Las obras tienen 2,6 millones de coste y a su término la carretera será propiedad del Ayuntamiento de Monforte
03 feb 2025 . Actualizado a las 18:32 h.La Confederación Hidrográfica del Miño-Sil acondicionará los cinco kilómetros de la pista del canal de regadío que comunica en el extrarradio de Monforte las carreteras LU-546 y LU-517. La actual vía de servicio enlaza Ribas Altas, justo en el lugar donde se ubicará la proyectada playa fluvial, y la salida del casco urbano en dirección a Chantada, a la altura de las instalaciones de Salón del Mueble. Cuando concluyan las obras, a las que se destinan 2,6 millones de euros, la nueva carretera pasará a ser de titularidad municipal. El alcalde, José Tomé, y el presidente de la demarcación hidrográfica, José Antonio Quiroga, firmaron este lunes el convenio que permitirá regularizar la situación de una pista cuya utilidad real tiene ya muy poco que ver ya con la actividad agrícola.
«Ao que menos servizo lle presta hoxe en día é xustamente ao regadío», apunta Tomé. La realidad es que la pista del canal flanquea ahora viviendas unifamiliares en vez de terrenos de cultivo y que su verdadera finalidad «é servir de vía de circunvalación entre as saídas de Chantada e Lugo para non ter que cruzar o centro de Monforte». El deterioro del firme motivado por este tráfico, incluidos vehículos pesados, motivó en los últimos tiempos reiteradas protestas de residentes y automovilistas.
Un tramo más ancho
Después de dos años de negociaciones, la confederación acepta la cesión solicitada por el Ayuntamiento y financiará la mejora y ampliación de la actual vía de servicio antes de llevarla a cabo. A partir de la entrega de su titularidad, la competencia sobre el mantenimiento del firme pasará a ser municipal. El interés del gobierno local por la cesión está estrechamente ligado al proyecto para la construcción de la playa fluvial, a la que se accederá a través de la nueva carretera. En sus 350 metros iniciales, en la entrada por Ribas Altas, lindará con los terrenos destinados a este complejo recreativo, por lo que la anchura de la plataforma será mayor que en los 4.650 metros restantes.
A la altura de Ribas Altas la carretera tendrá nueve metros de ancho, distribuidos en dos carriles de tres metros de ancho y un carril adicional para facilitar la entrada y salida de vehículos a la playa fluvial. En este tramo también dispondrá de un arcén de un metro de ancho, del lado del canal, y un paseo de dos metros de anchura, en la margen más próxima a la ribera del Cabe. En el resto del trazado, el vial que sustituirá a la pista del regadío tendrá seis metros de ancho y dos carriles para la circulación de vehículos.
El firme actual será sustituido por una capa de rodadura de aglomerado en caliente y se instalarán vayas protectoras a lo largo del trayecto. El elevado coste del proyecto —para cada kilómetro se presupuestan 534.000 euros— tiene que ver con las particularidades orográficas de la zona de As Barrioncas, donde se hará preciso extremar las condiciones de drenaje y apuntalar los taludes para evitar derrumbes en época de lluvias.
A tres años vista
El convenio suscrito por el alcalde y el presidente de la confederación hidrográfica prevé una inversión de 80.000 euros durante este año, en el que está previsto redactar el proyecto definitivo y proceder a la licitación de las obras. Los trabajos estarán en marcha en el 2026, con un gasto estimado de 1.360.000 euros. La cantidad restante, de 1.230.000 euros, se asigna al ejercicio del 2027, en el que la carretera deberá estar terminada. El Ayuntamiento, por su parte, aprobará el proyecto constructivo costeado por la confederación para que no sea necesario abonar la licencia de obra.
Un convenio de «interés mutuo»
El alcalde de Monforte destaca el «interés mutuo» de las obras que recoge el convenio. Para el Ayuntamiento, la nueva carretera resuelve el problema de los accesos a la playa fluvial. Con su entrega, por otro lado, la confederación hidrográfica se saca de encima el lastre del mantenimiento de una pista de servicio convertida en un vial urbano. «Non ten ningún sentido manter na nosa competencia algo que xa non responde aos fins para o que se creou», explica Quiroga. «Poñemos —añade—o ce por cen do custo das obras e desprendémonos de algo que ata de agora era un problema». La pista del canal fue construida en ese tramo a finales de la pasada década de los 60, cuando el uso de las fincas colindantes era mayoritariamente agrícola. «O parcelario e a dinámica social mudaron totalmente dende entón», detalla el presidente de la demarcación hidrográfica del Miño-Sil.