Las ventajas de planificar el sexo: «Recomiendo preparar a principios de semana el número de encuentros que van a poder tener»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

Planificar los encuentros sexuales puede ser una herramienta útil para reanimar el deseo.
Planificar los encuentros sexuales puede ser una herramienta útil para reanimar el deseo.

Los sexólogos suelen recomendar a las parejas preparar los encuentros para que la espera ayude al deseo a crecer

14 feb 2025 . Actualizado a las 15:16 h.

La espontaneidad en el sexo está sobrevalorada. Este es el mayor secreto a voces en la literatura romántica y en las películas. Cuando vemos en pantalla una escena cargada de pasión, incluso en las que el encuentro obedece a un impulso o un arrebato momentáneo, es en realidad el trasfondo, el contexto y la historia que ha llevado a los personajes a esa situación lo que le da intensidad y potencia. Las miradas previas, los coqueteos o los mensajes han ido escalando hasta provocar esa tensión en la que el desenlace es inevitable.

Planificar el encuentro sexual en pareja puede ser, en este sentido, una oportunidad para explotar al máximo esa anticipación que en la ficción está tan presente. De hecho, muchos expertos en sexología abogan por la intencionalidad de la planificación. Sin embargo, ante la idea de poner el sexo en el calendario, la primera reacción de muchos es escéptica. Exploramos los argumentos a favor de esta planificación y cómo lograrlo sin caer en una rutina o en la sensación de obligatoriedad.

También planificamos las comidas

Generalmente, se asume que la sexualidad es un elemento natural y que, por lo tanto, el deseo surge cuando tiene que surgir. Sin embargo, el sexólogo Roberto Sanz, de la Fundación Sexpol para el Desarrollo de la Salud y del Bienestar Sexual, señala que podemos acomodarlo a nuestros horarios. «Esto ocurre también con la alimentación. Sentimos hambre a ciertas horas porque hemos acostumbrado a nuestro cuerpo a ciertos horarios y ha aprendido a funcionar en base a esas rutinas. Las comidas se ajustan también a nuestros horarios y la biología se rinde a la cotidianidad», asegura. 

Esta planificación permite adelantarse a la necesidad de comer y lo mismo podemos hacer con el deseo, creando espacio para la situación de modo que todo esté preparado para propiciarla. «A menudo, la gente no se da cuenta de hacerlo hasta que identifica como problema alguna situación. Igual que pensamos en qué queremos para el ocio o la vida profesional, a veces debemos preguntarnos qué deseamos en nuestra relación y no pensar que surgirá todo mágicamente», recomienda la sexóloga Norma Ageitos.

De hecho, Sanz asegura que este tipo de estrategias de planificación se utilizan en consulta para motivar el deseo. «Recomiendo a muchas parejas preparar a principios de la semana el número de encuentros que vayan a poder tener, buscando los huecos que haya disponibles», dice.

Mitos versus realidad

Muchos de los mitos que sostenemos en cuanto a la sexualidad se basan en comparaciones que no tienen sentido en nuestro contexto. «A veces, la situación es la entendida como ausencia de sexo o frecuencia baja. Sin embargo, al indagar en ello enseguida se ve que todas estas percepciones son comparativas. Es decir, se piensa en otros momentos vitales o relacionales en los que el contexto era diferente y permitía otras realidades», observa Ageitos.

La idea de que un encuentro sexual tiene que surgir de manera espontánea viene del concepto que la sociedad tiene del deseo sexual. «Lo vemos como algo que "aparece" o no. Seguimos pensándolo desde una mirada muy simplista, como si el deseo fuese un interruptor de encendido y apagado, en lugar de una rueda para subir el volumen», señala la sexóloga.

Por otro lado, persiste la creencia de que si hay que realizar ciertas acciones para propiciar el deseo, entonces, estamos forzándolo. Ageitos propone verlo desde otra perspectiva. «Cambiamos nuestros horarios por nuestras aficiones, nos mudamos por nuestro puesto de trabajo. ¿Y por nuestros encuentros sexuales, qué hacemos?», pregunta.

