Que no cunda el pánico

OPINIÓN

Evelyn Hockstein | REUTERS

07 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Es imprescindible que no cunda el pánico y que recordemos que todo momento de crisis es, por si mismo, una oportunidad. No podemos argumentar que la imposición de los extremos aranceles por parte del gabinete Trump a todas las importaciones internacionales nos haya cogido por sorpresa, porque ha venido anunciándose, prácticamente desde su toma de posesión, sino antes. Quizás, algunos confiaban en que se echara atrás en el último minuto y todo se quedara en una medida de presión para lograr sus fines. Muchos habrán pensado que no era más que otra forma de mantenerse en las portadas de todos los medios de comunicación y, por extensión en la boca de todos. Pero, no, esta vez ha llevado a cabo lo que prometía lo que ha provocado un terremoto en las bolsas de todo el mundo.

Las caídas han sido espectaculares y ya se habla de estancamiento e, incluso de recesión económica. La incertidumbre es el peor enemigo del inversor y la poca fiabilidad que ofrece Donald Trump entre sus arrebatos y medidas decimonónicas no es un buen aliciente.

A nadie se le escapa que si los impuestos aumentan y los productos se encarecen, los realmente afectados siempre serán los consumidores finales. Si la botella de aceite de oliva español, el burdeos francés o el coche alemán sufren una subida de impuestos la repercusión siempre irá al ciudadano de a pie quien no podrá hacer frente a los precios con los mismos salarios. Pero, no solo los productores no norteamericanos se verán afectados. Las contramedidas de todos los países ya han hecho temblar a los agricultores estadounidenses, uno de los pilares fundamentales de apoyo a Trump.

No será fácil adaptarse, y es más que posible que se produzca una inflación por la subida de precios y se tengan que subir los tipos de interés, pero, esta crisis quizás también tenga aspectos positivos si mantenemos la calma y planificamos con cuidado. Además, puede que nos sirva a los europeos a unirnos más que nunca, a no relajarnos y a no depender tanto. La unión hace la fuerza. Sin duda, diversificar y buscar otros mercados obligará a las empresas a redoblar sus esfuerzos así como a plantearse que la deslocalización ya no es una opción. Pero, así es la evolución de la humanidad, adaptarse para sobrevivir y avanzar.

Ahora toca ser cuidadosos y ahorrar.