Hubo un tiempo en que ir de Vilalba a As Pontes suponía realizar un viaje sin las comodidades que ofrece la autovía que enlaza Ferrol con la capital de Terra Chá. Lo sabe bien y lo recuerda bien Juan Cancio, que durante casi 20 años efectuó ese desplazamiento casi a diario: en As Pontes estaba su plaza de profesor, y en Vilalba, su domicilio.
A principios de los 90 logró que su lugar de trabajo fuese el mismo que el de residencia: se trasladó al CEIP Insua Bermúdez, en donde permaneció hasta su reciente jubilación. Aunque natural de O Valadouro, más de tres décadas afincado en Vilalba le han servido para ser testigo de cambios en la villa: por ejemplo, recuerda, y su hijo aporta detalles que amplían la situación, cómo la calle Fraga Bello era diferente a hoy cuando la familia se trasladó a vivir a esa zona.
La inmersión en la vida vilalbesa le llegó a Juan Cancio de varias maneras, y una de ellas sin duda fue su alta de socio en el Centro Cultural e Recreativo. Ingresó en la entidad uno o dos años después de llegar a la localidad, en donde instalaciones como el auditorio seguramente ni siquiera eran un sueño. Actividades culturales o lúdicas -Cancio cita, por ejemplo, el Baile de la flor, que se celebraba en primavera y en el que se premiaban los mejores adornos florales de los asistentes- eran algunas de las promovidas por la entidad, que, sin embargo, tenía una situación curiosa: aunque fundada en 1968, carecía de sede, y el cine, ya desaparecido, servía de escenario a actividades como los bailes.
El edificio, tan céntrico como para hacer honor sin problemas al nombre de la entidad, se inauguró en 1981. El emplazamiento -en la parte alta de la Praza da Constitución, solo separado de la Casa do Concello por la Rúa Carmiña Prieto Rouco- reforzó en cierto modo la condición de la sociedad como punto de encuentro, si bien permitió también ampliar las actividades. Cancio cita a Darío Villanueva, a Xesús Alonso Montero y a Carlos Casares como algunos de los conferenciantes que pasaron por la entidad desde que dispuso de sede propia.
El nuevo edificio no solo supuso una ampliación de las actividades. «Te dejaban subir al escenario, corrías toda la tarde...». Quien habla así es Juan Manuel Cancio Bermúdez, cuya infancia está relacionada con el edificio. Entonces, quizá, no frecuentaba el despacho de la directiva, que está situado en la segunda planta y que se asocia con el cargo que ha asumido. El edificio tiene más de lo que enseña a primera vista: cuenta con planta baja y dos pisos, y además dispone de un tercero en el que hay una vivienda, deshabitada, y un pequeño almacén.
Satisfacción y planes
El padre dice estar contento del trabajo realizado como secretario. El hijo quiere recuperar actividades que se hacían antes e incorporar otras, si bien agrega que los socios deben de ofrecer propuestas. Todo parece, pues, ser bienvenido para que el Centro Cultural e Recreativo siga estando en el centro de la vida vilalbesa.
Juan Cancio Moreda.
Juan Manuel Cancio Bermúdez.
El padre, 61 años; el hijo, 34.
El padre, profesor, ya jubilado; el hijo, empleado del Concello de Vilalba. El padre fue secretario del Centro Cultural e Recreativo de Vilalba durante once años; el hijo acaba de acceder a la presidencia.