Experto en idas y venidas con final amargo

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Ulrich Körner, primer ejecutivo de Credit Suisse, es un viejo conocido de la casa que ha pasado su vida profesional a caballo entre la entidad que dirige actualmente y UBS, su nuevo dueño

26 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Pérdidas multimillonarias, escándalos por doquier, idas y venidas en la cúpula y una mala gestión —por no decir pésima— son los principales ingredientes del cóctel que se ha llevado por delante a Credit Suisse y sus más de 160 años de historia, para acabar en manos de UBS, su gran rival. La mejor solución, si no la única, a ojos de las autoridades suizas, y no suizas, para evitar la quiebra de uno de los integrantes de esa treintena de entidades financieras consideradas sistémicas. Que es lo mismo que decir que si caen, la tormenta en el sistema financiero mundial está asegurada.

La china al frente del banco, entre los destinos predilectos de los dineros de los más acaudalados del planeta, le ha tocado a Ulrich Körner (Born, Alemania, 1962), primer ejecutivo de la entidad desde hace menos de un año, aunque viejo conocido de la casa. De hecho, buena parte de su carrera profesional se la ha pasado este directivo de nacionalidad germano-suiza saltando de uno a otro de los dos bancos protagonistas de la operación que nos ocupa y que tantas ampollas ha levantado en Suiza.

Licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de St. Gallen, especializada en el ámbito de los negocios, realizó Körner los estudios de Primaria en la ciudad alemana de Saarbrücken, en la frontera con Italia; y más tarde, en el Lyceum Alpinum Zuoz, uno de los colegios internacionales de mayor prestigio de Suiza. Debutó en el mundo laboral allá por 1989. Como auditor en Price Waterhouse. En la sede de la consultora en Zúrich. Cuatro años después decidió dar el salto a McKinsey. Como consultor en materia de gestión que era, supervisó más de un proceso de reestructuración, incluidos los vastos recortes de plantilla asociados a algunos. Uno de ellos, el de la integración de Volksbank en Credit Suisse. Fue así como inició Körner su particular relación con la entidad helvética. Larga. Intensa. Trufada, eso sí, de idas y venidas. De esas que agotan. De las que no acostumbran a acabar bien, y la dejan a una con sabor amargo. Como así ha sido.

Encandilados con su buen hacer en la mencionada operación, los responsables de Credit Suisse por aquel entonces decidieron contratarlo como director financiero para Suiza, con un puesto reservado en la junta ejecutiva. Peldaño a peldaño fue subiendo en el escalafón hasta llegar a ser responsable del banco en Suiza. Cargo que ocupaba cuando UBS lo tentó con una oferta y abandonó el barco seducido por los encantos del rival. Corría el año 2009. También allí hizo carrera el ejecutivo. Pasito a pasito. Hasta que en el 2019 fue nombrado asesor sénior de Sergio Ermotti, entonces máximo ejecutivo de UBS, posición desde la que tomó parte de forma activa en el relanzamiento de la entidad tras la devastadora crisis que asoló el sistema financiero en el 2008.

Y en el 2021, otra vuelta a la tortilla de su relación con Credit Suisse, en cuyos brazos volvió a caer rendido el ejecutivo. Su misión entonces: hacerse cargo de la gestora de fondos de la firma. Y otra vez el ascenso. Hasta llegar en esa ocasión a lo más alto de la entidad, para caer ahora con gran estruendo. Claro que para lamerse las heridas siempre le queda a Körner el refugio de la familia en el valle alpino de Engadina, en el cantón de los Grisones. A buen seguro que un poco de senderismo y un mucho de esquí, dos de sus grandes pasiones, le vendrán bien para restañar el orgullo y recomponer su futuro.