Las cifras del mejor festival pequeño de este verano: 3.000 entradas y un retorno de un millón de euros

c.c. MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

La organización del 17º Ribeira Sacra hace públicas sus cifras

22 jul 2025 . Actualizado a las 18:13 h.

Música y diversión componen la cara visible de los festivales de música, pero ademas de eso también son un negocio. Desde luego para los organizadores, aunque tambien para el lugar en el que se celebran. El 17º Ribeira Sacra despidió este domingo su edición número nueve y los organizadores anuncian sorpresas para celebrar en el 2026 su décimo cumpleaños. Mientras se ponen a prepararlas, este lunes hacían públicas las cifras de esa cara b, las de su impacto económico.

Según estas cuentas, más de 3.000 personas pasaron por el festival los tres días que duró, entre el viernes 18 y el domingo 20 de julio. De esos 3.000, algo más de 400 tenían el abono completo para todos los conciertos y también para las denominadas experiencias, una serie de actividades con plazas limitadas en torno al vino, la gastronomía o el paisaje.

El principal reclamo de cualquier festival son los conciertos y el cartel, que este año encabezaban Julieta Venegas y The Jayhawks, pero este en concreto trata de aprovechar el territorio en el que se celebra. «Bodegas, playas o miradores se convirtieron por unos días en escenarios de música o actividades pensadas para difundir el patrimonio del lugar y ofrecer al público una experiencia de calidad», aseguran en i-radia Crea, la empresa promotora del 17º Ribeira Sacra.

En cuanto a estas «experiencias» entre concierto y conciertos, el considerado mejor festival pequeño en las últimas ediciones del Iberian Festival Awards incluyó este año la novedad del Mercado Gastro(Arte)Sano, de entrada libre y que se celebró en el santuario de Cadeiras (Sober).

En la promotora explican que en los conciertos y el resto de las actividades que llenaron estos tres días trabajaron de forma directa algo más de 150 personas. Ellos calculan que el impacto económico del festival en el territorio de la Ribeira Sacra rondó el millón de euros. Dentro de este concepto incluyen, entre otras cosas, los ingresos generados por los asistentes en los alojamientos, la hostelería y el comercio de la zona.