El Optimus prime coruñés

MOTOR ON

Desde los años 30, los camiones ingleses Scammell fueron sinónimo de robustez, fiabilidad y alta capacidad de arrastre. Estaban preparados para tareas muy exigentes como la unidad protagonista de estas páginas que recorrió las calles coruñesas transportando cargas pesadas durante 40 años. Hoy es un testigo del pasado industrial de la ciudad

21 jul 2025 . Actualizado a las 13:26 h.

Hoy en día, no sería difícil imaginar este camión como uno de los vehículos que cobran vida en la película de ciencia ficción Transformers. Por su tamaño, fuerza descomunal y capacidad de arrastre, bien podría encajar en el papel protagonista de un Autobot al mejor estilo de su líder «Optimus Prime». Salvando las distancias, en los años 60 ya despertaba admiración moviendo cargas imposibles, sería lo más parecido a presenciar un superrobot en acción mucho antes de que existiesen los efectos especiales.

Fabricado en Inglaterra en 1959, este camión llegó a A Coruña a principios de los 60 para quedarse. Aunque no se conoce con certeza la fecha exacta de su desembarco, una fotografía publicada por La Voz de Galicia, obra del fotoperiodista Alberto Martí, lo inmortaliza arrastrando un generador de varias toneladas a su paso por la plaza de Cuatro Caminos, en pleno corazón de la ciudad. Desde entonces, esta unidad se convirtió en parte del paisaje industrial coruñés, se dedicó a labores de transporte de cargas pesadas por toda la provincia. Con unos 180 caballos de fuerza descomunal, no solo impresionaba por su tamaño, sino por su resistencia y capacidad de arrastre.

La unidad protagonista arrastrando un generador por la plaza de Cuatro Caminos de A Coruña en 1969
La unidad protagonista arrastrando un generador por la plaza de Cuatro Caminos de A Coruña en 1969 Alberto Martí

El más famoso de LA CIUDAD

Pintado íntegramente de rojo, con un enorme motor Rolls Royce de 17.000 centímetros cúbicos y con tracción a sus seis ruedas, este Scammell no pasaba desapercibido. Para muchos, fue el camión más emblemático de la ciudad. Su silueta mastodóntica, el rugido grave de su motor o su paso firme no dejaba indiferente a nadie.

Bienvenido mr Scammell

A comienzos de los años 60, España vivía una transformación económica impulsada por los planes de estabilización y desarrollo económicos nacidos en 1959. El parque de camiones creció de forma acelerada pasando en 1960 de 15.657 matriculaciones a 57.904 en 1964. La necesidad de este tipo de vehículos era esencial para el desarrollo del tejido industrial. Fabricantes nacionales como Pegaso o Barreiros además de franquiciados como Citroën o Land Rover ofrecían productos cada vez más eficientes con modelos de mucho éxito. Sin embargo, este mercado no lograba cubrir las necesidades de transportes más exigentes o con usos más especializados, como el transporte de grandes cargas, lo que obligaba a recurrir a la importación.

Este fue el caso de nuestro protagonista. Esta unidad fue adquirida por la compañía eléctrica Fenosa a principios de la década de los 60. Empresa fundada en A Coruña en 1943 y que gracias a su despegue industrial con la construcción y planificación de nuevas subestaciones eléctricas, proyectos termoeléctricos y líneas de alta tensión, obligó a adquirir unidades especiales que pudiesen transportar estos equipos pesados. Generadores, transformadores o turbinas eran remolcadas todos los meses a diferentes destinos. Solo en el fabricante Scammell encontraron al aliado perfecto. Esta marca inglesa llevaba muchos años prestando este tipo de servicios especiales de grandes cargas como maquinaria industrial, estructuras prefabricadas, equipos militares o incluso traslado de locomotoras.

El jubilado de hierro

Durante más de 40 años prestó servicio en esta compañía hasta que fue jubilado y arrinconado en alguna nave de la empresa. El testigo de su última ITV, en 1993, aún se conserva como pegatina original en su parabrisas, un guiño a su pasado que en su reciente restauración se decidió mantener..

En 1995 este camión pasó a formar parte de la exposición permanente del recién creado museo de arte contemporáneo MACUF creado por la extinta Unión Fenosa. Sin embargo, tras años de crisis, esta entidad tuvo que cerrar sus puertas definitivamente en 2018. Su paradero fue incierto hasta que el equipo de la fundación Jorge Jove lo localizó en unas naves en Lugo, Presentaba algunos signos de corrosión aunque contaba con todas sus piezas. Tras un proceso de negociación con sus propietarios, la Fundación logró adquirirlo con el firme propósito de completar su restauración. Una labor que se llevó a cabo durante más de un año. Hoy en día forma parte de la exposición permanente del Museo de Automoción e Historia MAH ubicado en Arteixo. Ocupando así un merecido espacio temático como testigo singular del pasado de la automoción industrial coruñesa.