Las traseras no están a la altura de la Muralla de Lugo

Lorena García Calvo
LORENA GARCÍA CALVO LUGO / LA VOZ

LUGO

Veintiún años después de su declaración como Patrimonio Mundial, el entorno del gran monumento sigue sin brillar

04 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La Muralla de Lugo se vive a muchos niveles. Unos la recorren por deporte, otros para atajar y muchos otros para disfrutar de un monumento casi bimilenario que es único en el mundo. El problema es que las vistas que regala desde su adarve no siempre son las deseables. Sobre todo, si se trata de mirar hacia el recinto histórico. Porque ahí lo que se puede observar son, sobre todo, traseras de edificios que en muchas partes del recorrido ofrecen una imagen descuidada. En algunos puntos, incluso de abandono restando belleza a la construcción romana.

Es muy probable que el punto más problemático se encuentre, precisamente, en el lugar en el que se cruzan los tres patrimonios, la Muralla, el Camiño de Santiago y la Catedral. Allí, al lado del Vicerreitorado, se localiza desde hace años una vivienda apuntalada que parece querer caerse a pedazos y que está llena de grafitis. Hasta los puntales metálicos que sostienen la edificación están ya oxidados.

Avanzando, uno se encuentra algunas construcciones más que también vivieron tiempos mejores, antes de llegar al descampado trasero del Pazo de Dona Urraca. Este edificio histórico se convertirá en la primera sede fuera de Santiago del Centro Galego de Arte Contemporáneo, pero la Xunta todavía no ha iniciado las obras. Al menos, ahora el patio se encuentra libre de maleza. Y lo mismo sucede, un poco más adelante, con la Casa Torre medieval. El edificio está a la espera de ser restaurado, y mientras tanto ofrece una imagen muy pobre encastrado en la Muralla. Justo al lado se encuentra una excavación arqueológica sin explotar que bien podría funcionar como reclamo turístico, pues allí se localizaron hornos medievales y romanos.

Avanzando, uno puede encontrarse un «leiraparking», edificaciones casi ruinosas pegadas a la Muralla, algunas llenas de lonas, y parcelas llenas de maleza. En este caso, hay que recordar que estaría prohibido por ley, puesto que no puede haber solares llenos de maleza que puedan ser un foco de insalubridad.

Adoptar medidas

A lo largo del recorrido también hay zonas que destacan por lo contrario, como los jardines de la Diputación, pero esto es casi una excepción. Las traseras de la Muralla necesitan una puesta a punto en la que las administraciones deberían ir de la mano, puesto que no todos los bolsillos pueden permitirse afrontar actuaciones importantes. Además, la ronda interior, que lleva años en marcha, pero avanza a un ritmo muy lento, también ayudaría a poner todavía más en valor el principal atractivo turístico de Lugo.