Aurelio Rojas, cardiólogo: «Se ha demostrado que el pan integral favorece el perfil lipídico, colesterol y  triglicéridos»

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

Aurelio Rojas es cardiólogo.

El experto asegura que «el 80 % de los casos de enfermedades cardiovasculares son producidas por nuestro estilo de vida»

26 dic 2024 . Actualizado a las 12:53 h.

Aurelio Rojas se formó en el Lenox Hill Hospital de Nueva York. Ejerce en el Hospital Regional Universitario de Málaga, siendo experto en insuficiencia cardíaca, miocardiopatías y prevención cardiovascular. Es miembro de la sociedad cardiovascular andaluza, española y europea, y además divulga a través de redes sociales, donde también predica con el ejemplo mostrando su alimentación, actividad física y algún que otro consejo para gestionar el estrés. Con todo, nos dice al otro lado del teléfono que «no me gusta mucho eso de decir mis cargos profesionales» y que con tal de que mencionemos el hospital en el que trabaja, es suficiente. Como pueden comprobar, no le hemos hecho mucho caso.

—Doctor, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo. ¿Por qué no somos capaces de bajar de esa posición en el ránking?

—Totalmente, y llevamos años intentándolo. Tenemos medicamentos muy buenos y hacemos recomendaciones sobre el estilo de vida que la gente, en la medida de lo posible, intenta aplicar. Pero luego a efectos prácticos parece que no conseguimos reducir esa incidencia ni el número de casos, o por lo menos, no todo lo que nos gustaría. Creo que se nos escapa un área muy importante que es el estrés. Se ha demostrado que los niveles muy altos de cortisol crónico incrementan la incidencia de los factores cardiovasculares como la hipertensión, el sobrepeso, la obesidad y la diabetes. Durante mucho tiempo no le hemos prestado atención y la explicación que tiene en cuanto a incidencia y aparición de problemas cardiovasculares es muy alta.

—En sus redes sociales se declara enemigo público del azúcar y del estrés. Tiene usted trabajo. ¿Cuál es la relación entre estos dos factores y el corazón?

—La importancia del azúcar en nuestra salud no es una cosa que yo diga, ni es algo reciente. Desde hace años sabemos que el consumo elevado y de forma crónica de azúcar, asociado a una inactividad física, se relaciona con sobrepeso, obesidad y aparición de diabetes tipo 2. Todos son factores de riesgo de problemas cardiovasculares, como un infarto, angina de pecho e ictus. El problema es que la presencia de azúcar en los alimentos a veces va enmascarada en ultraprocesados, prefabricados, que tenemos hoy en cualquier supermercado o punto de comida rápida. Con el estilo de vida que llevamos es más fácil consumir estos alimentos que cocinar en casa lo más natural posible. También se engloban aquí las salchichas, el bacon o los embutidos. Si un día tomas una tarta probablemente no te vaya a pasar porque tú mismo tienes mecanismos de compensación para hacer frente a esa cantidad de azúcar en ese momento. Pero si lo haces poco a poco, todos los días y eso se complementa con que tu estilo de vida lleva unos niveles de estrés muy altos y no haces actividad física, puede que a la larga te acabe pasando factura. 

—¿Qué hay del estrés?

—Otro tanto de lo mismo. Creo que al 99 % de las personas a las que les pregunto en consulta si tienen estrés, me dicen que sí. Es una opinión subjetiva, pero creo que todos lo sufrimos. Parece que estos niveles elevados de la hormona cortisol junto con las de adrenalina, no solo producen cansancio, nerviosismo y una sensación de no ser eficiente, si no que parece que son los principales inductores de daño en la pared de los vasos sanguíneos. Este, junto a otros factores como inactividad física o tabaquismo, puede ser causante de infarto agudo de miocardio o ictus. Esos son los dos grandes caballos de batalla de la sociedad de hoy en día con los que más tenemos que combatir, y por eso yo me he declarado enemigo. 

—¿Y cómo combate un cardiólogo el estrés?

—Es muy complicado. Lo ideal sería idealizar en cada caso, buscar los motivos por los que una persona en su vida cotidiana está estresada o no. Pero la mayor parte de las veces es nuestra rutina de trabajo, nos faltan horas en el día para hacer todo lo que queremos hacer y entramos en un estado de estrés constante que luego cuando intentamos dormir bien tampoco podemos porque encima estas hormonas que nos estimulan tanto no nos permiten dormir adecuadamente. El ejercicio físico no es solo fundamental para disminuir los niveles de estrés, sino para controlar nuestro peso, disminuir la resistencia a la insulina y la grasa visceral. Como digo siempre, el ejercicio es la pastilla más barata. Muy importante también, el descanso adecuado.

