La dificultad de reciclar en el rural de Lugo: «Teño que tirar todo ao mesmo contedor porque non hai outra cousa»

LUGO

Este año aumentó un 11% el uso de envases de plástico en la provincia
29 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.La fuerte apuesta generalizada por el reciclaje para favorecer al medio ambiente se complica en las zonas rurales. Mientras en las ciudades hay puntos con todo tipo de contenedores, las parroquias pequeñas no siempre cuentan con depósitos para separar cada material.
Los containers públicos son competencia de cada concello y, a su vez, algunos están cedidos por la Xunta de Galicia. Los aportados por la administración autonómica son 22.203 para toda la provincia de Lugo. La gran mayoría son para los residuos de vidrio, un 76,6% del total. El resto de contenedores -envases ligeros, papel y cartón, biorresiduos y orgánico- no llegan al 10%. El cartón y el plástico son escasos en varios concellos y se concentran en las cabezas de comarca, quedando sin ese recurso los vecinos de las parroquias. Por ejemplo, para todo el concello de Riotorto la Xunta aportó tres contenedores de envases ligeros y en Ourol, cuatro. Las competencias a nivel local ya han sido objeto de reclamaciones por parte de la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos de Lugo. Bajo la experiencia y recogida de información de sus 300 asociados, pidieron un mayor reparto de contenedores para poder reciclar en el rural. «Hai falta de certo tipo de depósitos e, en ocasións, os que hai están lonxe», explica el presidente de la federación, Jesús Vázquez. Desde la asociación, además de pedir más servicio, realizaron 30 charlas de concienciación para que la gente mayor comenzara a reciclar. «Pero non sirve de nada que a xente queira reciclar se despois non teñen recursos». Esta carencia se suma a la baja periodicidad de recogida. En la gran mayoría de parroquias, el servicio de basura pasa una vez a la semana, pero hubo casos en los que se retrasaron hasta dos meses, según constata Vázquez. En Sarria, por ejemplo, el representante del grupo Actúa, Antonio Cancelo, también trasladó sus quejas por la imposibilidad de reciclar en las zonas cercanas a la capital de comarca. Mercedes Vázquez, ganadera de Aguiada, una aldea pegada a Sarria, cuenta la dificultad de separar los residuos: «Aquí antes había un contenedor amarelo, pero quitárono, agora só hai o verde. Para reciclar temos que ir ata o albergue máis cercano». Otro vecino de Carballal, otra aldea próxima, coincide: «Teño que tirar todo ao mesmo porque non hai outra cousa».
Más consumo de plástico
La pandemia provocó un aumento del uso de residuos plásticos. Según los datos de la Sociedade Galega do Medio Ambiente (SOGAMA), hasta el mes de noviembre, el consumo en la provincia de Lugo de la bolsa amarilla ascendió un 10,7% con respecto al año pasado. Lo que se traduce en 3.031,93 toneladas, unas 300 más que en el 2019. El mayor pico registrado fue en el mes de marzo, con una diferencia del 26,7% el mismo mes del 2019. La precaución por coronavirus elevó el consumo de guantes y paquetes de plástico para aislar los productos alimentarios. Y a esto se sumó el consumo de paquetería. Este cambio de situación requiere de los recursos necesarios para poder hacer una separación adecuada.
Los ganaderos recurren a puntos limpios para transportar los plásticos grandes
La zona rural de la provincia de Lugo está ocupada en gran parte por ganaderos. Y las explotaciones agrarias conllevan un gran consumo de plástico y residuos especiales. De todo lo que se produce en el día a día de una granja solo uno de los residuos está controlado: los fitosanitarios. Se trata de los sulfatos o pesticidas utilizados para todo tipo de productos agrícolas. Los vendedores de los fitosanitarios exigen un certificado de que han sido depositados en un punto adecuado. De esta certificación se encargan las cooperativas agrarias, como Airas, que cuenta con un punto en cada comarca.
Al margen de estos productos, el resto de residuos que produce la explotación es responsabilidad de cada ganadero. Desde la Federación Veciñal también reclaman un programa de recogida de plásticos agrícolas. Los silos, los hilos o los rulos suponen una gran cantidad de plástico y los ganaderos no disponen del contenedor correspondiente. La ganadera Mercedes, de Aguiada, cuenta que acumula grandes cantidades y las lleva a un punto limpio porque en el día a día no tiene donde depositarlas. Otro de los residuos son los aceites de las maquinarias, que tienen que trasladarlos a talleres.