La Oficina Económica del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape) ha atendido desde su puesta en funcionamiento el pasado mes de abril más de 5.000 consultas de las compañías de la comunidad. Casi un 80 % de ellas se atienden en el momento gracias a más de cien profesionales
15 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Más medios para atender más consultas empresariales. Más, pero sobre todo mejor. El Igape, el Instituto Galego de Promoción Económica, acaba de inaugurar las nuevas instalaciones de su Oficina Económica, un nuevo impulso para el asesoramiento del tejido de compañías gallegas. Una de las redes que mueven la economía de la comunidad.
En su inauguración oficial, que tenía lugar hace unos días y que contó con la presencia de la conselleira de Economía e Industria, María Jesús Lorenzana, se ponía de relieve la capacidad de atención de un equipo que comenzaba a trabajar el pasado mes de abril. Cinco meses en los que la Oficina Económica del Igape ha atendido más de 5.446 consultas de empresas. De ellas, un 78 % fueron resueltas en el momento; se concertaron además 323 reuniones con empresas, y se prestó asesoramiento personalizado a 146 proyectos de especial relevancia. «Lo que pretendemos es desburocratizar la Administración, facilitar al mundo empresarial gallego el acceso a una Administración amistosa», destacó la conselleira.
¿Qué cambia?
El Igape pretende seguir impulsando la economía de la comunidad y simplificar los trámites a los que se ven expuestas las empresas. Así, la conselleira de Economía e Industria destacó que las principales consultas provienen de ámbitos como la energía, la automoción, el sector mar-industria, pero también del turismo, las TIC, la logística o la economía circular. «Es cierto que atendemos a muchos sectores que tienen sus especificidades. Lo que hemos hecho ha sido incorporar a cien expertos en distintos ámbitos. Un equipo muy potente que nos da soporte al propio personal de la oficina, además de un equipo consultor que nos apoya a nosotros y a las empresas», explica Natalia Barros, la directora de la Oficina Económica de Galicia que destacaba que estos primeros meses de trabajo han sido la prueba de que se necesitaba este tipo de atención simplificada y eficaz. «Había una necesidad de interactuar con las empresas de forma diferente: escuchar sus necesidades, acompañarles y no solo informarles. Les ayudamos en la simplificación de procedimientos, pero también en acompañarles con nuevos contactos o desbloqueando problemas que puedan tener», relata Barros. Además, la oficina realiza tareas de coordinación con otros agentes y entidades externas, tanto de forma directa como a través de ICEX/Invest in Spain, a la hora de detectar obstáculos administrativos e identificar oportunidades de inversión.
Un interlocutor que acumula toda la información para todo tipo de compañías y emprendedores. «Yo, cuando hablo de empresas, incluye también a los emprendedores. Al final, una empresa es un emprendedor y un emprendedor una empresa», insiste la directora de un organismo que está destacando por el volumen de consultas que reciben, pero también por lo inmediato de muchas de sus respuestas. «Hay muchas consultas en forma de llamada para preguntar, por ejemplo, por líneas de apoyo o algún expediente. Esas son resueltas prácticamente en el momento. Luego están las consultas o solicitudes de reunión para proyectos más grandes o reuniones con empresas. Los números no son tan impactantes, pero la gestión es muy relevante. Hemos tenido muchos encuentros y hemos visto un montón de proyectos de implantación industrial. Asuntos que se verán con los datos anuales, pero que creo que darán una idea de cómo se está moviendo el tejido gallego. Es una satisfacción ver que hay tantas iniciativas», dice Natalia Barros.
Para acometer esta mejora en el servicio y el asesoramiento, la Xunta de Galicia ha destinado una inversión de casi seis millones de euros. De ellos, cerca de un millón se ha destinado a los recursos humanos, creando ese equipo de más de cien profesionales que conforma personal que ya formaba parte del Igape, pero que también cuenta con colaboración de empresas especializadas.
En cuanto a la mejora de los servicios, la Administración autonómica ha invertido 1,4 millones en digitalización. Los más de tres millones de euros restantes van dirigidos a programas específicos de asesoramiento empresarial, como Economía Responde o Reacciona, que colabora con las compañías de la comunidad para que puedan mejorar su competitividad con la ayuda y el asesoramiento de expertos.
«Tenemos que poner a las compañías en el centro»
Natalia Barros cree, como directora de la Oficina Económica del Igape, que la Administración está respondiendo a una «necesidad, a un nuevo modelo de relación con las empresas y a un auténtico cambio cultural». Un nuevo sistema que reduce plazos, agiliza trámites e impulsa iniciativas.
—¿Podemos definir esta oficina como una ventanilla única?
—No me gusta esa expresión, pero sí considero que es un punto centralizado; que las empresas digan: «Aquí es a donde tenemos que venir» y no andar por todas las Administraciones o preguntando aquí o allá. Necesitamos pensar las cosas que se venían haciendo de otra forma. Poner a las empresas en el centro, ayudarles a que avancen.
—¿Cómo se resume el cambio?
—Tenemos que ayudar a que las empresas caminen y sean mejores y, para ello, necesitan una interlocución clara, única y simplificada.
—Habrá sido una reorganización complicada.
—En enero y febrero ya estábamos trabajando en cómo sería la estrategia operativa de la oficina. Ha sido un trabajo contrarreloj y muy intenso para organizar todo y arrancar.
—¿En qué medida trabajan en detectar las oportunidades de inversión?
—A finales de semana tuvimos una reunión con unos inversores de fuera de Galicia, que buscan oportunidades aquí. Esas solicitudes de asesoramiento nos pueden llegar sin más, pero son muchos los que contactan directamente con nosotros porque saben en qué consiste el trabajo de la oficina y quieren transmitirnos su intención de invertir en Galicia, en sectores concretos, y que nosotros les identifiquemos las oportunidades que pueden tener o ayudarles en la gestión, entre otros aspectos. Les acompañamos hasta la implantación de los proyectos.
—¿Es cierto que hay comunidades que quieren replicar este modelo de atención a las empresas?
—Sí. Sabemos que hay comunidades a las que les ha parecido interesante. Por ejemplo, Asturias nos preguntó cómo se había puesto en marcha y nos transmitió que les parecía muy interesante la iniciativa.