«Celestino Fernández de la Vega quería que la cultura gallega brillase en Europa»

Froilán Varela LUGO

LUGO

Semblanza de Celestino hecha por Maside
Semblanza de Celestino hecha por Maside MARIA TEJEDA

Su hijo Alberto y sui viuda, de 96 años, y que se acuerda de él cada día, presentan el epistolario inédito del ensayista con su amigo Ramón Piñeiro

16 may 2024 . Actualizado a las 17:58 h.

«Mi padre, Celestino Fernández de la Vega, Cilistro, quería que la cultura gallega brillara en Europa, lejos de localismos». Son palabras de Alberto Fernández de la Vega, uno de los tres hijos del matrimonio con María Luisa Maceda, y profesor de Matemáticas jubilado. Madre e hijo viven en la casa de este en San Acisclo, de O Valadouro y recuerdan la figura de Celestino, un autor fundamental en la historia de las letras gallegas.

Esa es la conclusión a la que Alberto Fernández llega tras recordar la infancia con su padre y tras leer las 107 cartas que Celestino Fernández de la Vega (Friol, 1914-río Miño, 1986) le escribió al lancarés Ramón Piñeiro, que a su vez envió 173 epístolas a a su amigo Cilistro.

Este diario ha tenido acceso al epistolario inédito de Fernández de la Vega, iniciado en 1948 y que concluyó en el 79. Las cartas muestran la mente preclara del pensador, filósofo y ensayista lucense, un intelectual independiente.

La relación de amistad y de colaboración cultural entre ambos empezó, casi con toda seguridad, en el instituto Masculino Lucus Augusti de Lugo y duraría hasta la muerte.

Carta desde la cárcel

La primera es muy significativa pues Celestino escribió a Piñeiro, que estaba en la cárcel por refundar el Partido Galeguista. Le hizo llegar la misiva por un intermediario, un tal Milucho. Cilistro se congratula porque en pocas semanas podrían estar juntos, con Piñeiro en libertad.

El hijo y la viuda de Celestino en la casa familiar de O Valadouro
El hijo y la viuda de Celestino en la casa familiar de O Valadouro MARIA TEJEDA

En otra de enero de 1948 Celestino agradece a Piñeiro la crítica positiva hacia su obra. «Os teus xuízo sobre o meu traballo proporcionáronme a ledicia de saber que non perdín o tempo», dice Cilistro. «Cando penso no camiño recorrido —añade el intelectual de Friol— non podo menos que alegrarme e ser outimista. ¿Lémbraste daquelas conversas na muralla cheas de fantasía cando falabamos dun Heidegger en galego, dos temas galegos esenciais, do humorismo, da saudade, do lirismo, da paisaxe…?».

Piñeiro fue el muñidor de la editorial Galaxia y Celestino y García-Sabell colaboraron desde su inicio. En torno a 1950, cuando se fundó Galaxia, y en años posteriores todas las cartas de Celestino incluyen comentarios de autores editados por Galaxia. También hay cartas del lancarés, premiado con el día das Letras Galegas 2009, al de Friol.

Dónde conoció a su esposa

El 2 de enero de 1958 Ramón Piñeiro escribe a Celestino Fernández de la Vega: «Chegoume o teu traballo sobre a paisaxe, que lin con verdadeira avidez». Esta epístola esta manuscrita, mientras que la anterior de Cilistro está mecanografiada por su esposa, María Luisa Maceda Méndez, a quien conoció en el Gobierno Civil de Lugo cuando ella tenía tan solo 19 años. Fue su colaboradora personal durante toda su vida y juntos pasaban 22 de las 24 horas del día, excepto el tiempo de la tertulia de sobremesa, a la que ella no asistía. 

Reproducción de la famosa fotografía de la excursión que hicieron a Os Ancares y en la que aparecen, de izquierda a derecha, Domingo García-Sabell, Francisco Fernández del Riego, Celestino Fernández de la Vega, Ánxel Fole, y Ramón Piñeiro.
Reproducción de la famosa fotografía de la excursión que hicieron a Os Ancares y en la que aparecen, de izquierda a derecha, Domingo García-Sabell, Francisco Fernández del Riego, Celestino Fernández de la Vega, Ánxel Fole, y Ramón Piñeiro.

