Juan Pablo García, enfermero: «Si la garrapata se extrae entre las 24 y las 36 horas posteriores a la picadura, no suele haber problemas»

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

EL BOTIQUÍN

Juan Pablo García, vocal del Colegio de Enfermería de A Coruña
Juan Pablo García, vocal del Colegio de Enfermería de A Coruña MARCOS MÍGUEZ

El especialista alerta sobre las picaduras de medusa, que aparecen con más frecuencia por el aumento de la temperatura del agua

24 jul 2025 . Actualizado a las 14:46 h.

Aumento de los viajes, de las actividades al aire libre y de las temperaturas. No son pocas las urgencias a las que deben hacer frente los equipos de enfermería en estas fechas. Juan Pablo García, vocal del Colegio de Enfermería de A Coruña, explica cómo actuar en situaciones propias de esta época, como picaduras de insectos, fanecas y medusas. Además, advierte del incremento de traumatismos por zambullidas que se está dando en los últimos años. 

—¿Qué emergencias son más frecuentes en esta época estival?

—Sobre todo, picaduras. Se incrementan mucho por el aumento de las temperaturas y porque hacemos muchas más actividades al aire libre. También los golpes de calor. 

—¿Picaduras de insecto?

—Sí, aunque no son las únicas que vemos, porque también se dan de escarapotes en la playa o incluso de medusas. Por el aumento de la temperatura del agua, ahora en Galicia, que antes no estábamos acostumbrados porque son más típicas del Mediterráneo, las vemos con más frecuencia. No podemos olvidarnos de las de serpientes, aunque no suelen ser las más habituales. En la comunidad hay un especie que tiene más veneno, que es la víbora hocicuda, pero son mínimas. 

—¿Cuáles son las más frecuentes a la hora de hablar de picaduras de insecto?

—Lo que más vemos es de avispas y abejas. En este caso, hay que retirar el aguijón para evitar que siga emitiendo toxinas. Podemos intentar quitarla con una pinza y si no, una tarjeta que tengamos por medio de un arrastre, a nivel de la piel. Si no somos capaces lo dejamos y podemos esperar a ver qué sucede, pero en principio, lo mejor es quitarla. Luego, intentar salir de la zona donde nos ha picado el insecto, lavar con agua y jabón, y aplicar frío. No directamente hielo, sino con un paño o con algo habilitado para hacerlo. Después sí se puede aplicar una crema de corticoides, pero si la reacción resulta grave, ahí tendríamos que acudir a un centro sanitario o llamar al 112. 

—La reacción en la piel es normal, ¿no? No debería alarmarnos. 

La sensibilidad a una picadura de insecto se puede manifestar de diferentes maneras, desde una reacción local hasta una alérgica grave. Las locales suelen ser comunes, a todo el mundo les sucede. Puede incluir dolor, enrojecimiento, hinchazón, picazón, ardor, entumecimiento y hormigueo en la zona de la picadura. Pero sí hay personas que pueden experimentar una reacción alérgica más grave e incluso llegar a sufrir una anafilaxia, que puede poner en peligro tu vida y requiere atención médica inmediata. 

—¿Cuáles serían los síntomas que requieren llamar al 112 o hacernos acudir a un centro médico?

—En caso de que se presentan síntomas como dificultad para respirar, hinchazón de la cara o la boca, mareos, desmayos, náuseas, vómitos, etcétera. Es necesario llamar al 112 o acudir a un centro sanitario cuanto antes. Mucha gente ya sabe que es alérgica y lleva consigo un kit de adrenalina. Además, aunque una primera exposición puede producir una reacción leve, se puede complicar si son repetitivas, por eso hay que evitar la zona o prevenir que no nos piquen más. 

—¿Qué particularidades se dan si la picadura es de garrapata?

—Debemos tener mucho cuidado si vemos una garrapata en nuestra piel. En Galicia no son endémicas, pero sí que ha existido un aumento de las mismas porque también han aumentado el número de animales salvajes en zonas incluso cercanas a las urbanas. Si una persona va a dar un pase por el monte, recomendamos que lo haga en manga larga, pantalón largo, botas o calcetines, tapando las zonas expuestas. Sobre todo, tener precaución con aquellas zonas en las que se dé un mayor contacto con las garrapatas. 

—¿Es peligrosa una picadura de garrapata?

—Normalmente es inofensiva. El problema es que puede transmitir una enfermedad, la de Lyme, por lo que resulta necesario retirarla. 

—¿Cómo hacerlo correctamente?

