Nicolás Olea, experto en tóxicos ambientales: «No metas la batidora en el lavavajillas, el calor facilita la liberación de microplásticos»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

Nicolas Olea, doctor en Medicinna y catedrático emérito en la Universidad de Granada, es uno de los mayores expertos en tóxicos ambientales.
Nicolas Olea, doctor en Medicinna y catedrático emérito en la Universidad de Granada, es uno de los mayores expertos en tóxicos ambientales.

El especialista explica que el agua embotellada contiene cerca de 300.000 partículas plásticas por cada envase de litro y medio

06 nov 2025 . Actualizado a las 15:39 h.

Desde el primer café de la mañana hasta la pasta de dientes que usamos por la noche justo antes de irnos a dormir, todo nuestro día está atravesado por la exposición a sustancias que pueden contener tóxicos. Tan ubicua es esta exposición, que incluso empezar a pensar en cómo identificarlos puede resultar abrumador. Pero evitar los disruptores endocrinos, los «químicos para siempre», que nuestro cuerpo no puede eliminar, y los microplásticos está a nuestro alcance si tomamos algunas medidas.

Nicolás Olea, doctor en Medicina y catedrático emérito de la Universidad de Granada, es uno de los mayores expertos a nivel nacional en tóxicos ambientales. Coordinador del Grupo Medioambiente y Endocrinología (Gemaseen), de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, y socio fundador de la International Academy of Environmental Medicine (IAEM), ha dedicado su carrera a divulgar acerca de los riesgos de estas sustancias y al desarrollo de nuevos modelos para una mejor convivencia con nuestro medioambiente. El experto acaba de publicar 80 recomendaciones para evitar los tóxicos, un libro editado por Integral que recopila consejos aplicables a sustancias que, aunque no veamos, están presentes en diferentes áreas de nuestra vida, desde la alimentación hasta la higiene del hogar.

—¿Cuáles son los principales tóxicos a los que nos exponemos en nuestro día a día?

—Los que más nos han interesado, por su frecuencia y por su toxicidad especial, son aquellos que alteran el sistema hormonal, los que conocemos como disruptores endocrinos. Es un tipo de toxicidad muy sutil, que tiene muy poco control gubernamental. Están muy bien identificados los compuestos que son carcinógenos, mutagénicos o tóxicos para la reproducción, y en cuanto un producto aparece en esa lista, se echa todo el peso de la ley encima de él. Sin embargo, los compuestos que son disruptores hormonales es mucho menos frecuente que se regulen, porque no se les ha dado la importancia que tienen. Recientemente se ha aprobado en el Consejo Europeo un nuevo reglamento acerca de los juguetes, que regula la prohibición total de aquellos que tengan bisfenol A, perfluorados o disruptores endocrinos. Es la primera vez que se incorpora a la regulación este último grupo de sustancias.

—¿Dónde podemos encontrar con mayor frecuencia estos tóxicos?

—Lo más llamativo es una fuente de exposición que se reguló en diciembre del 2024, que es el recubrimiento interior de las latas de conserva. Esa película blanca de plástico que llevan las conservas de pescado o verduras que tienen por dentro un aspecto cerámico es una resina epoxi y el compuesto es bisfenol A. Nosotros publicamos información sobre esto en el año 95 y han tardado casi tres décadas en regularlo. Ya han prohibido el bisfenol A en envases de alimentos infantiles y en otros productos. Pero debemos saber que hay un plazo de 18 meses hasta que la prohibición se haga efectiva, así que la recomendación es comprar botes de cristal. Sobre todo, si sueles consumir pescados como atún o caballa en conserva.

—Los microplásticos han estado bajo la lupa en los últimos meses. ¿Qué podemos hacer para limitar nuestra exposición a ellos?

—Lo principal es reducir el plástico en la cocina, porque cuando más lábil es el plástico es cuando se calienta. Entonces, no calentar los plásticos sería lo más importante: no meter el táper en el microondas, no meter el recipiente plástico de la batidora en el lavavajillas, porque el calor daña el plástico y facilita la liberación de sus micropartículas. Y tira todos los utensilios que tengas de silicona, porque contribuyen a tu exposición. Deberíamos recuperar del fondo del armario de la cocina todos los recipientes de cristal Duralex, de cerámica o de metal.