—¿Cuántas horas debemos dormir?

—Intentaría no dormir nunca menos de seis horas al día, porque durante la noche es cuando se producen la mayor parte de las hormonas que contrarrestan la acción del cortisol y se activan los procesos de regeneración celular y del sistema inmune. Al igual que centrarnos en las cosas que nos hacen despejar la mente y disfrutar. Como leer, que precisamente se ha demostrado que si lo hacemos un poco antes de dormir puede bajar nuestros niveles de estrés hasta en un 70 % y nos ayuda a descansar adecuadamente. 

—Sobre la alimentación, ¿qué opina sobre el pan?

—El pan ha sido uno de los pilares de la alimentación en el mundo. El problema es que a día de hoy no se parece en nada a lo que era. Está muy desvirtuado en el sentido que, el pan que tú o yo compramos en el supermercado de debajo de casa porque seguramente no tengas tiempo de ir a un sitio concreto donde sabes que lo hacen de mayor calidad, son panes procesados, congelados, de harinas refinadas con un contenido elevado de hidratos de carbono de absorción muy rápida que son muy similares al azúcar y a la vez el consumo excesivo con una alimentación que no es la adecuada parece que se puede asociar con sobrepeso, resistencia a la insulina, grasa visceral o diabetes. El pan, cuanto más natural, mejor; de masa madre. 

—¿Por qué?

—Porque en múltiples estudios científicos que el pan que proviene de granos enteros, integral, con todo el grano molido al completo, ha demostrado efectos beneficiosos para la salud. Tanto en el control del peso como en la ayuda a la resistencia a la insulina y diabetes. Incluso favorece el perfil lipídico, el colesterol y los triglicéridos. El problema es que el 80 o 90 % de las personas que comemos pan, no comemos este tipo de pan. Abogo por el de calidad y de grano integral. 

—Existe mucha gente joven que, aún siguiendo pautas saludables, sufre un infarto. ¿Qué explicación existe en esos casos?

—Es difícil. Se estima que el 80 % de los casos de las enfermedades cardiovasculares de hoy en día son producidas por nuestro estilo de vida. Pero existe ese pequeño porcentaje que, prácticamente, no podemos hacer nada aunque nos cuidemos porque pueden aparecer igualmente. Serían problemas genéticos, alteraciones de tu corazón de nacimiento, hipercolesterolemia familiar, o incluso las infecciones que tampoco podemos controlar. Hemos tenido muchísimos casos en el covid, que en ese contexto, tengas una trombosis o un infarto.

El problema que tenemos es que este tipo de infartos en gente más joven, que además suelen hacer bastante deporte, es que los infartos son bastante imprevisibles. Se producen por lesiones trombóticas, coágulos de sangre que se forman sobre lesiones en las arterias que no dan ningún síntoma y son muy difíciles de detectar en algunas ocasiones. En gente joven es algo realmente excepcional, pero es verdad que hay casos. 

—Sobre el colesterol, los niveles que se consideran «saludables» han ido bajando con el tiempo. ¿Por qué?

—Hay una cosa que está muy clara. Existen miles de estudios que confirman que el colesterol es perjudicial. Cuanto más alto, peor, y está asociado no solo con enfermedad cardiovascular, sino con otro tipo de problemas muy importantes como demencia. Gracias al paso del tiempo hemos obtenido cada vez mejores herramientas y tratamientos para poder disminuirlo, y una de las cosas que hemos visto es que cuando una persona ya tiene un problema cardiovascular, cuanto antes bajemos esos niveles y más intensamente lo hagamos, viven más tiempo, mejor y tienen menos probabilidad de sufrir otro evento de este tipo. Por eso, cada cierto tiempo se reúnen expertos científicos y médicos de todo el mundo para estudiar, analizar todos los estudios al respecto y establecen unos niveles de referencia razonables. El objetivo siempre es mejorar su salud o prevenirles un problema en el futuro.

