Martín Lázaro, oncólogo: «En muchos cánceres de pulmón usamos una pastilla que es más eficaz que la quimioterapia»
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ENFERMEDADES

El experto explica que las terapias de oncología de precisión han revolucionado el tratamiento en tumores como los de pulmón o los melanomas
21 feb 2025 . Actualizado a las 16:42 h.En los últimos años, la oncología de precisión ha revolucionado el tratamiento del cáncer, permitiendo desarrollar terapias más efectivas y personalizadas. Gracias a los avances en este campo, los médicos pueden identificar mutaciones específicas en tumores como los de pulmón o de mama y diseñar tratamientos dirigidos que mejoran la calidad de vida de los pacientes. Con la posibilidad de predecir los resultados de las terapias, se abre una nueva etapa en el tratamiento de las enfermedades oncológicas, marcando un antes y un después en estas patologías que comprometen la vida de las personas.
Desde los anticuerpos biespecíficos, considerados uno de los mayores hitos en este campo, hasta los avances en investigación genética y epigenética para comprender mejor el cáncer, la oncología de precisión avanza día a día. Estos son algunos de los temas tratados en la VII edición del Simposio Nacional de Oncología de Precisión (OncoPrecisión), que se celebra esta semana en Vigo. El doctor Martín Lázaro, jefe de Sección de Oncología Médica en el Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (CHUVI), uno de los coordinadores científicos de esta edición, explica algunos de los avances más relevantes y su impacto en la vida de los pacientes.
—¿Cómo ha evolucionado el campo de la oncología de precisión en los últimos años?
—El conocimiento en biología molecular y el desarrollo en técnicas de diagnóstico nos ha permitido descubrir cómo crecen, cómo se diseminan y se implantan las metástasis y qué vías de crecimiento utilizan los tumores. En algunos casos, esto nos posibilita conocer mejor el pronóstico de la enfermedad, así como los tratamientos que pueden ser más eficaces en un paciente determinado y cuáles no. Esto nos permite seleccionar mucho mejor qué tratamientos van a funcionar en cada persona en concreto.
—El caso paradigmático en este sentido es el del cáncer de pulmón.
—Sí. Hasta hace unos años teníamos unos tratamientos que eran bastante limitados en cuanto a eficacia. Ahora, disponemos de una segmentación en cuanto a características moleculares que permite hacer una selección del tratamiento mucho más específica. En muchos casos, podemos administrar una pastilla que es más eficaz que la quimioterapia como tratamiento. La más conocida es la alteración EGFR, que fue la primera que descubrimos. Pero hoy, por ejemplo, en pacientes que tienen un reordenamiento de ALK, si les damos un fármaco dirigido contra ello, sabemos que a los cinco años, menos del 40 % tienen una recaída o progresión de la enfermedad. Estas son cifras a las que no estábamos acostumbrados, sobre todo en enfermedades avanzadas. Ahora, se ha visto también que si aplicamos el tratamiento después de operar al paciente, hay un beneficio en cuanto a la supervivencia a largo plazo. Este es un ejemplo de cómo se puede desarrollar esta oncología en otros tumores.
—¿Se están realizando ensayos clínicos con este tipo de fármacos?
—Todos los fármacos de los que disponemos salen del desarrollo de ensayos clínicos. En sus primeras fases, van dirigidos a la búsqueda de la dosis adecuada para producir la menor toxicidad posible y luego, se van desarrollando otros para comparar los fármacos con los tratamientos estándar y seleccionar el mejor en cada caso. Actualmente, los ensayos clínicos en este caso van ya dirigidos específicamente al subgrupo de pacientes que presenta esa alteración, ya no van dirigidos a la globalidad de los pacientes con cáncer de pulmón, sino a aquellos que tienen alteraciones concretas. En ocasiones, no solo identifican qué fármaco va a ser más eficaz, sino también ayudan a detectar si en algunos casos la inmunoterapia podría no ser eficaz en ellos, por ejemplo.
—¿Qué avances se han visto en oncología de precisión dirigida a otros tipos de cáncer?
