«Ya he vivido esto antes»: qué es el «déjà vu» y por qué se produce este «fallo» en nuestro cerebro

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

Cerca de dos tercios de las personas experimentan dèjá vu en algún momento de sus vidas.
Cerca de dos tercios de las personas experimentan dèjá vu en algún momento de sus vidas. iStock

Si sucede esporádicamente es algo que no debe alarmarnos, pero este fenómeno también es signo de enfermedades neurológicas y psiquiátricas

02 ago 2023 . Actualizado a las 17:19 h.

Seguramente casi todos los lectores de este texto hayan experimentado alguna vez esa extraña sensación de encontrarse en un sitio que nos resulta familiar. O que estamos viviendo algo que es como si ya lo hubiésemos vivido. Pero, realmente, sabemos que nunca habíamos estado ahí, o que es imposible que hayamos experimentado la misma situación porque esa persona la hemos conocido hoy. La sorprendente sensación de familiaridad, junto con la comprensión de que es una novedad. Este tipo de fenómeno se define como déjà vu que, literalmente, significa «ya visto» en francés. 

«Es extraño y ya llamó la atención de los científicos hace siglos. Fue objeto de atención de la psiquiatría centro europea de la segunda mitad del siglo XIX», indica José María Ruiz-Vargas, catedrático emérito de Psicología de la Memoria en la Universidad Autónoma de Madrid. «Hubo grandes debates entre los psiquiatras. Unos decían que era un problema o alteración de la percepción, otros de la memoria... Sobre todo, ellos lo que más insistían era que esto era una alteración de la memoria, una paramnesia», añade. 

Qué es el dèjá vu 

La literatura sobre la experiencia del dèjá vu es extensa y se remonta a siglos atrás. Concretamente, a finales del 1800 empezaron a surgir muchas teorías. La gente pensaba que se podía tratar de algún tipo de «problema» cerebral o una disfunción mental. Pero su investigación tardó mucho más en llegar al ámbito de la ciencia. Uno de los autores que más destacan en ese ámbito es Alan S. Brown, profesor de psiquiatría y epidemiología en el Centro Médico de la Universidad de Columbia, en el Instituto Psiquiátrico del Estado de Nueva York y en el Colegio de Salud Pública de Mailman. Entre sus numerosas publicaciones destaca A review of the déjà vu experience (Una revisión de la sensación de dèjá vu), publicada en el 2003, cuya coautora es Anne Cleary, profesora de la Universidad Estatal de Colorado y otra gran especialista sobre el fenómeno. 

«A principios de este milenio, un científico llamado Alan Brown decidió realizar una revisión de todo lo que los investigadores habían escrito sobre el dèjá vu hasta ese momento. Gran parte de lo que pudo encontrar tenía un sabor paranormal, relacionado con lo sobrenatural, cosas como vidas pasadas o habilidades psiquiátricas. Pero también encontró estudios que encuestaron a personas normales sobre sus experiencias de dèjá vu. De todos estos documentos, pudo obtener algunos hallazgos básicos sobre el fenómeno», explica la propia Anne Cleary en un artículo publicado en The Conversation. Dada su rareza, la mayor parte de la información se ha recopilado a través de encuestas. En unos estudios llevados a cabo por Brown en los años 2003 y 2004, dos tercios (67%) de los encuestados confesaron haber experimentado un déjà vu, con una incidencia más alta entre los adolescentes y los veinteañeros, disminuyendo constantemente con el aumento de la edad. Además, según sus datos, la experiencia ocurre más a menudo entre personas más educadas, más liberales (políticas/religiosas) y más viajadas, y no está relacionada con el género o la raza. 

En realidad, la definición que se sigue manteniendo a día de hoy procede de ese debate entre psiquiatras que, según Vargas, se llevó a cabo a partir de la segunda mitad del siglo XIX: el dèjá vu es una paramnesia. «Una perturbación de la memoria. Es un proceso neurológico donde no funciona adecuadamente, de una forma transitoria, los circuitos de la memoria. Digamos que se solapan o que están activos al mismo tiempo procesos de la memoria a corto plazo con los de la memoria a largo plazo y eso, lleva a una interpretación errónea de la situación actual atribuyéndole la categoría de un recuerdo diferido», explica Javier Camiña, neurólogo vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN). 

Pero ¿por qué se produce? «En general, puede darse algún patrón o circunstancia en el estímulo que estamos viendo, por ejemplo, que nos recuerda a otras situaciones en las que hemos estado. Y digamos que en ese solapamiento entre un circuito y otro, el cerebro toma decisiones de una forma muy rápida y le atribuye una característica diferente. Por eso, uno tiene esa sensación de que ya ha vivido esa situación o de que ya ha visitado ese espacio. Tiene una cierta familiaridad con la situación que está viviendo», responde Camiña.

Desde el punto de vista de la psicología, Vargas lo explica de la siguiente forma: «Lo que está provocando esa sensación de quedarse asombrado ante una situación que le resulta que ya ha vivido antes es la familiaridad. Cuando entro en mi casa, siento familiaridad. Esto forma parte del funcionamiento de la memoria cotidiana. Pero en el reconocimiento, se da sensación de familiaridad y a continuación, hay una recuperación en mi memoria. Lo que ocurre en el déjà vu es que lo único que aparece es el primer componente y además, esa sensación de familiaridad es falsa». Es decir, en psicología de la memoria la sensación de familiaridad y el proceso de recuperación (sea en forma de recuerdo o de reconocimiento) son dos fenómenos que habitualmente funcionan de una forma coordinada, pero en ocasiones pueden disociarse o funcionar con independencia el uno del otro, produciéndose fenómenos como este. 

