Del sueño de una escuela de canteiros a la realidad de una zona rural poco explotada hasta ahora
LEMOS
La celebración de la Festa da cantería, que se celebra en Parga en el mes de julio, sirve para divulgar un producto de calidad, empleado por los participantes en el concurso. Una escuela de canteiros es un proyecto del que se ha oído hablar alguna vez en conversaciones y en ciertos actos, aunque sin que hasta ahora la idea haya cuajado en una propuesta concreta.
Tampoco han cristalizado otros proyectos que podrían aprovechar mejor ciertos recursos locales. Aunque conocido sobre todo como coordinador de Xermolos, Alfonso Blanco es, además de sacerdote, profesor en el IES Díaz Castro y presidente de la comunidad de montes de Trasparga y defensor de que las enseñanzas sirvan para estimular algunas riquezas locales. «Unha das vocacións de Guitiriz -afirma- debe ser o turismo rural». La riqueza paisajística es poco conocida y está poco explotada, opina Blanco, que destaca también la riqueza micológica del municipio.
En ese sentido, dice, la abundancia de setas en un extenso concello donde también abunda la masa forestal debería de servir para ensayar alguna propuesta formativa que englobase el monte «como produto forestal e como obxectivo social, de lecer».