—En el cáncer de pulmón, tenemos ya un porcentaje de pacientes en los que seleccionamos el tratamiento en función de alteraciones moleculares o de la expresión de alguna proteína. Pero hay otros tumores donde también se está implantando cada vez más. El melanoma es un ejemplo. El cáncer de colon y recto también. Y en tumores genitales, poco a poco se van implementando avances. Por ejemplo, se acaban de comunicar hace una semana en el Congreso Americano de Tumores Genitales de San Francisco los resultados de supervivencia global de un fármaco dirigido a una familia que se llama inhibidores de PARP, que va dirigido a pacientes con tumores que expresan esa alteración. En cáncer de vejiga, ya tenemos también algunos fármacos como el Rafitidib, que va dirigido a alteraciones concretas. Sin embargo, aún hay mucho por avanzar. En cáncer de riñón no tenemos todavía un biomarcador.
—¿Cómo acceden los pacientes a estos tratamientos?
—En muchas ocasiones se retarda un poco la indicación de tratamiento de estos fármacos. Pero es cierto que, cada vez más, la Agencia Europea del Medicamento, la EMA, autoriza o propone más indicaciones cuando hay un beneficio claro. Luego, en Galicia tenemos una forma de acceder a fármacos que todavía no están financiados en España. Podemos solicitarlos cuando ya están aprobados por la Agencia Europea de una forma relativamente sencilla y esto es algo de lo que podemos presumir en cuanto a facilidad de acceso a fármacos eficaces.
—¿Las terapias en oncología de precisión se utilizan de manera complementaria con otros tratamientos?
—A veces se pueden usar en monoterapia por sí solos. Por ejemplo, en el cáncer de pulmón ALK positivo, usamos un fármaco que se llama Lorlatinib que puede utilizarse solo, o también con quimioterapia. Los anticuerpos biespecíficos se pueden utilizar con quimioterapia también en determinadas alteraciones moleculares. Luego, muchas veces, los fármacos salen al mercado con indicación al principio en monoterapia y luego a veces se va probando su combinación con otros que son eficaces también, siempre buscando que esa supervivencia se prolongue con una calidad de vida buena.
—¿Cómo mejora la supervivencia con estos avances?
—Hoy, se busca que un fármaco que administremos se traduzca no solo en una mejor supervivencia, sino además, que ese paciente no vea deteriorados sus síntomas o disminuida su calidad de vida por la aparición de muchos efectos adversos. Buscamos que la calidad de vida se mantenga o que mejore derivado de que mejoramos la evolución de la enfermedad también.
—¿Se consigue frenar las recaídas mediante estos tratamientos?
—Sí, aunque la mayoría de las veces los empleamos en enfermedad ya avanzada. Pero ya poco a poco se van incorporando también algunos de ellos en la enfermedad que ha sido operada. Es decir, en un paciente operado que tiene una alteración molecular determinada, podemos dar un tratamiento después que va a mejorar las posibilidades de curación. Lo que no tenemos todavía son fármacos en cuanto a prevención primaria, es decir, que eviten la formación o el desarrollo de un cáncer en una persona que tenga riesgo.
—¿Cuáles son las principales líneas de investigación en oncología de precisión actualmente?
—Se está avanzando en la identificación de células circulantes tumorales, de la presencia de ADN circulante que sea de origen tumoral y que se pueda determinar simplemente con un análisis en sangre. Un análisis un poco más complejo de lo habitual, evidentemente, pero que nos permita observar cómo va ocurriendo la alteración molecular, si aparece un mecanismo de resistencia, para que nos podamos adelantar a que la enfermedad progrese y que eso se traduzca en beneficio al paciente.
—¿Esto podría reemplazar las biopsias de tejido tumoral?
—No es exactamente así. De momento, la biopsia es fundamental, porque nos va a decir cómo está la arquitectura del tejido tumoral y su relación con los órganos de alrededor y el tejido circundante. Pero la analítica sí que nos ayuda a veces a encontrar alteraciones sin necesidad de hacer una biopsia. Es decir, si encontramos esa alteración en una biopsia líquida, estaríamos evitando al paciente la necesidad de hacer una toma de biopsia por vía quirúrgica.
—¿Qué mensaje le gustaría transmitir a los pacientes oncológicos?
—Les diría que hay muchos motivos para tener esperanza, porque la oncología se está desarrollando intensivamente en cuanto al conocimiento del crecimiento de los tumores. Esto va a facilitar que se puedan beneficiar y tengan mejores posibilidades de curación y de supervivencia, con una menor incidencia de efectos adversos. Y les diría que confíen en sus oncólogos porque, afortunadamente, en España que tenemos muy buenos servicios de oncología médica.