La hostelería de Lugo salda con 35 denuncias y 4 cierres el primer semestre del año
LUGO
Las sanciones por incumplir el horario de cierre o por exceso de ruido, entre las más habituales
17 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El estado de alarma ha puesto a prueba la responsabilidad social de toda la ciudadanía y también la del sector de la hostelería. En Lugo, aunque la Policía Local insiste en que la mayoría de locales ha cumplido con las medidas protocolarias y la normativa vigentes, los agentes han sancionado a casi una cuarentena de establecimientos y han procedido al cierre de cuatro bares en lo que va de año.
La alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, comparecía ayer junto al Inspector Jefe de la Policía Local, Jesús Piñeiro, para hacer balance de las intervenciones desarrolladas por los operativos del cuerpo durante los últimos seis meses, incluyendo por tanto el período del confinamiento y la posterior desescalada, donde las infracciones han crecido de forma exponencial.
La regidora aprovechó para «poner en valor el trabajo realizado por la Policía para velar por la seguridad y la convivencia de los vecinos» e hizo hincapié en la singularidad de la situación propiciada por la crisis sanitaria, que llevó a las autoridades a reforzar sus actuaciones. Aunque, según apunta Méndez, la mayoría de lucenses tuvo «un comportamiento ejemplar durante el estado de alarma», es cierto que se detectaron incumplimientos de las restricciones y hubo que tramitar casi medio millar de sanciones.
El sector de la hostelería
Durante todo el confinamiento, los agentes de la Policía Local atendieron un considerable número de quejas vecinales por altercados y ruidos relacionados con los locales de restauración y hostelería.
Durante este primer semestre se han realizado más de treinta inspecciones en este tipo de establecimientos. La mayoría de ellas correspondían a excesos en el horario de cierre y se saldaron con 14 actas de infracción. Otros siete bares fueron sancionados por contar con equipos de reproducción musical sin autorización, ya que al tener licencia de café bar, no pueden hacer uso de otros dispositivos que no sean la radio o la televisión y no pueden superar los 75 decibelios.
Además, se han levantado dos actas por desarrollar su actividad con las puertas del local abiertas cuando está prohibido por la ordenanza de contaminación acústica y otras tres por superar el aforo permitido. Por último, ocho establecimientos han sido multados por instalar terrazas pese a no tener autorización vigente para hacerlo y cuatro más por permitir a la clientela fumar en su interior.
Además, se precintaron los equipos de amplificación y reproducción musical en cuatro cafeterías y se notificaron cuatro decretos de cierre, el último de ellos a un café bar de Camiño Real que acumulaba nueve denuncias por deficiencias varias. Un quinto local en la Rúa Tui está en proceso de ser cesado de actividad.
Lara Méndez ha querido pronunciarse al respecto y enviar «un mensaje tranquilizador» a los vecinos, ya que asegura estar trabajando codo a codo con la Policía Local para «congeniar el beneficio empresarial con los derechos de todos». Además, recalca que son una minoría los negocios que no cumplen con lo establecido y que se está llevando a cabo «una labor de control estricto» con esos casos.
Multas de hasta 30.000 euros
Por norma general, los cuerpos policiales suelen acudir a este tipo de registros al ser alertados por los vecinos del ruido y el jolgorio que desprenden los locales. Pero el quebrantamiento de los horarios o el incumplimiento de la normativa también son frecuentes entre las infracciones. Los propietarios se enfrentan a sanciones que oscilan entre los 600 y los 30.000 euros, en función de los delitos y de la regularidad de los mismos.
Balance general
Además, en el mismo período de tiempo se han levantado 33 actas por no hacer uso de la mascarilla y se han interceptado más de 7.000 vehículos. La alcaldesa aprovechó para agradecer a los lucenses su buen comportamiento y a la Policía Local su esfuerzo y los servicios prestados durante estos seis meses, pese a las condiciones sanitarias bajo las que se vieron obligados a trabajar.