Parece que la memoria histórica del PSOE y Podemos no alcanza la etapa de la España democrática, porque el Gobierno que conforman acaba de aprobar el acercamiento al País Vasco de Txapote, Parot y una docena de etarras más que cometieron asesinatos en esos años. O quizá lo que pasa es que muertos como Gregorio Ordóñez o Miguel Ángel Blanco no están enterrados en las cunetas, y eso justifica que el autor material de los tiros en la nuca que acabaron con sus vidas reciba beneficios penitenciarios. Igual que las cinco niñas que perecieron en el atentado contra la casa cuartel de Zaragoza el 11 de diciembre de 1987 (además de otras seis personas), cometido por el comando itinerante del que formaba parte Parot. Por crímenes menores hay reos en prisión permanente revisable.
Convendría que alguien le recordase a Sánchez estos extremos en sede parlamentaria, por ejemplo el próximo martes, para que el pleno del Senado no se ventile simplemente como un asunto gaseoso.
En este inicio del curso político todo el mundo se pregunta si el actual inquilino de la Moncloa podrá seguir en el cargo tras las próximas generales. La cuestión es si el PNV, EH Bildu, ERC y demás van a permitir que se les acabe el chollo de tener a un presidente cautivo, con el que consiguen cualquiera de sus demandas por disparatadas que sean, desde favorecer a terroristas a no aplicar sentencias como la que obliga a un mísero 25 % de castellano en las aulas catalanas.