Peticiones para reivindicar un Día Letras Galegas para De la Vega

Ramón Piñeiro (Láncara 1914, Santiago de Compostela 1990) fue fundamental en la vida de Cilistro. Le inculcó a Celestino su amor a la lengua gallega y el de Friol pasó de escribir en castellano a hacerlo en la lengua de Rosalía. De este cambio también son testigo las cartas.

¿Quién habla hoy en día alemán? Una inmensa minoría. Pues bien Celestino lo hablaba en los años 40 para traducir de primera mano a Heidegger al gallego. Su obra cumbre, el ensayo sobre O segredo do humor (1963) también está escrito en gallego. Esta obra cumple este año seis décadas y es un libro de cabecera para abordar la retranca, como lo son volúmenes de Julio Camba y Wenceslao Fernández Flórez. Celestino escuchaba todas las mañanas y todas las noches emisoras alemanas para practicar el idioma.

Las dos radios que utilizaba se conservan en la casa del hijo Alberto en O Valadouro. Pero la pasión por el alemán no quedaba ahí. Cuando Cilistro y su familia viajaban a A Coruña buscaba interlocutores de alemán entre las tripulaciones de barcos polacos y alemanes llegados a puerto. En los conciertos también esperaba hasta el final por si algún músico tenía origen bávaro.

Una carta de Celestino a Ramón Piñeiro
Una carta de Celestino a Ramón Piñeiro MARIA TEJEDA

En la carta de 1958 de Piñeiro a Celestino, el primero lo invita a que publique «ensaios de enorme importancia para o desenvolvemento da cultura galega». Cada vez son más las voces, en el ámbito de la cultura gallega, que reivindican un Día das Letras Galegas para Cilistro.

Alberto, su hijo, recuerda que su padre rechazó hasta en dos ocasiones ser académico de la Real Academia Galega (RAG) y eso puede influir en la ausencia de un Día das Letras Galegas dedicado a Celestino Fernández de la Vega. Alberto se acuerda igualmente de los últimos años de su padre, con una fuerte depresión, y en los que pasaba tiempo mirando los cuadros de Fermín, una semblanza de Maside ­—que recoge a las mil maravillas el «cavilar» del filósofo— y uno regalado por Álvaro Gil sobre un paisaje de Sevilla.

Un socialdemócrata

Cilistro, según su hijo, fue socialdemócrata. En O Valadouro está la biblioteca que su padre mandó construir a un carpintero. Contiene todos los libros y apuntes en gallego de Celestino.

Celestino fue hijo del notario de Friol, Hixinio Fernández de la Vega y Pasarín, y su madre, Ánxela Pardo Saavedra, prima del padre del médico lucense Ricardo López Pardo.

Correos homenajeó en el 2022 a Celestino con un sello conmemorativo de la serie Literatura, cuyo matasellos original se puso en Lugo por un tiempo reducido. Entretanto, la casa natal de Ramón Piñeiro está a la venta en Armea de Abaixo, en Láncara. El Concello podría intervenir para dedicarla a museo, el segundo tras existir ya el dedicado a Fidel Castro.

María Luisa Maceda, de 96 años, y viuda de Celestino Fernández de la Vega
María Luisa Maceda, de 96 años, y viuda de Celestino Fernández de la Vega MARIA TEJEDA

«Celestino y yo fuimos muy felices hasta que faltó la salud», dice la viuda del ensayista

Fuimos muy felices hasta que faltó la salud», proclama la viuda de Celestino Fernández de la Vega, María Luisa Maceda Méndez, de 96 años, que pasó a su lado 22 de las 24 horas del día. Acudían juntos a las tertulias, salvo a la de la sobremesa cuando iba solo Celestino.

La esposa de Fernández de la Vega besa todas las mañanas y todas las noches el retrato de Cilistro en marco de plata. Ella está muy bien conservada, lúcida y con una memoria portentosa.

Tanto es así que fue ella la principal salvaguarda del patrimonio cultural de su marido, metiendo en distintas carpetas la correspondencia de Celestino. Lo conoció con solo 19 años en el Gobierno Civil de Lugo, donde trabajaban ambos, y se enamoró de él, una pasión que aún alienta hoy en día.

