
A través de una cátedra, la empresa y la universidad han unido fuerzas para producir en Galicia un grafito más limpio y eficiente para baterías de litio UNIVERSIDAD Y EMPRESAS
01 jun 2025 . Actualizado a las 21:41 h.Viajamos con ellas, trabajamos con ellas, llevamos una en el bolsillo o en el bolso. Están en el día a día y son una pieza clave en la transición energética pero, sin embargo, a día de hoy, las baterías de litio son todavía desconocidas en el ámbito de la investigación y se invierte poco en desmitificar ciertos aspectos. Sin embargo, desde Galicia un proyecto de colaboración entre la Universidade da Coruña (UDC) y la empresa Resonac trabaja en acelerar desarrollos tecnológicos para avanzar en esa necesaria transición energética.
Las baterías de ion litio tienen un cátodo, un electrolito y un ánodo. La integración de estos materiales tiene mucho peso en aspectos como la vida útil y la carga de las baterías. El grupo de investigación Liste (Laboratorio de Investigación de Sistemas para la Transición Energética) que pertenece al CICA (Centro Interdisciplinar de Química e Bioloxía) del campus coruñés, trabaja con la empresa Resonac en el ánodo, que en las baterías de ion litio está hecho de grafito, y que en un 80 % procede de China.
«Hay muy pocas compañías que produzcan grafito para baterías fuera de China», explica Israel Temprano, responsable del grupo de investigación. El objetivo es poder desarrollar este material para baterías que se pueda fabricar en Galicia. Y además de contribuir a su fabricación en Europa, Resonac quiere producir un grafito más limpio con un coste energético menor y que además tenga una calidad superior y un coste medioambiental muy inferior al que se fabrica en China.
El grupo Liste, por su parte, tiene entre sus áreas de trabajo procesos electroquímicos para la implantación de tecnologías que usan fuentes renovables para su generación (fotovoltaica), almacenamiento (baterías y supercondensadores) y transformación (captura de carbono y generación de hidrógeno). Uno de sus principales retos es investigar los distintos tipos de batería para mejorarlas, de forma que duren más y reduzcan su impacto ambiental.
En este último punto es en el que Resonac y la UDC han unido sus fuerzas, con el objetivo de optimizar la durabilidad de las baterías a través de una herramienta de transferencia como es la cátedra institucional y de empresas. Así, hace unos meses se creó la Cátedra Resonac-UDC Sparking Truth, el paraguas que acoge este proyecto.
«Tenemos varios estudiantes haciendo trabajos de fin de máster, doctorado y en concreto tenemos cuatro alumnos de fin de grado trabajando en este proyecto», explica Israel Temprano. Alba Tuñas, que es la directora del proyecto de baterías en Resonac y a su vez subdirectora de la cátedra, es quien supervisa a estos estudiantes. «Nosotros proveemos los materiales, datos reales y sobre todo soporte técnico para que se pueda probar, desarrollar y que tenga un impacto directo en nuestro grafito». A través de la cátedra, Resonac también ha financiado gran parte del laboratorio Liste- Resonac, «un espacio clave para la investigación avanzada y, sobre todo, para el desarrollo de nuevas tecnologías de grafito».
Una labor divulgativa
La otra gran pata del proyecto es la divulgación. «Tanto Alba como yo retornamos del extranjero hace muy poco [Temprano del Reino Unido y Tuñas de Alemania] y en ambos países llevan un poco de ventaja en esta transición energética». Ambos profesionales asisten en la actualidad a debates que se habían dado tanto en Inglaterra como en Alemania hace varios años. Parte de la misión de cátedra es precisamente aportar información y dar a conocer una tecnología que «es fundamental y vamos a utilizar sí o sí en nuestras vidas y cada vez con más peso», afirma Temprano.
«Hay que hablar mucho más de esto para poder desmitificar y perder el miedo a la transición energética, porque muchas veces es el miedo a lo desconocido», subraya Alba Tuñas, que asiste por ejemplo a los debates que se están dando en la actualidad alrededor de una tecnología clave para evitar el uso de combustibles fósiles: los coches eléctricos.
«Se trata de romper la brecha que hay entre el mundo académico y el industrial. No hay desarrollo sostenible sin innovación», dice Alba Tuñas sobre las ventajas que aporta la colaboración entre universidad y empresa a través de mecanismos como la cátedra Resonac-UDC. «Tenemos que ir de la mano y este tipo de colaboración es la herramienta para generar aquí un proyecto de futuro», insiste la representante de Resonac.
Inquietudes
«Trabajando en un ámbito muy cercano a la industrialización y a un producto comercial como las baterías siempre es importante saber qué inquietudes tiene o qué materiales está trabajando la industria, porque es lo último que va a salir. Estos son los materiales que pueden estar en los coches o en los ordenadores de aquí a un año», remarca Israel Temprano sobre el beneficio que proporciona al ámbito académico la transferencia del conocimiento. «Para nosotros es importante saber dónde está el mercado, cuáles son las preguntas y cuáles son los problemas que puedan tener ciertos materiales a la hora de crear baterías» de este modo, el ámbito académico tiene también la posibilidad de estar a la vanguardia.