Planificar no es guionizar

La primera aclaración de los expertos a la hora de poner el sexo en el calendario es que esta planificación no debe consistir en un orden del día estricto. De lo contrario, los esfuerzos estarán condenados a fracasar. «Le proponemos programar las sesiones a la gente y suele sentar bastante mal, porque entienden que lo que van a preparar es la relación sexual en sí y eso tira para atrás. Esto es un error, porque la planificación no va a ir dirigida al encuentro en sí, sino al contexto», explica Sanz.

«Planificar no es sinónimo de hacer un guion rígido. Planificar significa asegurarnos de que tenemos tiempo para el deseo, cuidarlo, cultivarlo, potenciar la atracción mutua. Es, más bien, hacer un espacio y un momento en nuestra vida cotidiana para lo erótico. Esto supone pensar en qué nos gusta, qué le gusta al otro y cómo podemos seducirnos», detalla Ageitos.

Esta preparación del encuentro tampoco tiene que imprimirle una carga de obligatoriedad o de rutina. «Si la planificación lo convierte en algo rutinario, se pueden generar expectativas negativas, porque el ser humano es capaz de ponerle una carga desagradable a algo por el simple hecho de su repetición. Si lo pones en el calendario todos los miércoles, no vas a tener buenos resultados, porque habrá miércoles en los que no vas a querer. Pero, si, por ejemplo, cada semana programas un día diferente en función de agendas y de necesidades, ya cambia. Y, llegado el momento, vas a estar a gusto con tu pareja y se puede dar una situación de intimidad que no tenga que ver con la sexualidad pero que sea positiva y satisfactoria también», señala Sanz.

«No pensemos en el sexo como 'fichar', porque entonces haremos de él una obligación. Hablemos, mejor, de tener citas planificadas, de jugar a seducirnos en las citas y entre una cita y otra», remarca Ageitos.

Espera erotizada

La anticipación del encuentro, aquello que en la ficción se conoce como slow burn, o cocción a fuego lento, es el gran atizador del deseo. «Si lo entendemos como introducir más juego en nuestra vida cotidiana y más conciencia sobre las necesidades de nuestro deseo para ser alimentado, es probable que vivamos situaciones de espera erotizada», observa Ageitos.

«Creo que muchas personas entenderán esta expresión al pensar en ocasiones en las que estaban deseando que alguien llegara a casa o no podían dejar de pensar en ese plan especial que tendrían en unas horas. La espera, en lugar de ansiosa, se vuelve acicate de nuestro deseo», asegura la experta.

«Esto es importante, porque preparando o anticipando ese contexto para el deseo, vamos a tener una relación sexual más gratificante. Suelo plantearlo en términos de tareas domésticas, porque ese es el mayor obstáculo que podemos encontrarnos en la casa, sobre todo en parejas convivientes. Si la cocina está arreglada y el baño está limpio, pudo llegar a casa y no tener nada obligatorio por hacer. Entonces, el deseo puede surgir en ese estado de relajación. El deseo no surge cuando tengo hambre o cuando tengo cosas que hacer. Entonces, hay que cuidarlo para que no haya ningún obstáculo», propone Sanz.

Esta planificación puede incluir la preparación de juegos, la decoración del espacio con velas, música u otros elementos, la elección de cierta vestimenta que nos erotice. Todo esto, señalan los expertos, puede sumar a la creación de una atmósfera que no sea la habitual. «Sigue siendo tu habitación, pero tiene un toque diferente y esa novedad puede ser muy agradable», explica Sanz.

Para que la planificación funcione, el experto señala que es importante «ser un poco egoístas». «Siempre con respeto hacia todas las personas que estén implicadas, pero hay que saber ser egoístas, porque si estás planificando algo que te han impuesto y que no es de tu agrado, no te va a motivar», insiste.

Por último, Ageitos sugiere que «si vamos a explorar alguna práctica que no estuviese presente hasta ahora o incluso nos genera nerviosismo, es recomendable recordarnos que la erótica es para disfrutarla. Explorar y generar vinculación es más importante que tener muchos orgasmos muy intensos. A veces el distanciamiento en una pareja es tal, que hablar, entenderse, sentir otra vez que puedes exponerte es mucho mejor que cualquier otra experiencia».

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.