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Paula Alvarellos, la alcaldesa que inauguró el auditorio y reactivó el urbanismo

Lorena García Calvo
LORENA GARCÍA CALVO LUGO / LA VOZ

LUGO

Paula Alvarellos, en el despacho de la alcaldía
Paula Alvarellos, en el despacho de la alcaldía LAURA LEIRAS

La socialista estaba ilusionada con relanzar la zona norte de la ciudad, su gran proyecto

05 mar 2025 . Actualizado a las 21:50 h.

Lugo se despierta este domingo todavía conmocionado por el fallecimiento de Paula Alvarellos. Un duro golpe para su familia y gente próxima, pero que también ha impactado de lleno en la ciudadanía. Paula era un mujer conocida en la ciudad, primero por su actividad como abogada y defensora de causas sociales, y luego como alcaldesa.

En enero del 2024 se convertía en alcaldesa de Lugo llena de ilusión y con ganas de convertir en mejor la ciudad en la que vivía desde hacía décadas. Pero su carrera de fondo se ha truncado apenas trece meses después. Un tiempo en el que, sin embargo, la segunda mujer en ostentar el bastón de mando ha dejado su huella en la ciudad y entre los que han trabajado con ella.

Entre las primeras grandes decisiones que adoptó la regidora estuvo el nombramiento de cargos como el de nuevo interventor, nueva secretaria, varios jefes de servicio o el de director general de Urbanismo, puestos clave en la Administración local y que se habían quedado vacantes.

El nombramiento de urbanismo era clave en la estrategia de Alvarellos. Consciente de que Lugo necesitaba reactivarlo, buscó una persona experta y de confianza para dar un empujón al área. También cambió algunas normativas y en sus planes estaba modificar algunas más. Los resultados de esos primeros movimientos no se hicieron de rogar. Las numerosas licencias para el barrio de San Fiz o los avances en materia de planeamiento son algunos de los éxitos de la regidora, que quería buscar también una solución para el barrio de O Carme a través de un concurso de ideas.

A Paula Alvarellos le gustaba la política de hechos consumados. Anunciar lo conseguido solo cuando estaba atado. Durante sus 13 meses de gobierno mantuvo un perfil bajo, quizás también obligada por las circunstancias. Las bajas de dos de sus compañeros de grada —a los que precisamente en el pleno del jueves había dado de nuevo la feliz bienvenida— habían obligado al resto de concejales socialistas a asumir más competencias, y a Alvarellos le tocó hacer más despacho del que le gustaba.

Pero fue precisamente en ese despacho, al que quiso abrir puertas para todos, donde se gestaron cuestiones relevantes para el Ayuntamiento. Quizás la más visual, la apertura del nuevo auditorio. Alvarellos fue la encargada de dar el empujón definitivo para la puesta en funcionamiento del equipamiento cultural más esperado en años. Pero siguiendo con su tendencia a no acaparar focos, ese día se limitó a acompañar a Ainhoa Arteta al escenario y a decir unas palabras en el descubrimiento de la placa.

Tomar decisiones

Paula Alvarellos, al asumir el bastón de mando, asumió también algunas patatas calientes a las que intentó rebajar la temperatura. Las obras de peatonalización posiblemente fueron las que más guerra le dieron, pero tenía claro lo que quería y que en cuanto estuviesen acabadas los vecinos estarían contentos. Mejoró la comunicación con las partes y tendió puentes para consensuar decisiones.

También buscó un nuevo modelo de funcionamiento de las tan denostadas Caldas do Miño, perseveró con la playa fluvial a pesar de que las circunstancias no le ayudaban y dotó de contenido el Impulso Verde, ya que trasladó allí un departamento. Activó la redacción de nuevas normas para mejorar la ciudad y volvió a poner el foco sobre el museo da Romanización, consiguiendo los primeros euros para reformar el edificio.

El trabajo de Paula Alvarellos era como el de las hormigas, constante, fino, sin descanso.

Mejorar la economía municipal se convirtió en una de sus banderas y a eso le puso mucho empeño. Lo mismo que a diseñar unos presupuestos para el 2025 que, lamentablemente, ya no podrá ejecutar. Llamó a puertas europeas y no le tembló la mano al a hora de reclamarle más dinero e infraestructuras a la Xunta.

Su proyecto ilusionante

Pero si había algo que generase ilusión en Paula Alvarellos eso era Novo Norte, su gran proyecto. Siguiendo con su filosofía vital, la regidora defendía que era necesario potenciar la igualdad entre los barrios de la ciudad, y tras años invirtiendo en el sur, tocaba centrar los esfuerzos en el norte.

El pasado mes, acompañada de uno de sus fieles escuderos, Mauricio Repetto, presentaba en público la estrategia con la que quería transformar toda el entorno de la avenida da Coruña. Un macroproyecto para el que pidió fondos europeos y en el que llevaban trabajando meses. Un plan integral, ambicioso y que prima la humanización. Un espacio que soñaba y al que ahora otros deberán darle continuidad.

Alvarellos se fue demasiado joven, en plenitud de facultades y con todas las ganas e ilusión. Una ilusión que exhibía al vivir la vida y también al proyectar el Lugo del futuro. Atrás deja a muchos seres queridos afectados, pero también a una ciudadanía de la que supo ganarse el respeto y el cariño.