Su relación con enfermedades neurológicas y psiquiátricas

Es un fenómeno habitual que, si sucede de manera espontánea, no requiere preocupación alguna. No obstante, el dèjá vu también es síntoma de algunas enfermedades neurológicas y psiquiátricas. «Algo que sea breve y aislado es un proceso puntual y no lo relacionaríamos con una patología. Otra cosa es si después de ese fenómeno aparecen síntomas nuevos, como una crisis epiléptica o que después exista una desconexión con el entorno o que pueda haber movimientos involuntarios. Todos esos signos nos orientarían a una epilepisa», amplía el doctor.  

Vargas recoge en su libro que el neurocientífico suizo Pierre Gloor, profesor de la Universidad McGill en Montreal, «observó que los pacientes con epilepsia intratable del lóbulo temporal son muy propensos a 'fenómenos experienciales' cuando sufren una crisis espontánea o cuando se les estimulan eléctricamente las estructuras del lóbulo temporal (en concreto, el sistema límbico). Tales experiencias forman parte del 'aura epiléptica' y consisten en alucinaciones o ilusiones visuales y auditivas, flashbacks de memoria autobiográfica e ilusiones de familiaridad (como el dèjá vu), y todo ello cargado de fuertes emociones relacionadas con el pasado del paciente». Pero no es la única patología que se relaciona con este fenómeno, también la esquizofrenia. «Los pacientes de esta enfermedad también lo pueden tener como un síntoma», añade Camiña. 

Está relacionado con el estrés, la ansiedad y el cansancio 

Las experiencias dèjá vu de los pacientes de epilepsia o esquizofrenia nada tienen que ver con las que tienen las personas sanas. Con todo, sí se puede incrementar la probabilidad de que este fenómeno suceda si nos encontramos ante situaciones de estrés o ansiedad. «Digamos que cualquier circunstancia que pueda sobrecargar el cerebro, lo favorece. En este caso, el estrés y la ansiedad también generan síntomas de disociación. Una interpretación de la realidad donde se cometen errores de percepción», indica el neurólogo.

De hecho, el doctor compara la disociación con el fenómeno del dèjá vu. «Digamos que si separo los planos de la realidad, diferencio o me desoriento en espacio o tiempo, o no tengo atención plena, que es una sensación habitual en personas que sufren disociación, puede ocurrir esto. Por ejemplo, en una situación de shock emocional, una persona que presencia algo muy impactante, que a lo mejor sabe dónde está pero no el tiempo en el que está ocurriendo o no es capaz de prestar atención a otros estímulos del entorno, es relativamente parecido. El cerebro está sufriendo un funcionamiento no integrado de todo lo que ocurre. Si suceden varias entidades en paralelo, el cerebro no sabe a cuál obedecer o cómo integrar toda la información». 

Además, más allá del estrés y la ansiedad, Camiña añade que otra situación en la que es más frecuente que se pueda dar un dèjá vu es en las primeras fases del sueño. «Hay personas que cuando se van a dormir experimentan esa sensación u otro tipo de alucinaciones hipnagógicas. Son todos esos procesos donde el cerebro, en este caso cuando se va a dormir, por los cambios que ocurren de la vigilia previa al sueño, comete, por así decirlo, "despistes". Se da esa sensación breve, fugaz y transitoria que genera esta confusión».

«Desde el siglo XIX, existen incontables informes en los que se asocia el dèjá vu con la falta de sueño, el hambre, la pena o el agotamiento físico y mental. Así, el psicólogo británico Edward Titchener, profesor de la Universidad de Cornell y fundador del Estructuralismo, escribió en 1924 que 'lo más frecuente es que ocurra tras períodos de estrés emocional o en condiciones de fatiga mental extrema'», recoge Vargas en su libro La memoria y la vida (Debate, 2023). 

Las últimas investigaciones 

El equipo de investigación de la Universidad Estatal de Colorado (Estados Unidos), dirigido por Anne Cleary, concluyó que el dèjá vu podría llegar a explicarse a través de un mecanismo denominado familiaridad Gestalt. Esta defiende que este fenómeno puede ocurrir cuando hay una semejanza espacial entre una escena actual y otra no recordada en la memoria. De acuerdo con esta hipótesis, si no viene a la mente esa situación anterior, es posible que te quedes solo con un fuerte sentimiento de familiaridad por la actual.

«Imagine que está pasando por la enfermería en un una unidad de hospital en su camino a visitar a un amigo enfermo. Aunque nunca antes has estado en este hospital, te sorprende un sentimiento que tienes. La causa subyacente de esta experiencia de déja vu podría ser el diseño de la escena, incluida la ubicación de los muebles y los objetos particulares dentro del espacio, que tienen el mismo diseño que una escena diferente que experimentó en el pasado», apunta Cleary. Así, para investigar esta idea en el laboratorio, su equipo utilizó la realidad virtual para ubicar a las personas dentro de esas escenas. De esa manera, podían manipular los entornos en los que se encontraban las personas. «Algunas escenas compartían el mismo diseño espacial y, por lo demás, eran distintas. Como se predijo, era más probable que ocurriera un dèja vu cuando las personas estaban en una escena que contenía la misma disposición espacial de elementos que una escena anterior que vieron, pero no recordaron», añade. 

Estos hallazgos sugieren que un factor que contribuye a que se produzca un dèjá vu puede ser la semejanza espacial de una nueva escena con una en la memoria que no se recuerda conscientemente en ese momento. Sin embargo, Cleary matiza que eso no quiere decir que la única causa de que este fenómeno sea el parecido espacial: «Pueden contribuir muchos factores a que una escena o situación se sientan familiares». Y para conocerlos todos, se están llevando a cabo más estudios; para que este fenómeno, deje de ser un misterio.  

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.