—Utilizamos unas pinzas de punta fina, acercándonos lo máximo posible a la piel. Hay que tirar suavemente con una presión constante y nunca retorcer o sacudir porque puede dejar partes de la boca en la piel. Luego, lavar con agua y jabón, desinfectar con un antiséptico y luego vigilar. Si aparece enrojecimiento, hinchazón o una lesión que se parece a una diana, hay que consultar al médico rápidamente. A veces, incluso hay gente a la que le pica y se le da antibiótico de forma preventiva. Normalmente, si se extrae entre las 24 y las 36 horas posteriores a la picadura, no suele haber ningún problema. Pero hay que tener cuidado. 

—Entonces sí resultaría preciso revisarse el cuerpo si hemos pasado el día en el monte, por ejemplo. 

—Sí. Tampoco debemos caer en alarmismos, pero si detectas cualquier lesión extraña que aparezca, cualquier punto rojo o negro que no ha sido habitual en el cuerpo, puede ser una garrapata. Hay que vigilarlo, zonas expuestas sobre todo. Y si se detecta una, extraerla cuanto antes. 

—¿Podemos optar por remedios caseros?

—No, no se recomiendan los remedios caseros. Ni aceite ni vinagre, nada de eso. Retirar con unas pinzas, siempre con la presión suave y constante, nunca retorcer, lavar con agua o jabón y usar un antiséptico, clorhexidina (más conocida por su nombre comercial, Cristalmina). Incluso puedes usar un poco de alcohol para desinfectar si no tienes a mano un desinfectante de piel normal, pero eso es lo que se recomienda. Y luego vigilar, claro. 

—Antes me comentaba las picaduras de faneca. ¿Cuándo y cómo suelen picar?

—Suelen picar en marea baja porque están más expuestas. La faneca brava o escarapote, que se llaman así en el norte de Galicia, se encuentran en aguas de poca profundidad. No las vemos y dejan la aleta dorsal un poco expuesta. Cuando te acercas a las rocas o en cenas donde la marea está más baja, las pisas. Suelen decir que pican a última hora, pero no hay ninguna evidencia científica al respecto. 

—¿Si nos pica una faneca, qué debemos hacer?

—Si estamos en una playa, ir a un puesto de salvamento. Si no hay, lavar con el agua del propio mar. Después, lo que recomendamos siempre es un baño de agua caliente. En los puestos de socorrismo ya tienen unos baldes con agua que se calientan a 45 o 50 grados. Se pone el pie en esa agua. Porque el veneno del escarapote se suele inactivar con el calor. Antiguamente también se orinaba en las propias heridas, justamente por eso, por el calor. También debemos retirar el resto de espinas si se han quedado en la herida. El dolor, picazón, inflamación y enrojecimiento es normal. 

—¿Se puede prevenir?

—Sí, recomiendo sobre todo caminar con precaución en aguas poco profundas y arrastrar los pies al entrar en el agua. Usar el calzado adecuado. En zonas rocosas, con marea baja, se recomienda usar escarpines.  

—Si nos encontramos una medusa en la arena, ¿podemos tocarla?

—No, de hecho es uno de los grandes errores. No se deben tocar las medusas que nos encontramos en la arena porque suelen tener toxinas aún. Aunque supuestamente está «muerta», si la tocamos, muchas veces pueden tener restos de células urticantes, que pican. Hay que tener precaución en ese sentido. 

—¿Cómo de frecuente es la picadura de medusa?

—Siempre las hubo, pero ahora sí que existe un aumento de la temperatura del agua y están apareciendo en playas del Atlántico y el Cantábrico, cuando antes no solían verse por estas zonas. Al no estar acostumbrados, solemos cometer el error de tocarlas. Otro tema importante: si nos pica una debemos dirigirnos a la orilla y lavar la zona con agua salada, nunca con dulce porque podría empeorar todavía más la lesión. Luego hay que aplicar un paño de agua caliente para intentar desnaturalizar ese veneno y después frío. 

—Me ha hablado de picaduras, pero ¿qué hay de los traumatismos?

—El aumento de traumatismos en verano es exponencial. Ya no hablo de los graves como los que se dan en accidentes de tráfico, que pueden aumentar por el incremento de los desplazamientos. En los últimos tiempos también han crecido los medulares, lesiones medulares por zambullida

—Por último, ¿qué consejos daría para un verano sin incidencias?

—Hay que disfrutar de la naturaleza, pero con cuidado. Es importante, con las altas temperaturas, hidratarse bien para evitar un golpe de calor. Al igual que evitar las horas centrales del día, proteger a los niños, poner crema solar y evitar el riesgo de exposición durante mucho tiempo. 

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.