
Las patronales aseguran que el año pasado registraron 55.000 robos y hurtos diarios en tiendas y que casi un cuarto de los británicos presenció un crimen de esta naturaleza
27 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.«Fuera de control». Así consideran los pequeños y grandes comerciantes británicos que está la delincuencia en el Reino Unido. Una percepción que se ratifica con cifras: el año pasado contabilizaron el histórico número de 55.000 robos y hurtos diarios en sus establecimientos, los cuales acarrearon un coste a los minoristas de más 2.200 millones de libras (2.600 millones de euros).
Los datos de esta «epidemia de criminalidad», como la califican la prensa, la policía y algunos expertos, figuran en una serie de estudios publicados recientemente por el Consorcio Británico del Comercio (BRC, por sus siglas en inglés). En sus conclusiones, la patronal asegura que el aumento de este tipo de actos delictivos coincide también con un alza de la violencia contra su personal. A diario, se registran 70 delitos cometidos con armas de alguna naturaleza y 2.000 más estuvieron acompañados de amenazas verbales o ataques físicos.
«Ver robos o abusos se ha convertido en algo demasiado común dentro de la experiencia de compra para muchos clientes», afirmó Helen Dickinson, directora ejecutiva del BRC, quien aseguró que en una investigación realizada por la firma reveló que el año pasado casi un cuarto de los habitantes de las islas británicas fueron testigos presenciales de algún hecho delictivo mientras estaban en una tienda.
«Aunque un incidente puede terminar en cuestión de segundos, puede derivar en consecuencias fatales para quienes lo sufren, haciéndoles pensárselo dos veces antes de visitar las tiendas», agregó.
Las últimas encuestas confirman las advertencias de Dickinson. Un sondeo publicado a mediados del año pasado por la firma Ipsos arrojó que el 79 % de los británicos consideran que el auge de la delincuencia es un grave problema.
El aumento de la criminalidad en el Reino Unido está afectando severamente a la economía. Así lo denuncia un estudio de Policy Exchange, un centro de estudios respaldado por el exministro del Interior, el tory Sajid Javid, y en el cual se estima que la delincuencia en todas sus expresiones le cuesta 250.000 millones de libras (297.000 millones de euros), casi 10 % del Producto Interior Bruto (PIB).
Algunos expertos achacan el aumento de los robos y hurtos en las tiendas a las restricciones que las familias han sufrido en los últimos tiempos debido a la elevada inflación registrada después de la pandemia y la invasión rusa a Ucrania.
Sin embargo, los comerciantes también culpan al marco legal vigente, y aseguran que este los ha colocado en la mira de las bandas criminales organizadas. La reforma legal aprobada en el 2014 en Inglaterra y Gales estableció que los ladrones solamente serán procesados judicialmente si roban productos por un valor superior a 200 libras (237 euros).
El Gobierno del laborista Keir Starmer ha prometido mano dura contra el crimen y ha anunciado que contratará a 13.000 nuevos policías en la próxima década. Sin embargo, medidas como la liberación anticipada de miles de presos el año pasado, debido a la inminente posibilidad de que colapsara el sistema carcelario han sembrado dudas sobre su capacidad para reducir el crimen.
No obstante, hace unos días el Ejecutivo sorprendió anunciando que a los extranjeros sospechosos de incurrir en algún delito y que no puedan ser deportados por razones humanitarias se les colocarán brazaletes electrónicos para tenerlos permanentemente ubicados. Y si no fuera suficiente, el Ministerio del Interior informó que a estos individuos se les prohibirá salir por las noches a las calles.