—¿El agua embotellada es parte del problema?

—Hay toda una leyenda en torno al agua de grifo, se dice que produce cáncer de vejiga, que tiene compuestos derivados de la cloración, que tiene químicos. Porque hay un interés terriblemente comercial en que despreciemos el agua de grifo y compremos agua embotellada. Pero no es cierto. El agua de grifo es la mejor y en Galicia es de las más baratas de España, menos de dos euros por mil litros. Pero alguien quiere vendernos un litro y medio a dos euros prometiéndonos la vida eterna. El problema del agua embotellada es fundamentalmente el microplástico que contiene. Hay cerca de 300.000 partículas plásticas en cada botella de litro y medio. Por todas estas razones, el agua de grifo es mejor. Y si tenemos dudas con respecto a su calidad, podemos consultar las analíticas.

—¿Qué le diría a la gente que elige el agua embotellada por motivos de seguridad?

—Que la mayor parte del agua embotellada es agua de grifo filtrada. Muy pocas tienen la categoría de mineral. Pero, si de verdad la prefieres, que sea en botella de cristal.

—¿Cómo podemos reducir la exposición a microplásticos por los alimentos que comemos?

—El envasado es el mayor problema, es la orgía del plástico. Nos venden seis tomates insípidos en una bandeja de poliestireno con film de polietileno, que nosotros metemos en una bolsa de polipropileno. No tiene sentido. Nos venden láminas de jamón separadas por láminas de plástico. Todo está híperempaquetado, los yogures, las bebidas, todo. La clave está en disminuir el consumo de plástico. Lleva tu propia bolsa de tela a la compra, compra a granel siempre que puedas, evita el empaquetado plástico. Si vas a comer fuera, procura no usar monodosis de kétchup o mayonesa. Evita las cápsulas de café, usa la cafetera italiana de acero inoxidable de toda la vida.

—El mercurio en los pescados es una preocupación para muchas personas. ¿Podemos limitar su presencia en nuestra comida?

—Absolutamente, en Galicia, sobre todo. Podemos comer pesca artesanal de cercanía y, sobre todo, especies pequeñas que no tienen ese riesgo del mercurio: la sardina, el boquerón, todos estos son pescados limpios y están en la parte más baja de la escala de depredadores. Los que suponen un mayor riesgo son el atún rojo o esos peces grandes que comen mucho y necesitan muchísima energía. La propia Agencia Española de Seguridad Alimentaria los desaconseja en mujeres embarazadas, lactantes y niños.

—¿Qué podemos hacer para reducir la exposición a tóxicos en el hogar?

—Lo más importante que nos preocupa en el hogar es el textil. No solamente la ropa, sino las tapicerías, las alfombras, las cortinas, los sillones. Porque esas propiedades milagrosas que tienen ahora, que todas las cosas son resistentes a las manchas o repelentes al agua, todo eso es químico y fundamentalmente son perfluorados. Hemos analizado el polvo interior de casa y lo más abundante son los compuestos que acompañan a los textiles, además de los que están en los cosméticos, en los productos de cuidado personal o incluso en los ambientadores. No hay ninguna razón para tener un ambientador sintético. Si te gusta el perfume en casa, es mejor conseguirlo con plantas como romero o lavanda. Y sobre todo, la recomendación más importante es ventilar. Renueva el aire de tu casa, si tu calle tiene mucho tráfico, hazlo en las horas en las que no haya tanto, pero cambia el aire.

—¿Los cosméticos pueden implicar un riesgo para la salud, incluso aunque sean testados?

—El problema de los cosméticos es que las pruebas de seguridad se realizan con productos aislados, pero al final, una mujer usa 14 cosméticos y productos de cuidado personal al día. Cada uno de ellos tiene una media de 38 componentes, lo que significa que te echas 450 compuestos todas las mañanas. Las concentraciones de cada uno no son altas, pero ¿450 concentraciones bajas no acaban por resultar en una concentración alta? Las medidas de seguridad están hechas para productos individuales, no para el cóctel, ni para el uso a largo plazo todos los días de la vida.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.