En este sentido, mi opinión es que creo que no hemos sabido incidir en cada caso individual. Es decir, no tenemos tiempo para pararnos con cada paciente y ponerle unas pautas específicas. ¿Qué ejercicio hace? ¿Prefiere esto o lo otro? ¿Cuál es la alimentación que tiene? ¿Qué cambios puede llevar a cabo para mejorarla? Porque antes de recurrir a la terapia farmacológica, podemos incidir en el estilo de vida. 

—¿Es la falta de adherencia al tratamiento otro problema?

—Sí. La adherencia a los tratamientos es uno de los grandes caballos de batalla de la medicina. Son tratamientos que, al fin y al cabo, son crónicos y tampoco reportan ningún beneficio inmediato. Es decir, el paciente no dice: «Ah, pues me estoy notando mejor». Y eso, a veces, también dificulta un poco la adherencia. Eso se suma a que un porcentaje de personas que las toman, sufren efectos adversos. Pero se sufren, se puede recurrir a otro tipo de medicación cuando se consulte con el médico. Y dos, que esos efectos se dan en todos los medicamentos, no solo con las estatinas (las más utilizadas para combatir el colesterol). 

—¿La Navidad nos afecta a nivel cardiovascular?

—En cuanto a estas fiestas, comemos en exceso, bebemos alcohol, que sabemos que también es un estimulante muy potente para el sistema cardiovascular y existe un componente emocional importante. Discusiones en la familia que disparan nuestra adrenalina y eso puede hacer en algunas situaciones que, o bien si somos personas con problemas de corazón o tenemos algún factor predisponente, nos pueda producir un problema. Es el desencadenante. Por ejemplo, en una discusión con tu cuñado el día de Nochebuena esa pequeña plaquita que tenías se puede romper bruscamente y sufres un infarto. Obviamente toca disfrutar de estas fiestas, pero de una manera razonable. 

—A lo largo de la entrevista me ha mencionado el tabaquismo como otro factor de riesgo que nos predispone a sufrir enfermedades cardiovasculares. Hace unas semanas se publicaba el último estudio EDADES, del Ministerio de Sanidad, que confirmaba que nos encontramos en mínimos históricos de fumadores en nuestro país. ¿Cómo analiza estas cifras?

—Sí, es verdad que parece que, sobre todo en gente joven, son cada vez menos fumadores y eso es una cosa muy buena. Sabemos que el tabaco es acumulativo, es decir, cuanto antes se empiece y más cantidad fumes, peor. También influye la calidad, cómo fumes. No es lo mismo tragarse todo el humo que no. Pero ojo, porque tenemos otro problema. Los jóvenes fuman menos tabaco convencional, pero recurren a los vapers.

—¿Son igual de perjudiciales?

—Tenemos bastante evidencia, no solo para saber que todos los aditivos que llevan producen alteraciones a nivel bronquial, también a nivel pulmonar, neumonitis, inflamaciones  y alteraciones en los bronquios. Puede ser prácticamente igual de perjudicial. Todavía es muy reciente y necesitamos más tiempo para poder controlarlo, pero los estudios que tenemos, ya apuntan a eso. Parece inocuo y no lo es. 

—¿Si se deja de fumar, los daños a nivel cardiovascular pueden recuperarse?

 —El tabaco produce efectos terribles a nivel cardiovascular porque inflama las paredes de los vasos sanguíneos y fomenta el desarrollo de esas placas de colesterol, además de destrozar nuestro sistema pulmonar y aumentar la incidencia de muchos tipos de cáncer. Si dejamos de fumar, ese riesgo disminuye drásticamente y de manera progresiva. Cuanto más tiempo vaya pasando ese riesgo va disminuyendo, pero es verdad que siempre queda algo residual. Aunque cada vez que pasa el tiempo, queda más lejano. Pero uno de los principales problemas con las placas de aterosclerosis es que, una vez que se han producido, no las podemos eliminar. 

—¿Cómo se cuida el cardiólogo Aurelio Rojas?

—Creo que con las horas que nos pasamos los médicos en el hospital con las guardias ya se sabe en qué fallamos... (ríe). Personalmente me centro en la gestión del estrés porque en mi vida diaria es uno de los caballos de batalla. Duermo poco, a deshoras y como puedo, lo confieso. Por eso siempre intento, en la medida de lo posible, que sean ocho horas al día. También que mi alimentación sea lo más equilibrada posible con alimentos naturales y luego, aunque mi jornada de trabajo es dura y me cuesta, intento hacer actividad física a diario. 

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.