La falta de bares vació el centro y afectó también a los comercios

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Por la ciudad todavía pueden verse terrazas sin recoger de locales con la persiana bajada
Por la ciudad todavía pueden verse terrazas sin recoger de locales con la persiana bajada ALBERTO LÓPEZ

Fueron pocos los bares que abrieron para ofrecer café y comida para llevar

07 nov 2020 . Actualizado a las 22:00 h.

Un sábado convertido en domingo. Así quedó la ciudad el primer día sin bares ni restaurantes abiertos, el gran foco de socialización de la ciudad. La manifestación abarrotó las calles por la mañana y hasta mediodía. Gracias a la protesta, fueron muchos los que se animaron a entrar en los comercios del centro. Pero todo fue un espejismo.

Una vez se disolvió la multitud, la ciudad se vació al mismo tiempo que fueron apareciendo las nubes. El día se prestaba para pedir comida a domicilio o para ir a recogerla, únicos servicios que podrán ofrecer los establecimientos durante al menos un mes. En el centro comercial de As Termas, los restaurantes permanecen abiertos, pero con mesas precintadas.

Por las calles de Lugo, todavía quedaban terrazas sin recoger; sillas y mesas de bar amontonadas y rodeadas de cadenas. La tarde, cada vez más gris y con una ligera lluvia, transcurrió con tranquilidad y silencio. Familias y parejas pasearon por la ciudad con sosiego y apenas entraron en las tiendas que alberga el recinto amurallado. Las normas para la contención del covid-19 tampoco ayudan a crear ambiente por las rúas, ya que solo permiten reuniones con convivientes.

El servicio a pie de calle tan solo resistió en unos pocos bares. En especial, en los negocios que también funcionan como pastelerías, que se salvaron, en gran parte, gracias a los cafés para llevar. Algunos locales mostraban carteles en sus escaparates recordando este servicio, pero tenían la persiana bajada. Los hosteleros agradecen que el resto de tiendas sí continúen abiertas porque se retroalimentan. «Atraen tránsito por delante del local y así, la gente se anima a comprar para llevar», cuenta la propietaria de una cafetería del centro. Este solo fue el primer día de un mes que auguran largo, y que de ninguna manera cubrirá las cuantiosas pérdidas que acarreará.