El acelerón de la movilidad compartida

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Usuarios de Lime, una de las aplicaciones más utilizadas para compartir monopatín eléctrico
Usuarios de Lime, una de las aplicaciones más utilizadas para compartir monopatín eléctrico SARAH MEYSSONNIER | REUTERS

La Universidad de Berkeley estima que el sector alcanzará, a nivel mundial, un volumen de negocio de 600.000 millones de dólares para el 2030, cifra clave si se quiere entender el futuro de las ciudades

11 jun 2023 . Actualizado a las 21:52 h.

El coche fue durante décadas la aspiración y carta de bienvenida a la clase media. Hoy, en cambio, ha abandonado ese lugar predilecto, tanto en España como en buena parte de los países más desarrollados del mundo. La batalla contra el cambio climático ha convertido al turismo en uno de los enemigos a batir, en un rival que ya tiene prohibida la entrada en las principales ciudades occidentales. A ello hay que sumar los precios de los combustibles, que siguen disparados, y unos costes de financiación que tras el alza de los tipos de interés se antojan inasumibles. Mientras la sociedad transita hacia un futuro verde, la movilidad compartida comienza a tener cada vez más peso. Si contar con un coche en propiedad pierde cada año más sentido, quizás la clave pase por compartirlo. Que esa filosofía funciona lo evidencia que en el 2020 ya generó 260.000 millones de dólares. Para el 2030, la Universidad de Berkeley apunta hasta la friolera de los 660.000 en todo el planeta.

Su expansión en España sigue a buen ritmo tras asentarse en sus principales ciudades. Cabe destacar que existen dos grandes modalidades: los servicios ofrecidos por un particular o empresa en los que se comparte un viaje, y aquellos en los que lo que se comparte es directamente el vehículo. En la primera categoría se encuentran las llamadas firmas de ridesharing, entre las que destacan BlaBlaCar o Amovens; y las de ridehailing, con empresas como Uber o Cabify.

En la segunda categoría conviven tanto el carsharing como el motosharing. En el caso de los automóviles, Ubeequo es la de mayor cuota de mercado, con el 28,3 % de los usuarios; seguido por Zity, con el 26,1 %; Free2Move, con el 23,9 %; GoTo, con el mismo 23,9 %; y Wible, con el 14,4 %. En el caso de las motocicletas, la aplicación que destaca es la de Coltra, con el 47,5 % de los usuarios; seguida de Acciona, Seat Motosharing, YEGO Mobility y Reby, según datos de Smartme Analytics.

el coche

En los últimos años también ha surgido la modalidad llamada carsharing P2P, que funciona entre particulares y que sirve para rentabilizar el coche compartiéndolo durante los momentos en los que no lo utilizas. Para ello, aplicaciones como Drivy o Social Car son las más demandadas. Para Santiago Campos, jefe de compras de la firma Rocket Lab —empresa centrada en tecnología y desarrollo de aplicaciones— el potencial del sector es total: «Existen actualmente muchas apps de movilidad compartida en el mercado español. Es un sector en pleno crecimiento, con nuevos actores que se están incorporando a este nicho»

No son pocos los motivos que justifican ese bum de la movilidad compartida. Por poner ejemplo, un informe de Tom Tom, empresa famosa por sus GPS, destaca que en las ciudades de un tamaño similar al de Madrid se pueden perder hasta 69 horas al año en atascos. Es por ello que no solo se busca compartir vehículos motorizados. Según el European Shared Mobility Index, elaborado por la consultora Fluctuo, París es la ciudad de Europa donde más se comparte bicicleta, con unas 25.000 disponibles. Londres cuenta con unas 10.000, cifra similar a la de Milán. En España, Barcelona, con unas 5.000, es la principal ciudad, seguida de Madrid.

El informe evidencia otra cuestión. El uso del patinete eléctrico compartido crece, y mucho. Berlín aparece como el principal ejemplo, con unos 25.000. Roma, Estocolmo y Oslo son otras ciudades del Viejo Continente donde se ha apostado por este tipo de vehículo gracias a aplicaciones como Bolt, Jump, Tier, VOI, Wind o Lime, a las que hay que sumar las que ofrecen directamente ciudades como Barcelona o Madrid.

Las nuevas generaciones

Conocer cómo han cambiado las nuevas generaciones también explica el porqué de la movilidad compartida. La Dirección General de Tráfico (DGT), dejó un dato revelador: en la última década el número de jóvenes de entre 18 y 25 años que sacan el carné de conducir ha caído en más de un 40 %. Ese cambio, que puede parecer cultural, tiene también un marcado sesgo económico. Mantener un coche no es sencillo y, mucho menos, en una ciudad de un tamaño importante. En aquellas donde el transporte público funciona con regularidad y eficacia, la opción de apostar por comprar un coche —con los gastos que conlleva en mantenimientos, aparcamientos o combustible— pierde cualquier lógica.

Que la movilidad compartida está para quedarse lo demuestra esa proyección de Berkeley, que afirma que moverá 660.000 millones de dólares dentro de siete años. Por el momento son solo especulaciones y números, pero lo que cada vez está más claro es que el coche, que fue la puerta de entrada a la clase media, tendrá un futuro muy diferente al que creyeron nuestros padres, madres y abuelos.

BlaBlaCar ha sumado una flota de autobuses para los desplazamientos más demandados
BlaBlaCar ha sumado una flota de autobuses para los desplazamientos más demandados ALBERTO LÓPEZ

BlaBlaCar: La aplicación estrella de la que se benefician los jóvenes para desplazarse por toda España

Si existe una aplicación que ha permitido a millones de personas ahorrarse un buen pellizco esa es BlaBlaCar. Creada en Francia en el 2009, llegó a España un año más tarde. Los usuarios pueden publicar los viajes que van a realizar en coche, marcando también el número de asientos que tienen disponibles. Ese itinerario lo ven el resto miembros de la app, que pueden reservar una plaza en el vehículo abonando parte de los gastos de combustible o de los peajes. La red social, que se queda con un porcentaje del coste del viaje, supera los dos millones de usuarios mensuales, lo que evidencia su utilidad y seguridad.

Permite que el conductor y el pasajero puedan charlar antes de la salida, por ejemplo, para marcar un lugar de recogida, o para avisar que necesita un hueco en el maletero. Una vez elegido el viaje, hay que reservar la plaza mediante el pago con tarjeta de crédito o débito, o con otro tipos de plataformas de pago.

Los pilotos reciben una puntuación de cero a cinco estrellas, con la que se puede valorar a aquellos que realizan una conducción segura, se ajustan a los horarios marcados y, además, son agradables, algo importante si el trayecto es desde Galicia hasta Madrid. Y que se trata de uno de los más usados por los jóvenes gallegos.

¿CÓMO FUNCIONA?

BlaBlaCar permite ofertar los viajes que realizamos con nuestro coche y que otros usuarios reserven un asiento en él, o, al contrario, ser nosotros los que nos sumamos al vehículo de otra persona.

¿cUÁNTO CUESTA? 

La aplicación es gratuita, pero se lleva un porcentaje del valor del viaje. Según los kilómetros hace una estimación del coste que tiene para cada ocupante.