El gobierno lucense optó por una solución salomónica frente a las quejas del empresario Jesús Lence por lo que consideraba retraso injustificado en la expedición de las licencias de obra y actividad para una estación de servicio donde estuvo la vieja gasolinera del Miño. La junta local de gobierno concedió el permiso de demolición y ejecución de reformas, pero no el de actividad, para el que será necesario el informe medioambiental que emita la Xunta de Galicia.
El concejal socialista portavoz del gobierno local, Luis Álvarez, señaló que el industrial solicitó licencia de obra y actividad recordando el permiso aprobado en 1961. Pero, según explicó, alguna de la documentación presentada no se correspondía ni con la parcela ni con el volumen edificado. El Concello -dijo Álvarez- desvinculó la licencia de obra, que fue concedida, de la actividad, que se tramitará posteriormente, porque precisa el informe medioambiental de la Xunta.
Álvarez, concejal delegado del alcalde para Urbanismo, declaró que «a normativa é a mesma para todos». Ahora -apuntó- este asunto queda desbloqueado.