Portomarín conmemoró los 50 años de su traslado

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

TABOADA

ALBERTO LÓPEZ

La Festa do Reencontro reunió a centenares de personas en la villa

26 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Portomarín conmemoró ayer el cincuenta aniversario de la desaparición del antiguo pueblo bajo las aguas del embalse de Belesar y de la fundación de la moderna villa con un festejo que coincidió con la última jornada de la 45 edición de los Domingos Folclóricos. La llamada Festa do Reencontro comenzó hacia la una de la tarde con una misa solemne en la iglesia románica de San Xoán -o de San Nicolao-, que hace medio siglo fue trasladada piedra a piedra a su ubicación actual. En el acto religioso, al que asistió un gran número de personas, actuó la coral Schola Gregoriana Lucensis.

Seguidamente, bajo una gran carpa instalada en el campo de la feria se celebró una comida de confraternización que congregó a cerca de setecientas personas. Entre ellas estuvo Eloy Rodríguez, quien ocupó durante muchos años la alcaldía y en su día fue testigo del anegamiento del viejo pueblo. Al festejo asistieron como invitados el delegado provincial de Educación, José Ramos Ledo, y el alcalde de Taboada, Ramiro Moure. Por la tarde hubo actividades de animación para niños y a las siete comenzaron las actuaciones de los Domingos Folclóricos, con los grupos Río Miño y Meigas e Trasgos. A última hora hubo una cena popular y antes y después de ella actuó la orquesta Los Senadores. Un miembro de esta formación, Manuel Vilas -antiguo componente de Los Tamara- actuó en 1962 y en 1963 con el grupo Los Galaicos tanto en las últimas fiestas del viejo Portomarín como en las primeras que se celebraron en el pueblo nuevo.

Viejos recuerdos

El festejo atrajo a Portomarín a un buen número de antiguos vecinos que residen desde hace mucho tiempo en otros lugares, por lo que a lo largo del día no faltaron ocasiones de recordar cómo era la vida en la población desaparecida y los grandes cambios que acarreó la construcción del embalse. A este respecto sigue habiendo hoy en día opiniones encontradas. «Algúns din que co traslado á nova vila puideron ter por primeira vez unha vivenda digna e hai outros que din que por culpa do encoro perderon as mellores terras que tiñan, o que tamén é certo», comenta el alcalde Juan Serrano. El regidor, no obstante, considera que hoy en día ya no tiene sentido seguir con «debates estériles» acerca de lo que sucedió hace medio siglo, ya que «o que pasou entón é algo irreversible». A su juicio, «o máis importante é que Portomarín logrou sobrevivir e recuperarse daquel trauma, e que hoxe temos unha vila ordenada, harmónica e cun potencial que debemos aproveitar». El objetivo principal de la celebración, señala Serrano por otra parte, era «compartir vivencias e recordos e homenaxear á xente maior que se sacrificou e que entregou moito para darnos un futuro ás xeracións que viñemos detrás».

La conmemoración se unió a la tradicional Festa dos Maiores que se organiza por estas fechas desde hace años y que sirve de prólogo a las fiestas patronales de la villa, que se celebrarán esta semana.

«Homenaxeamos á xente maior que se sacrificou para darnos un futuro aos que viñemos detrás»

Juan Serrano