
La pasada semana se presentó en A Coruña, una de las cuatro capitales españolas escogidas por la marca Hyundai, el nuevo Inster, un modelo eléctrico de solo 3,83 metros de largo, pero con buen espacio interior para cuatro o incluso cinco pasajeros.
El Inster es uno más de los muchos modelos eléctricos de pequeño tamaño que estos últimos meses están llegando a los mercados europeos. Y no va a ser el último, pues hay una avalancha de eléctricos urbanos en lista de espera, como Cupra Raval, Renault 4 y Renault Twingo, VW ID 2 o su hermano pequeño, el ID 1.
A la vista de la aparición de todos estos modelos y muchos más que llegarán de China con motores eléctricos y precios por debajo de los 30.000 euros (algunos incluso en la barrera de los 20.000), creo que el mercado del automóvil eléctrico está encontrando su camino: el de un coche útil, económico, fácil y sobre todo accesible para muchos clientes que hasta ahora veían imposible llegar a la electrificación. Son modelos pensados para gente que los emplea sobre todo en ciudad y en recorridos de cercanías. Ofrecen para ellos autonomías de hasta 300 kilómetros y motores de potencia media, sin alardes para movernos por autopistas y autovías.
Y es que la industria del automóvil europea quiso empezar la casa por el tejado, quizá en un intento de plantarle cara a Tesla, abordando la electrificación desde los tamaños más grandes y las carrocerías más inconvenientes, las de los SUV. En ese formato el coche eléctrico no tiene mucho sentido, no es el adecuado para llevar cinco o siete pasajeros por autopistas en recorridos de más de 400 kilómetros. En ese terreno no tienen comparación con los ruteros diésel o los poderosos motores de gasolina. Y más cuando hablamos de una red de cargadores escasa y de poca potencia en términos generales.
Por eso el coche eléctrico no funcionó como se esperaba y los fabricantes europeos empezaron a acumular en las campas de sus concesionarios unidades sin destino conocido. Y es que ya no estamos para parques jurásicos con dinosaurios.
Lo de los eléctricos urbanos es mucho más razonable, empezando, como decíamos con esos precios desde 20.000 euros, como el propio Hyundai Inster, o el mismo Volkswagen ID 1, que anuncia su llegada para finales del 2026 con esa cifra redonda como objetivo.
Coches que se mueven bien por ciudad, por sus dimensiones entre 3,60 y 4 metros, ligeros y funcionales, conectados, que es lo que quieren los jóvenes ahora, y fiables. De esta manera podemos soñar con una Europa electrificada para el 2035 si los gobiernos cumplen con sus planes de ayuda a la compra, y con la implantación de una red de cargadores públicos acorde a los miles de coches eléctricos que se quieren poner en las ciudades.