La dirección de Ingemarga llegó a estudiar y a decidir la aplicación de un expediente de regulación de empleo (ERE) para la fábrica de Trasparga. No llegó a aplicarse, pues la empresa lo retiró tras comprobar que ni siquiera contaba con el preceptivo visto bueno de la Xunta. De todos modos, la reducción de plantilla se llegó a conseguir, dado que se decidió implantar un sistema de bajas incentivadas -con una indemnización de 35 días por año trabajado, según recordó ayer García-, y en torno a medio centenar de empleados abandonaron la empresa.
Las tensiones que en el año pasado y parte de este afectaron a la factoría no parecen alejadas del todo del horizonte próximo. Así. UGT y CIG criticaron ayer a la firma por no reconocer el derecho de cinco trabajadores recién readmitidos a disfrutar íntegramente de las vacaciones, cuestión que puede acabar en los tribunales «polo empecinamento da empresa».