El cabo Armando Lorenzo, detenido y encarcelado en el marco de la operación Carioca, supo que en el Queens una mujer supuestamente resultó agredida sexualmente. Así lo declaró la víctima quien especificó, además, que una de las empleadas que recriminó a García Adán por entender que un hecho tan grave debía ser denunciado de forma inmediata. Supuestamente, el responsable del burdel le dijo a esta mujer que eso era «un caso más» y que no no se iba a hacer nada al respecto. Luego, se marchó sin darle importancia de ningún tipo a lo sucedido, de acuerdo con lo que manifestaron en su momento quienes oyeron la conversación.
Según el testimonio de la perjudicada, a los diez días de ocurridos los hechos apareció en el club el cabo Armando Lorenzo para entrevistarse con ella. El guardia dijo a la víctima que se enteró de lo ocurrido porque se lo había comentado una de las empleadas, según la denunciante.
El guardia preguntó si Adán sabía del asunto y la perjudicada le dijo que se lo había comentado y que no había hecho absolutamente nada. El agente seguidamente le explicó que si denunciaba lo sucedido conseguiría los papeles para regularizar su situación en España, pero ella le manifestó que no le interesaba la documentación sino lo que le había sucedido.
La denunciante también le dijo al cabo, según declaró, que si no quería denunciar era por el hecho de que iría la policía al local y complicaría a muchas chicas que trabajaban diariamente en el mismo. Después de esta respuesta, el agente se marchó del establecimiento, de acuerdo con la declaración de la perjudicada. En la misma también recordó que algunas chicas tenían amigos policías que las avisaban de cuando iban a realizar inspecciones.
Esta meretriz recordó las condiciones de trabajo en el establecimiento en el que comenzó a trabajar con una deuda de 3.300 euros que fue lo que le cobraron por el billete y otros trámites. Esta cantidad tardó mes y medio en saldarla; el dinero lo consiguió a base de realizar servicios sexuales.