Ni suplementos, ni antifaces, ni gafas con filtro: los neurólogos advierten sobre el aumento de productos contra el insomnio sin validez

C. MARTÍNEZ LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

Se calcula que hasta un 15 % de los adultos padece insomnio de forma crónica.
Se calcula que hasta un 15 % de los adultos padece insomnio de forma crónica.

Celia García, coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología, subraya que la terapia contra este trastorno «no se limita a simples pautas de higiene del sueño»

14 oct 2025 . Actualizado a las 19:12 h.

El insomnio es uno de los trastornos del sueño más frecuentes entre la población española, ya que se calcula que hasta un 15 % de los adultos lo padece de forma crónica. No es de extrañar, por tanto, la creciente oferta que se ha dado en el mercado de productos «milagro», sobre los que la Sociedad Española de Neurología (SEN) pone el foco, ya que se trata de un trastorno médico complejo que requiere siempre un abordaje diagnóstico y terapéutico riguroso. «Optar por remedios sin validez no solo supone un gasto económico importante para el paciente, sino que también puede ser perjudicial para su salud: además de generar frustración a los pacientes al no obtener los resultados esperados, retrasan la búsqueda de ayuda médica adecuada y, en ocasiones, incluso pueden empeorar los síntomas y favorecer su cronificación», remarcan. 

Celia García, coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la SEN, considera positivo que aumente el interés por el sueño y las medidas destinadas a mejorarlo, pero asegura «que cada vez es más frecuente encontrar afirmaciones categóricas que carecen de validez científica, ofreciendo en muchos casos soluciones falsas o sin validez médica». 

La experta alerta de que están observando un aumento exponencial de productos y servicios dirigidos a personas con insomnio crónico. «Desde suplementos y pastillas que se presentan como “naturales”, aerosoles o infusiones milagro, hasta almohadas especiales, antifaces con tecnología incorporada, aplicaciones de meditación, dispositivos electrónicos, gafas con filtros de luz, lámparas de colores o incluso retiros de fin de semana orientados a “curar” el insomnio». La realidad, dice, «es que ninguno de estos productos ha demostrado eficacia en el tratamiento de este trastorno; se trata de una industria con un gran poder de márketing que busca su nicho entre quienes sufren este problema de salud». De hecho, solo la venta en farmacias de remedios para dormir sin receta supuso en el año 2022 en España un mercado superior a los 130 millones de euros.

Qué es el insomnio 

El insomnio es un trastorno del sueño que consiste en la dificultad para conciliarlo, mantenerlo o despertarse antes de lo deseado, a pesar de disponer de una correcta oportunidad para dormir, tanto en horario como en duración. Se calcula, según la SEN, que hasta un 15 % de los adultos lo padece de forma crónica, con impacto significativo en la calidad de vida y en el rendimiento laboral. Además, padecerlo aumenta el riesgo de desarrollar otras enfermedades como depresión, ansiedad, hipertensión arterial o diabetes.

Así, las consecuencias del insomnio no solo aparecen en la noche, cuando la persona no logra dormir, sino que también suponen un gran impacto en el desempeño diurno, asociando problemas de concentración, apatía, falta de energía, irritabilidad, e incluso aumentando el riesgo de padecer accidentes.

Desde la SEN se insiste en que el insomnio debe abordarse como un trastorno y que debe ser el médico quien debe profundizar en sus causas, y en base a ello, plantear un tratamiento u otro. «Una vez evaluado al paciente con insomnio y se hayan descartado otra serie de patologías que también se pueden manifestar en problemas de sueño, la terapia cognitivo-conductual  es la que consideramos el tratamiento de primera elección para el insomnio. Son muchos los pacientes con insomnio que pueden ser candidatos para recibirlo, y se trata de una intervención dirigida a restablecer un patrón de sueño normal», afirma García. 

La doctora subraya que la terapia «no se limita a simples pautas de higiene del sueño, sino que requiere una evaluación individualizada, ya que cada persona tiene características y necesidades particulares». Con todo, reconoce que «somos conscientes de que el acceso a este tratamiento aún está lejos de dar respuesta al elevado número de pacientes que lo requieren, una realidad sobre la que debemos seguir trabajando y reclamando como sociedad científica». 

En algunos casos, además de plantear esta terapia, también puede ser necesario recurrir a tratamiento farmacológico, pero siempre bajo supervisión médica. «Lo que está claro es que el insomnio no se resuelve con soluciones rápidas ni productos milagro. Se trata de un trastorno complejo que debe ser valorado en el marco de una historia clínica completa, identificando factores desencadenantes y asociados y profundizando en sus causas. Solo así es posible ofrecer soluciones que resuelvan el problema desde su raíz y reduzcan el riesgo de cronificación», añade Ana Fernández Arcos, secretaria del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y el Sueño de la SEN.