El Range Rover también se enchufa

Héctor Ares

MOTOR ON

El todoterreno más lujoso del mercado, tiene ahora una versión híbrida enchufable P460e que destaca por sus 117 kilómetros de autonomía eléctrica, por su suavidad y su refinamiento de marcha

20 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La quinta generación del todoterreno de lujo Range Rover se ha adaptado a los tiempos actuales, abrazando la electrificación. Mientras en la firma británica trabajan a contrarreloj en el desarrollo de una versión 100% eléctrica de este modelo, cuyo lanzamiento está previsto para el próximo año, la otra variante disponible hoy en día en el mercado con etiqueta CERO de la Dirección General de Tráfico es esta: la P460e.

Bajo su majestuosa carrocería, de proporciones clásicas y líneas rectas marcadas por la sobriedad y la elegancia, el Range Rover P460e esconde una mecánica que combina un motor de gasolina de seis cilindros con otro motor eléctrico, generando una potencia máxima de 460 CV. Cuando ambos motores funcionan de forma conjunta sus prestaciones sorprenden a propios y extraños, ya que nadie espera que un coche de algo más de cinco metros de largo y 2,7 toneladas de peso acelere de 0 a 100 km/h en 5,7 segundos.

Lo hace llevando a una dimensión diferente una de las características principales que siempre ha marcado a este modelo, la suavidad y el refinamiento de marcha. Esta versión P460e del Range Rover, gracias a su mecánica híbrida enchufable y a la batería de 38,2 kWh de capacidad, permite que gran parte de los recorridos los hagas apoyándote únicamente en el impulso del motor eléctrico, lo cual redunda en una suavidad realmente asombrosa. El empuje de la parte eléctrica se nota en la respuesta inmediata que ofrece cuando aceleras, y en carretera es capaz de ir combinando el motor de gasolina con el eléctrico alcanzando consumos realmente eficientes, con medias que pueden rondar los 6 litros/100 km de media.

Las baterías se pueden cargar del 10% al 80% en 40 minutos porque tiene 50 kW de potencia máxima de carga. Eso quiere decir que lo puedes cargar en paradas cortas en cargadores rápidos, por ejemplo, al ir a hacer compras o mientras comes en un restaurante y conseguir en el día a día consumos irrisorios para un coche de este tamaño, peso y potencia. Con 117 kilómetros de autonomía eléctrica, tienes asegurados los desplazamientos sin utilizar el motor de gasolina.

Al volante sorprende la agilidad con la que se mueve gracias al eje trasero direccional, el cual es responsable de que puedas maniobrar con facilidad en aparcamientos y calles estrechas, algo que puede asustar a priori en un coche tan grande. Esta solución técnica ayuda a que en curvas sientas que vas al volante de un coche que parece más pequeño y ágil, ya que se mueve con mucha facilidad en los giros.

Sus avanzadas suspensiones se encargan de filtrar cualquier irregularidad del terreno, ya que tienen como cometido principal hacer que los ocupantes de sus cinco generosas plazas se sientan como en el salón de su casa cuando van viajando a bordo de este coche. En el interior se respira un ambiente de auténtico lujo minimalista, ya que se han reducido al mínimo los botones en un habitáculo que está cubierto por las mejores pieles y materiales nobles, que lo sitúan a un nivel diferente a posibles alternativas de mercado, como el Mercedes GLS o el BMW X7.

De hecho, el Range Rover por imagen, elegancia y calidad de rodadura está más cerca de coches también británicos, como los Rolls-Royce Cullinam o Bentley Bentayga que de otros rivales de origen alemán. Eso hace que tener un Range Rover como este también sea símbolo de estatus social, como se puede comprobar cuando vas a lugares de alto poder adquisitivo, como Los Ángeles, Mónaco o Marbella y ves que estos coches son habituales por sus calles.

Su precio también denota el nivel social de conquista de este coche, ya que esta versión con acabado HSE, que no es el más alto, porque por encima estarían todavía los Autobiography y el SV, cuesta 157.800 euros. Para los que sus 5,05 metros de largo no sean suficiente o para esos que necesiten un Range Rover más largo para viajar en las plazas posteriores casi acostado, hay una versión con carrocería más larga, que mide 5,25 metros y es un auténtico salón rodante. Palabras mayores en todos los sentidos. Por algo era el coche favorito de la reina Isabel II que, seguro, se decantaría por esta versión híbrida enchufable para sus desplazamientos diarios por Londres.