Henry Vidal, músico cubano: «Quiero enriquecer la cultura lucense y que se interesen por las cantigas medievales»
LUGO

El intérprete actuará el sábado 16 junto a Irina Bunkova en la Capela de San Roque de Lugo
16 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Con 35 años y de procedencia cubana, Henry Vidal llegó a Lugo hace poco más de dos años y medio, pero ya habla de la ciudad con la confianza de quien la conoce de toda la vida. Su trayectoria personal y artística lleva tiempo trazando un camino hacia Galicia, como si su destino estuviera escrito mucho antes de llegar a la ciudad amurallada.
Todo empezó con un viaje a la Ribeira Sacra, tierra de sus abuelos. Para él fue amor a primera vista: «Vine para conocer la casa de mi abuelo… y me quedé porque es imposible no enamorarse de Galicia».
Nieto de emigrantes gallegos, Henry siempre estuvo ligado a las raíces familiares. Participó en asociaciones gallegas en La Habana y colaboró con la Cátedra de Cultura Galega Xosé Neira Vilas de la Universidad de La Habana. Allí, entre archivos y partituras, descubrió que su destino tenía forma de viola medieval.
El regreso de las cantigas
Este sábado, a las 20.00, Henry se subirá al escenario de la Capela de San Roque de Lugo junto a la intérprete Irina Bunkova. Juntos presentarán «Os sons das cantigas: A relixiosidade popular nas cantigas do século XIII», un viaje musical que rescata las composiciones dedicadas a Santa María de los trovadores Airas Nunes y Airas Fernández de Capancho.
La historia de este dúo comenzó por casualidad: un amigo común los presentó en una asociación cultural y decidieron continuar un proyecto que Henry había iniciado en La Habana con el nombre de Ensemble Lauda. Fundada en 2010, esta agrupación nació para reconstruir e interpretar la música medieval de los períodos románico y gótico, con un pie en la investigación académica y otro en la interpretación artística.
Pasión y vocación
Sin embargo, su historia como músico comenzó mucho antes de aterrizar en Galicia. De niño, en La Habana, escuchó por primera vez música gregoriana gracias a su hermano mayor, que por entonces era monaguillo y soñaba con ser sacerdote. Aquellas voces antiguas lo dejaron fascinado. Pronto entró en un coro masculino, donde interpretaba música antigua y aquello fue el inicio de una carrera profesional.
Henry estudió Dirección Coral en La Habana, pero ha construido su propio camino en la música medieval sin maestros cercanos. Aprendió de forma autodidacta a tocar instrumentos medievales como la viola y el arpa, reconstrucciones basadas en las miniaturas de las Cantigas de Santa María y en figuras del Pórtico de la Gloria. «En Cuba no hay maestros para estos instrumentos… Es un camino muy personal. Tienes que aprender a pensar como un músico medieval para poder tocarlo», señala.
De esa formación solitaria se nutrió también de referentes como el musicólogo Mauricio Molina y del trabajo artesanal del lutier Antonio Franco Carreira. Sueña con que en Lugo exista una agrupación estable de música medieval, para no depender siempre de músicos de fuera. «Quiero enriquecer la cultura lucense y hacer que se interesen por esta parte de la historia», apunta.
Una vida afinada con historia
Henry se presenta como intérprete especializado en la música de los siglos XI, XII y XIII, con un amor especial por la lírica gallego-portuguesa. Ha investigado, reconstruido y grabado repertorios que van desde los trovadores franceses hasta la poesía latina medieval, siempre con un enfoque riguroso y un profundo respeto por las fuentes históricas. Entre sus trabajos destaca el disco Cantigas de Santuarios, publicado con el sello holandés Aliud Records, fruto de años de investigación.
Pero en la familia Vidal el arte es cosa de sangre. Su hermano, Hanoi, es pintor y ha ganado premios internacionales, como el del Festival de Arte Menotti en Italia. Vive también en Lugo y ha expuesto en algunas salas de arte, aunque su gran sueño es abrir su propia galería.
Ambos llegaron a Lugo como muchos emigrantes, buscando un nuevo hogar, pero lo hicieron con algo más en la maleta: música, pintura, historia y ganas de compartir. Su trabajo no solo suma a la vida cultural de la ciudad, sino que demuestra que, a veces, quien viene de lejos trae consigo piezas que encajan perfectamente en la identidad del lugar.