Siguiendo esa influencia que se nota en una ciudad como Coruña, donde algunos restaurantes y pubs han cogido la onda de estilo que parte de toda la gente que rodea al mundo de la multinacional, las vacaciones también se han inditexado. Porque allí donde ellos ponen un pie, se contagia toda una alegría de vivir el verano, dando pistas a muchos sobre cuáles son los puntos calientes de los que disfrutar. Y no es que de pronto nos subamos al barco y recorramos la ría de Aldán, ni que fondeemos en Baiona, o que de repente estemos en las aguas de Mónaco, donde solo pueden ir unos pocos, sino que el boca a boca ha ido abriendo todo un espacio de arenales increíbles más allá de nuestra costa. Que si Galicia siempre es un lujo seguro para todos nosotros (y también para los de Inditex, claro), ellos se han ido extendiendo a las playas de Portugal, en concreto las de Comporta, un paraíso que en los últimos años ha despuntado. En ese enclave alentejano resulta arrebatadora la belleza del paisaje de pinos, las franjas de verde intenso en los arrozales, el azul profundo del mar y el amarillo de los campos cultivados. Playas salvajes y mucha desconexión es lo que aportan, como la otra gran zona de moda para Inditex: Sancti Petri, en Cádiz. Desde la maravillosa playa de La Barrosa, con ocho kilómetros de largo, rodeada de chiringuitos donde se come de lujo, toda esa costa atlántica es un escondite delicioso para los que buscan tumbarse en la arena fina, coger las olas a buena temperatura (no el caldo del Mediterráneo), tomarse una copa en Tarifa, recorrer las callejuelas de Vejer, bañarse en los Caños, ver la noche de Zahara e irse a comer el mejor atún a El Campero, en Barbate. Cai por la madrugá y esas puestas de sol son una delicia. Allí siempre hay que volver. Muchos de Inditex ya lo saben.
