Benigno Pérez, residente de Psiquiatría en el HULA: «Ha aumentado la demanda en niños y adolescentes y las consultas están desbordadas»

Lucía Blanco
Lucía Blanco LUGO / LA VOZ

LUGO

Benigno Pérez Regojo, residente de Psiquiatría en el HULA, ha sido uno de los ganadores de la beca de la Fundación María José Jove.
Benigno Pérez Regojo, residente de Psiquiatría en el HULA, ha sido uno de los ganadores de la beca de la Fundación María José Jove. cedida

Acaba de ganar una beca de la Fundación María José Jove que lo llevará a rotar en el Gregorio Marañón y en el Clínico San Carlos de Madrid para mejorar la atención en los pacientes jóvenes. «La depresión y la ansiedad se pueden manifestar con características diferentes a los adultos, por eso hace falta formarse», dice

06 mar 2025 . Actualizado a las 20:10 h.

Atravesamos una crisis de salud mental en jóvenes. Lo confirman los informes como el de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria, que señala el incremento de ansiedad, depresión y conductas autolesivas en menores, y también lo viven en las consultas. «Ha aumentado muchísimo la demanda en niños y adolescentes con respecto a hace años y las consultas están desbordadas», explica Benigno Pérez Regojo, residente en el Servicio de Psiquiatría en el HULA, que durante su cuarto año se ha centrado en la atención de pacientes de hasta 16 años.

Sin embargo, tratar a un paciente adulto no es lo mismo que a un menor, por lo que Pérez, que es natural de Vigo, está convencido de la importancia de especializarse en la población infantojuvenil. En la línea de ofrecer un mejor servicio en Galicia, la Asociación Gallega de Psiquiatría y la Fundación María José Jove convocaron el II Fondo de Ayudas para Formación Avanzada en Psiquiatría Infanto-Juvenil FMJJ, en la que el residente ha resultado uno de los ganadores. 

Gracias a esta beca, el doctor hará una doble rotación en dos centros de referencia en Madrid: el Hospital Gregorio Marañón y el Hospital Clínico San Carlos. En el primero, trabajará dos meses en el programa AMI-TEA (Atención Médica Integral a personas con TEA), un modelo de referencia nacional en el manejo de los trastornos del espectro autista para su posible adaptación y aplicación en los servicios de la comunidad, que es donde le gustaría trabajar al terminar la residencia. «Yo consideraba que en Galicia no tenemos un dispositivo tan especializado y sería muy enriquecedor el hecho ver cómo funciona», determina.

En el caso del Clínico San Carlos, estará durante un mes en la planta de hospitalización breve de adolescentes, referente nacional en el abordaje integral y multidisciplinar de jóvenes con patología psiquiátrica aguda. En ambos completará lo que ha aprendido hasta en el momento en Lugo. «Es un hospital fantástico y la formación es muy buena, pero sí que es verdad que desde que llegué se han ido muchos psiquiatras y por lo tanto la carga asistencial está aumentado bastante», puntualiza.

Depresión y ansiedad

En consulta ven principalmente casos vinculados a la depresión y la ansiedad y «también trastornos mentales graves como la esquizofrenia o el trastorno bipolar». Cuando los que lo padecen son pacientes de corta edad puede llegar a chocar. «Es una reflexión muy frecuente la de cómo es posible que un niño tenga depresión o ansiedad, pero ocurren, aunque se pueden manifestar con características diferentes al adulto. Por eso es importante formarse para saber valorar cómo de distintos son los casos».

Desde hace dos años los MIR pueden optar por la especialidad de Psiquiatría infantil y de la adolescencia. «Antes solo podíamos escoger Psiquiatría general y así se han separado, un poco en vistas a poder formar a profesionales suficientes en estos ámbitos y cubrir las necesidades de la población». En el caso de Lugo, afirma que son pocos los enfocados en el niño y el adolescente, lo que implica que «entre ese factor y que ha aumentado la demanda las listas de espera sean grandes».

Cambios marcados en la conducta

En cuanto a la detección de posibles problemas de salud mental, los padres podrían ser los primeros en dar la voz de alarma. «Son los que mejor los conocen. Si ven ciertas conductas o comportamientos que se salen de lo que estaban acostumbrados hay que estar atentos». Sin olvidarse tampoco de que la propia etapa del desarrollo implica ciertos cambios. «Si son muy marcados en ciertas conductas sería mejor consultarlo con un profesional. Hay que destacar que la gente está cada vez más concienciada y se hace más».

Poco a poco, van quedando atrás los tabúes que existen en torno a la salud mental. «No estamos al nivel de otros países como Estados Unidos, donde está más normalizado. Sin embargo, se ha mejorado mucho, incluso se ha llegado al caso contrario, a idealizar la salud mental, por ejemplo, diciendo que todo el mundo tiene que ir al psicólogo. Y tenemos que encontrar el punto medio».