El corte del Cabe en A Pinguela deja decenas de truchas muertas

Carlos Cortés
Carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Agentes de Medio Ambiente tratan de atrapar los peces que sobrevivieron al corte del río en A Pinguela
Agentes de Medio Ambiente tratan de atrapar los peces que sobrevivieron al corte del río en A Pinguela CARLOS CORTÉS

Paralizadas las obras de demolición de la presa de A Pinguela hasta que sea retirada toda la fauna piscícola de la zona afectada

24 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La demolición de la presa de A Pinguela, en Monforte, está paralizada desde este martes. Fue interrumpida después de que a primera hora de la mañana apareciesen truchas muertas flotando en el agua, en la que se veían otras boqueando en la superficie en busca de aire. Ocurrió en un tramo de unos doscientos metros del río Cabe que el lunes había sido cortado para facilitar la realización de las obras en la presa. La interrupción del flujo de agua no secó por completo esa parte del río, pero lo dejó convertido en una charca con muy poco volumen de agua y mal oxigenada. Las obras son responsabilidad de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil y están siendo supervisadas por la Consellería de Medio Ambiente. La consellería ha abierto un expediente informativo para determinar las razones de lo sucedido y comprobar si se trata de algo sancionable y quién es el responsable.

La voz de alarma la dieron algunos vecinos que paseaban este martes a primera hora junto a este tramo del Cabe, comprendido entre la presa de A Pinguela y la curva que hace el río al final del barrio de Carude. «Viase o río con moi pouquiña auga e moitas troitas mortas, algunha bastante grande, tamén cangrexos e incluso algunha anguía fóra da auga como buscando aire, unha cousa tremenda», asegura Xan Antón Rodríguez, residente en los bloques de pisos situados al lado de la presa en demolición. La empresa que se encarga de las obras en la presa por encargo de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil había instalado días atrás en la margen derecha del Cabe una tubería paralela al cauce para desviar el caudal por ella y secar así la zona de la presa. El desvío fue activado el lunes por la tarde tras la construcción de una barrera con tierra y sacos de arena que corta el paso de agua por su cauce habitual entre la curva de Carude y la presa.

 

El cauce del río está cortado con tierra y sacos de arena y el caudal es desviada por unas tuberías que la llevan aguas abajo de la presa
El cauce del río está cortado con tierra y sacos de arena y el caudal es desviada por unas tuberías que la llevan aguas abajo de la presa CARLOS CORTÉS

Los propios trabajadores de la empresa contratada para realizar este proyecto retiraron del río algunos de los ejemplares muertos. A media mañana, agentes de la Consellería de Medio Ambiente se presentaron en el lugar y se pusieron a sacar del agua todos los peces que pudieron. Por la tarde siguieron haciéndolo. Para hacer este trabajo utilizaron un equipo de pesca eléctrica, un sistema que aturde a los peces y permite capturarlos con facilidad. Las obras seguirán paralizadas hasta que en ese tramo del río que ha quedado aislado del resto ya no quede fauna piscícola.

Un primer balance provisional facilitado por la Consellería de Medio Ambiente apunta que murieron alrededor de cuarenta ejemplares de trucha, la mayoría alevines. Murieron porque el corte del cauce provocó un incremento en la temperatura del agua que a su vez redujo su nivel de oxígeno. Si no hay más especies afectadas sería porque los salmónidos, familia a la que pertenecen las truchas, son más sensibles que otros peces a la disminución del oxígeno presente en el agua.

Las dos versiones

Hasta aquí, los hechos. Determinar de quién es la culpa es más difícil. La Confederación Hidrográfica del Miño-Sil y la Consellería de Medio Ambiente no parecen estar de acuerdo sobre cuál de estos dos organismos públicos, el primero del Ministerio para la Transición Ecológica y el segundo de la Xunta, tienen más responsabilidad sobre lo ocurrido.

En la confederación, que tiene sus oficinas en Monforte a apenas 50 metros de este tramo del Cabe, explican que como el río Cabe forma parte de la Red Natura ellos tuvieron que pedir una autorización de la Dirección Xeral de Conservación da Natureza para poder llevar a cabo las obras. Y añaden que agentes medioambientales de la Xunta están haciendo «un seguimiento exhaustivo» de la ejecución de estos trabajos. Los portavoces de la confederación aseguran que son los agentes de Medio Ambiente los que están «marcando las pautas a seguir», que el lunes ya advirtieron que iba a ser preciso retirar los peces y que el martes fueron y se pusieron a hacerlo. Además, comunicaron que los responsables de las obras debían contratar a una empresa especializada para terminar ese trabajo. La confederación está contactando ahora con empresas para proceder al traslado de los peces a otros tramos del Cabe. Sobre la mortandad de fauna piscícola, en la confederación aseguran que como ellos «carecen de competencias» no conocen las causas exactas.

Las condiciones del permiso

En cambio, la consellería recalca que en la autorización de esa obra de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil consta claramente que «se se producía calquera afectación ao medio coa que non se contase habería que paralizar as obras inmediatamente».

Los portavoces de la consellería aseguran que los agentes medioambientales ya advirtieron el lunes al personal de la empresa que en estas condiciones de calor podía haber peligro para la fauna del río y que era preciso controlar los niveles de oxigenación del agua. Cuando el martes por la mañana vieron que había truchas muertas se lo notificaron a la confederación, como administración responsable, que a su vez ordenó parar las obras. Medio Ambiente afirma además que sus agentes se pusieron a retirar los peces que todavía estaban vivos a pesar de que esa es una responsabilidad de los promotores de la obra.