La trastienda de la vendimia heroica

Luis Díaz
luis díaz MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Las modernas tecnologías conviven con las prácticas tradicionales en las bodegas de la Ribeira Sacra. El antiguo pisado de la uva se impone en las marcas punteras

14 oct 2019 . Actualizado a las 09:41 h.

Tras mes y medio de intensa actividad, la vendimia toca a su fin en la Ribeira Sacra. Deja más de siete millones de kilos de uva, la mayor cosecha en la historia de la denominación de origen. Las vides traían carga en un año sin apenas plagas. En una entrada de otoño benévola en lo meteorológico, los viticultores pudieron recolectar sin urgencias. La imagen de los vendimiadores desafiando el vértigo de los bancales ya es casi un icono. Lo que se cocina luego en las bodegas pasa más desapercibido. Aquí desvelamos algunos detalles de la trastienda de la vendimia.

Inmerso en la penumbra de una enorme cuba de madera, Pedro Rodríguez pisa racimos enteros a la antigua usanza. Todos los tintos de Adega Guímaro que pasan por barrica fermentan con raspón. Para el vino Camiño Real, la mitad de la uva cocerá con el cangallo. A Ponte o Pombeiras, lo aprovechan al cien por cien. «Gústanos a sensación que deixa na boca, máis fresca», dice el bodeguero. «O que non podes -explica- é andar con máquinas. Hai que ir con coidado para non sacar verdores no viño».

Tecnología y tradición conviven en la Ribeira Sacra. Pasa en Amandi, donde se ubica Adega Guímaro, y también en Chantada, subzona a la que pertenece Adegas e Viñedos Lareu. Primitivo Lareu conserva, como si de un museo se tratase, la vieja bodega anexa a las nuevas instalaciones donde brilla el acero inoxidable. Una despalilladora aparta el raspón del racimo, pero en la elaboración también hay guiños al pasado. Si la vendimia lo permite, se atiende tanto al tiempo como a la luna. «Canto máis chea estea, máis sobe o zume pola cepa. Cando podo recoller a uva así, no viño nótase moita diferenza», apunta Lareu.

El secreto de la juventud

Aguas abajo del Miño, sobre el pueblo de Belesar, Vía Romana es un hervidero en vendimia. Los muros de piedra de la bodega dan la sensación de que lleva allí toda la vida. Armonizan con el paisaje unas instalaciones dotadas del más moderno equipamiento. Una mesa de selección permite apartar cualquier racimo en mal estado. Mientras entran nuevas cajas de uva, se sangran los depósitos con el mosto de las viñas más precoces. Acabará de fermentar en limpio, sin la impronta del bagazo, para potenciar la juventud del vino. Un vivo color cereza lo delata.