. Hasta fue a crecer en un lugar icónico, justo al lado del muro con el que el emperador romano Adriano delimitó en su día los límites de Britania. Una historia que quedó truncada, o más bien talada, en septiembre de 2023, cuando los dos acusados ejecutaron su plan.

«Pura bravuconería», según la jueza

Las razones por las que Graham y Carruthers, de 39 y 32 años, condujeron en medio de una tormenta desde sus casas en Cumbria, al norte del país, recorriendo 50 kilómetros para ejecutar la tala, no han sido aclaradas en sede judicial. «Esa es posiblemente la mayor frustración que siente la gente. Porque si hubiera una razón obvia, si hubiera un rencor evidente, la gente podría entenderlo», dice a The Guardian el inspector de la policía de Northumberland, Calum Meikle. «No creo que comprendieran del todo la enormidad de sus actos», añade.

La jueza Lambert, que ha condenado a los responsables a cuatro años y tres meses de cárcel, hizo caso omiso a la supuesta ebriedad de los implicados o a su intento de relacionar los hechos con una enfermedad depresiva. Acabar con este «símbolo de la belleza salvaje», tuvo un «alto grado de planificación y preparación», señala la jueza, que al leer la sentencia, según recoge la agencia Efe, dijo textualmente: «Estoy segura de que un factor importante (de la tala) fue la pura bravuconería». Ambos autores fueron calificados como «cirujanos de árboles experimentados». «La tala del árbol demostró habilidad y requirió acciones deliberadas y coordinadas. No fue el trabajo de alguien cuyas acciones se vieron significativamente afectadas por la bebida», indicó.

Y es que los arboricidas, además de Carruthers emplear una motosierra para segar el tronco, grabaron imágenes de unos hechos que conmocionaron a todo el país. Cuando fueron detenidos, estar en posesión de ese vídeo en sus móviles y guardar en el maletero del Range Rover en el que viajaron las herramientas utilizadas, fueron las pruebas que demostraron su culpabilidad en un acto delictivo al que se referían en mensajes entre ellos como «salvaje» y que se haría «viral». 

El tocón del arce está rebrotando
El tocón del arce está rebrotando DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

Daniel Graham y Adam Carruthers saldrán de prisión cuando hayan cumplido un 40 % de sus penas, al encontrarse el primero en prisión preventiva desde diciembre y el segundo desde el mayo. Sycamore Gap, dos años después, se resiste a desaparecer. Del tocón que quedó del conocido ejemplar han salido esperanzadores rebrotes. Aunque ninguna persona de las que estamos leyendo hoy esta noticia volveremos a admirarlo con el esplendor que había adquirido antes de ser talado.