
La Tracer 9 GT+ refuerza su liderazgo en el segmento sport touring con el cambio automatizado de Yamaha, los nuevos faros Matrix LED, control de crucero y cúpula eléctrica.
18 jun 2025 . Actualizado a las 14:37 h.Decíamos hace un año en estas mismas páginas que la Yamaha Tracer 9 GT+ era la moto total. La evolución de este modelo desde sus inicios como Tracer 900 (lanzada en el 2015) ha sido meteórica, pero, quizá para celebrar su década de vida, el fabricante nipón ha decidido poner toda la carne en el asador y dotarla de la mayor tecnología que se puede disfrutar actualmente sobre dos ruedas. El motor tricilíndrico —el mismo que probamos en la MT-09 en el ON del mes de abril— sigue rindiendo 119 CV y mueve con solvencia la Tracer, que pesa 232 kilos incluyendo los 19 litros de combustible. Se maneja genial en las zonas reviradas, obviamente no cae y levanta tan rápido como una deportiva que pesa 40 kilos menos, pero tiene un aplomo que hace mantener la trazada sin el más mínimo titubeo, parece como que lleváramos un imán gigante que nos pega al asfalto. Incluso al frenar en plena curva, para hacer una corrección, la nobleza y seguridad de esta moto llaman la atención. Las suspensiones electrónicas semiactivas varía la amortiguación en función de la carga y el estado del asfalto, contribuyendo a una comodidad de marcha idónea para largos trayectos.
Si con la MT-09 descubrimos el cambio Y-AMT, que calificamos de «adictivo», ahora nos reafirmamos en que es una de las mayores genialidades desarrolladas por los ingenieros de Yamaha. Me sigue descolocando no encontrar pedal de cambio de marcha ni maneta de embrague —de hecho, en los primeros momentos tengo el acto reflejo de abrir el puño izquierdo para apretarla—, pero no me queda más remedio que rendirme. Poder jugar con un modo manual, en el que los cambios se efectúan mediante dos pulsadores, y otro automático, en el que la moto sube y baja de marcha ella sola (perfecto para el tráfico urbano), es una gozada. Funciona suave y rápido, pero no es como el CVT lineal de un escúter, sentimos cómo engrana o reduce cada relación y eso nos da un feeling de cambio tradicional, pero mejorado. En manual disponemos además de cinco programas de conducción (Street, Rain, Sport y dos configurables por el usuario, que puede variar la entrega de potencia y la intervención de las ayudas electrónicas), mientras que en automático hay dos (D y D+).
Otra novedad es la cúpula regulable eléctricamente, aunque exige buscar primero en un menú de pantalla antes de subirla o bajarla (10 centímetros de recorrido) con un joystick. La tecnología Smart Key permite no solo arrancar la moto sin llave, también bloquea y desbloquea las maletas rígidas (de serie y con una capacidad de 30 litros cada una) y el top case opcional. El control de presión de neumáticos y los puños calefactables también vienen incluidos, al igual que el control de crucero adaptativo (gracias a un radar mantiene la distancia con el vehículo precedente) y el detector de ángulo muerto, que se muestra en los retrovisores como en los coches. Con un precio de 19.599 euros y disponible en colores Cobalt Blue o Icon Performance (llantas en azul), la Tracer 9 GT+ es impresionante.
El Y-AMT permite variar entre cambio manual, sin palanca ni embrague, y otro automático