Fue su Zenobia Camprubí de Juan Ramón Jiménez o la Carmen Muñoz de Rafael Dieste. Ella pasaba a máquina todos los escritos de su marido, que era el cerebro intelectual y ella su segunda a bordo. Trabajaban en el mismo despacho en casa y en el trabajo. Ella mecanografiaba todos los pensamientos de Celestino y los guardaba. El hijo Alberto prefiere que hable su madre de Fernández de la Vega, al estar ella tan bien de salud.

María Luisa Maceda recuerda que tuvieron tres hijos: Celestino el mayor, que murió en accidente de tráfico, Alberto, con quien vive actualmente, y Luis, que está en Alicante.

Entre Recatelo y Doctor Gasalla

Según explica María Luisa Maceda Méndez, Celestino vivió muchos años en Recatelo, en Cedrón del Valle, y posteriormente en Doctor Gasalla, número 2, donde tiene una placa, y donde vivió desde 1975 con su esposa y tres hijos.

En Cedrón del Valle vivieron de casados y ahí nacieron sus tres hijos. De soltero Celestino compartía esa vivienda con dos de sus hermanas y un hermano. El primer domicilio de Celestino en Lugo, adonde vino a estudiar, fue Obispo Basulto, junto con alguno de sus hermanos.

En la Guerra Civil

Su esposa rememora la marcha al frente en el año 1936 de Celestino Fernández con los nacionales. «Al estallar la guerra, Cilistro estaba haciendo la mili en el Gobierno Militar de Lugo y dos amigos falangistas le aconsejaron que era mejor que se marchase de Lugo», y De la Vega solicitó irse al frente.

La muerte

La trágica muerte de Celestino, que se suicidó tras una fuerte depresión en una persona hipocondríaca, no borró el amor de los labios de su esposa, quién sonríe a la vida mientras besa cada mañana y cada noche el retrato de su Celestino.

Cilistro escribió durante más de 50 años un centenar de artículos en la prensa gallega, desde junio de 1934 hasta marzo de 1986

El ensayista e intelectual lucense Celestino Fernández de la Vega escribió un centenar de artículos en la prensa gallega durante más de 50 años, entre junio de 1934 y marzo de 1986.

El primer artículo que Cilistro publicó en El Progreso fue el 27 de junio de 1934, según señala el periodista Juan Soto en el libro Celestino Fernández de la Vega, mestre de lucenses nun tempo de sombras, editado por el Servizo de Publicacións da Diputación de Lugo. En adelante este artículo tendrá como fuente única a Juan Soto Gutiérrez.

Alberto, hijo de Celestino, analizando las cartas
Alberto, hijo de Celestino, analizando las cartas MARIA TEJEDA

Entre 1934 y 1935 Celestino publicó en el diario local 32 artículos. Uno de ellos, Romanticismo y juventud, que podría publicarse en las cabeceras más exigentes de Madrid.

Cilistro valoraba la juventud que estudiaba a Ortega y Unamuno. En El Progreso de entonces había una sección denominada Colaboración espontánea, donde el redactor jefe Antonio Goy escribía apostillas.

En este espacio Fernández de la Vega publicó en enero de 1935 Baroja y el público, donde defiende su estilo y niega las acusaciones hacia él de comunista y masón.

Críticas a Cunqueiro y María

Un artículo de Cilistro sobre la cultura gallega, publicado el 26 de marzo de 1961, levantó ampollas al criticar el intelectual de Friol a Aquilino Iglesia Alvariño, Cunqueiro y Manuel María. En cambio defendía a Luis Pimentel, Maside, Xesús Bal y Gay o Domingo García-Sabell. Se trataba de una encuesta que había propuesto Ánxel Fole.

Fernández de la Vega publica el Domingo das Mozas de 1974 una doble página sobre Lugo con ocho columnas por carilla. Celestino también pidió desde su columna una gran plaza para Lugo, un tema que es hoy actualidad con la peatonalización.

Sobre Heidegger, el último

El último artículo que publicó Celestino Fernández de la Vega fue sobre el filósofo alemán Martin Heidegger, al que tradujo al gallego.

Se publicó el mismo día que el diario local también publicó la noticia de su muerte. Cilistro falleció en marzo de 1986. Faltó de su domicilio el 25 de marzo y su cuerpo fue hallado en el río Miño el 15 de abril, con 71 años de edad.