E-lecciones en Alemania

OPINIÓN

Mientras España aprende, con dificultades, una nueva cultura política de coalición, en la Europa parlamentarista ha sido la lógica de Gobierno después de la Segunda Guerra Mundial. Y por eso, no nos resulta extraño hablar de Alemania como un Gobierno fuerte, aunque sea de coalición, mientras aquí criticamos las debilidades y las contradicciones del nuestro.
En España siempre hemos creído que en Europa ataban los perros con longanizas, quizás por eso nunca hemos sido antieuropeístas, y hemos contado los aciertos de los europeos obviando sus debilidades. Tal vez, eso nos ha llevado a admirar una gran coalición, como la que es previsible en Alemania, sin comprender las condiciones en que esta se produce.
El Gobierno de Scholz es el tercero que cae antes de que termine su mandato, en Alemania, ni las mociones de censura son un instrumento del márketing, solo seis en los últimos ochenta años, ni los gobiernos se interrumpen por los conflictos. No existe el «váyase señor X» porque no forma parte de la cultura institucional del país, como ocurre en España, que la oposición está pidiendo al Gobierno que disuelva desde el primer día de la legislatura, o donde la moción de censura se usa como instrumento para presentarse como líder alternativo.
España se parece más al sur de Europa, a Italia, Grecia, Portugal, con culturas políticas institucionales más débiles, donde prima el valor de los actores políticos sobre las instituciones, incluidos los símbolos y las normas.
Desde esa lógica institucional democrática, que se nutre, primero de no renunciar a su historia y, segundo, de construir un cierto acuerdo institucional en torno a ella, nace una lectura estratégica de los gobiernos posibles en Alemania.
Alemania se asume como un sistema multipartidista y, por lo tanto, donde el resultado natural es un Ejecutivo de coalición. Desde que en 1949 Adenauer (CDU/CSU) se unió con liberales (FDP) y conservadores (DP) solo ha habido un Gobierno monocolor, el cuarto del propio Adenauer entre 1961 y 1962.
La primera lógica de coalición en Alemania es la ideológica, se forma Gobierno por proximidad ideológica en el eje izquierda/derecha, la primera gran coalición fue fruto de una crisis, cuando en el año 1966 los liberales abandonaron el Ejecutivo de Ludwig Erhard (CDU/CSU) por diferencias en el presupuesto y este renunció y fue sustituido por Kurt Kiesinger, quien recurrió como socios de Gobierno a los socialdemócratas de Willy Brandt.
La segunda gran coalición no ocurrió hasta el 2005 cuando Angela Merkel ganó las elecciones por solo el 1 % de diferencia y no fue capaz de formar gobierno con Verdes y Liberales (coalición Jamaica). Entonces, en vez de repetir las elecciones, como sucedería aquí, el SPD entró en el Gobierno. Fue el modelo de coalición de Merkel, que desde 2013, en su tercer y cuarto mandato reprodujo esta fórmula. La gran coalición siempre se ha producido con el CDU/CSU en la cabeza, siempre ha sido la última posibilidad, y siempre ha tenido como base poner por delante el valor democrático de las instituciones, y todo apunta a que eso en Alemania incluye también el rol no democrático de la extrema derecha, por más que algunos quieran normalizarla.