Hace 45 años, Juan Carlos I alababa en Lugo el valor de la Galicia campesina

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Los reyes, en O Arneiro. El segundo por la derecha es Antonio Rosón, entonces al frente de la Cámara Oficial Sindical Agraria de Lugo
Los reyes, en O Arneiro. El segundo por la derecha es Antonio Rosón, entonces al frente de la Cámara Oficial Sindical Agraria de Lugo PEINÓ

Los reyes recibieron información sobre la realidad económica de la provincia

21 abr 2023 . Actualizado a las 17:16 h.

«Campesiños, labregos, homes e mulleres do campo galego: vós representades a Galicia de sempre, as tradiciós máis enxebres d´un pobo nobre e xeneroso que hoxe ten fillos polo mundo inteiro». Palabras reales pronunciadas en Lugo hace 45 años, el 28 de julio de 1976. Fueron reales porque las dijo Juan Carlos I en un acto celebrado en O Arneiro, zona de la Terra Chá que se reparte por Cospeito y por Abadín, con asistencia de miles de personas de esa Galicia de agricultura y de ganadería a la que se dirigía.

Los problemas que afrontaba el campo gallego fueron también recogidos en el discurso de Antonio Rosón Pérez, entonces presidente de la Cámara Oficial Sindical Agraria de Lugo. Electrificación, vivienda, sanidad, seguridad social, mejora del medio rural, ordenación parcelaria y de las explotaciones, educación y formación de los agricultores fueron cuestiones citadas por Rosón, que sugirió además formas de actuación. «Es razonable que el sindicalismo agrario se organice y fortalezca, con unidad de acción, de cara al futuro», manifestó Rosón, que luego sería presidente de la Xunta preautonómica y del Parlamento gallego.

Cuando pronunció ese discurso, cerca del cruce de las carreteras LU-120 (Vilalba-Paraxes) y LU-113 (Rozas-Abadín), Juan Carlos I llevaba ocho meses como rey. Que hablase gallego en parte de su intervención o que subrayase que la unidad de España debía reconocer la riqueza de su diversidad reflejan que el trasfondo de lo que ha pasado a la historia como transición del franquismo a la democracia estaba incluso presente fuera de las grandes ciudades y de los actos señalados.

Antes de llegar a O Arneiro, los reyes Juan Carlos y Sofía, que recorrían ese verano las cuatro provincias gallegas, visitaron Lugo ciudad tras haber parado brevemente en Palas de Rei y en Guntín. Su estancia tenía una parte simbólica, pues la capital de la provincia llevaba meses con diversos actos para celebrar el bimilenario de su fundación, y la visita real quedó vinculada con esos actos: un monolito colocado junto a la muralla de Lugo, a la altura de la puerta de San Fernando, recuerda esa jornada. El alcalde, Tomás Notario, logró de Juan Carlos I permiso para que una plaza de la ciudad llevase el nombre del rey, que fue nombrado regidor perpetuo. También la catedral fue visitada por los reyes.

Un monolito colocado junto a la puerta de San Fernando recuerda la visita de los reyes de España en 1976
Un monolito colocado junto a la puerta de San Fernando recuerda la visita de los reyes de España en 1976 CARLOS CASTRO

Al margen de lo simbólico y de la presencia de lucenses que saludaron el paso de los reyes, en los actos oficiales de Lugo quedaron también presentes cuestiones socioeconómicas. En una comida ofrecida por la Diputación, el presidente de dicho organismo, Eduardo García Rodríguez, aseguró que «la riqueza agrícola, ganadera y forestal [de Lugo] subyace, inexplotada, en la entraña de un paisaje al que un gallego no sabe ni quiere renunciar porque constituye la raíz de su ser».

De todos modos, en la visita no se habló solo de necesidades sino también de proyectos y de actuaciones. Un proyecto en construcción del que se informó a los reyes fue el de la fábrica de alúmina en San Cibrao, que empezó a funcionar años después y a cuya inauguración asistiría el rey. Un proyecto concluido era el de colonización en la Terra Chá.

Miles de personas, llegadas de toda la provincia, se concentraron en O Arneiro co motivo de la visita de los reyes de España
Miles de personas, llegadas de toda la provincia, se concentraron en O Arneiro co motivo de la visita de los reyes de España PEINÓ

Tras el acto de O Arneiro — en donde algunas pancartas mostraron la oposición popular al embalse conocido como Gran Suarna, previsto en la curso alto del Navia y finalmente descartado—, los reyes se desplazaron a Vilalba, en donde el alcalde, Francisco Roca, explicó necesidades del municipio, especialmente en dotaciones escolares. Como en otros lugares, la visita generó gran expectación. Los reyes tomaron luego un helicóptero para volver a Santiago de Compostela.

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