Deportivo e híbrido al sol

MOTOR ON

El BMW i8 Roadster es un automóvil único, sin competencia. Si solo fuese un roadster hecho en fibra de carbono no sería así, pero a estas dos características une las de llevar propulsión híbrida en base a un motor de tres cilindros de gasolina ayudado por un eléctrico enchufable, que suman entre ambos 374 caballos.

20 may 2018 . Actualizado a las 16:37 h.

Si el modelo Coupé ya resultaba espectacular, esta versión Roadster lo es mucho más. Los ingenieros de BMW han conseguido mantener el cierre de sus puertas en tijera, cuestión harto difícil en un descapotable, y con sus líneas futuristas será imposible que la gente no se gire por la calle al paso de este coche.

Como decíamos, el i8 Roadster está construido en base a un habitáculo monocasco de fibra de carbono, montado sobre un chasis de aluminio y pesa solo 60 kilos más que la versión Coupé debido a su capota, que se abre en solo 15 segundos con velocidad de hasta 50 km/h.

BMW ha hecho una apuesta vanguardista a nivel estético y la sazona además con un grupo propulsor híbrido, caso insólito que permite contentar a los amantes de las prestaciones con los proteccionistas, que podrán circular con este deportivo durante 50 kilómetros en modo eléctrico gracias a sus baterías recargables mediante una toma de enchufe.

La base mecánica es un motor trasero de tres cilindros, 1.5 litros con 231 caballos que propulsa las ruedas traseras, y que se ve ayudado por otro motor eléctrico de 143 caballos que propulsa las ruedas delanteras. Unidos pueden llegar a esos 374 caballos que equilibran muy bien el coche con tracción total. El silencio en modo eléctrico se ve interrumpido cuando conectamos la tecla de conducción Sport y desarrolla toda su potencia con un sonido amplificado artificialmente por los altavoces.

Una vez colocados en el interior del i8 Roadster, tarea compleja debido al ancho y alto pilar lateral del monocasco, el piloto se sentirá muy bajo respecto al asfalto, conducción típica de deportivo, con las levas del cambio en el volante y con una instrumentación digital espectacular. Las reacciones son instantáneas al acelerar debido a la tracción eléctrica que complementa al motor de gasolina y es capaz de pasar de 0 a 100 km/h en solo 4,6 segundos. El consumo medio, en todo caso, es muy bajo, por debajo de los 3 litros a los 100 kilómetros.

ESPACIO PARA DOS Y EQUIPAJE

La posición de conducción es muy baja, hay que pensar que el coche solo mide 1,29 de altura, y tras los asientos hay un pequeño hueco para prendas o equipajes pequeños tipo bolso, mientras bajo el capó delantero hay un hueco para una maleta.

DISEÑO FUTURISTA

Algunos detalles de diseño, como las luces traseras, son muy radicales, aportando a este modelo una estética futurista que le va como anillo al dedo a un superdeportivo tan especial.

APERTURA DE PUERTAS EN TIJERA

La apertura de puertas en tijera es puro espectáculo, pero para conseguirlo en un roadster se ha tenido que reforzar mucho el arco del parabrisas, sobre el que se sostiene la puerta. Entrar y salir del coche requiere cierta agilidad.

ÁGIL, DINÁMICO Y BIPOLAR

La tracción eléctrica unida a la convencional proporciona sensaciones de aceleración brutales y su peso colocado muy abajo por las baterías y la compacidad de su motor tricilíndrico ayuda en las curvas con reacciones muy neutras. Además, el i8 Roadster puede convertirse en un silencioso y eficiente vehículo ciudadano en modo eléctrico, manifestando así su otra cara.