Grandes descuentos en Lugo para una clientela ausente

maria fandiño LUGO / LA VOZ

LUGO

PRADERO

Las tiendas no mejoran sus ventas ni con unas rebajas de hasta el 75%

06 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Las tiendas de Lugo están sufriendo un duro golpe por culpa de la crisis económica. La época de rebajas solía significar un gran aumento de las ventas, una inyección en la economía, más esperada que nunca tras una caída en picado del consumo en los últimos años. Pero la suerte no ha acompañado al pequeño comerciante esta vez, como tantas otras.

Los escaparates, adornados con enormes cartelones de colores con cifras de 20, 50 o hasta 75% de descuento, se encuentran llenos de mercancía. Ropa que ya debería haber sido comprada por los tradicionales compulsivos de las rebajas, esa gente que arrasa con las tiendas la primera semana, más bien guiada por el ansia que por la necesidad. Sin embargo, los estantes a rebosar contrastan con el vacío del resto del local.

Todos los vendedores coinciden en que las rebajas de verano son peores que las del invierno. Pilar González, desde detrás del mostrador de la tienda de ropa infantil Gocco, bromea diciendo que será por el clima lugués, más frío que otra cosa, pero María Manuela Méndez lo ve clarísimo. «Cuando hace sol, la gente se va a la playa o al río. Cuando llueve, se van a los centros comerciales, donde puedes ir de tienda a tienda sin mojarte», explica esta mujer, que lleva trabajando en la zapatería Doval 40 años de su vida. Se queja de la falta de ayuda al pequeño comercio, del abuso de las grandes superficies, a las que puede ir toda la familia a comer, entretener a los niños y de paso ver unas cuantas tiendas. Cree que, poco a poco, esto supondrá el final de los negocios pequeños, que irán bajando el precio para competir con las grandes marcas, limitando el beneficio, hasta terminar cerrando por falta de ingresos.

Los clientes tienen miedo. Pese a haber rebajas, ya nadie compra algo que no necesita por el simple hecho de ser irresistiblemente barato. Paz, trabajadora de la tienda de ropa femenina Sainkho, opina que Lugo es una ciudad de funcionarios. A pesar del turismo en verano, la gente que acude a su tienda son mayormente empleadas del Estado, uno de los sectores que más recortes está sufriendo en las últimas semanas, lo que también provoca pérdidas en su negocio.

Las rebajas sin control

Otra nueva problemática para el sector del comercio textil es la nueva falta de regularización de las rebajas, en las que cada propietario puede decidir cuándo reducir el precio de su producto. La mayor parte de comerciantes opinan que es desventajoso. María, una empleada de Caramelo, defiende que es como engañar a los clientes. «No puedes cobrar un precio por un buen producto y después dejarlo a la mitad. Cuesta lo que cuesta por el diseño, la campaña, el material de calidad...». Otras vendedoras ven con buenos ojos que se liberalicen las rebajas para poder mantener la competencia leal. Raquel, trabajadora de Modesto Santa Eulalia, acusa a las grandes superficies y marcas de realizar rebajas encubiertas mediante «oportunidades, promoción del día del padre, de la madre, últimas tallas... así los pequeños podremos estar a su nivel de precios».

Pero no todos están conformes con el cambio, pues para ellos supondrá muchos esfuerzos. Bajar los precios de manera desorbitada para poder competir con grandes marcas es más difícil pues, según varios comerciantes, las grandes multinacionales pagan mucho menos por el producto, así que ellos tendrán que perder dinero para ofrecer los mismos precios..

Las rebajas ya no son lo que eran. Las ventas caen hasta los sótanos, repletos de mercancía sin salida. La sociedad se aprieta el cinturón y ya no se compra porque sí, porque me apetece. Los armarios seguirán medio vacíos y los expositores llenos.

«La gente ya solo compra lo absolutamente necesario»