
Probablemente, el vivo X200 FE es el smartphone más bonito —sí, hay personas que podemos encontrar la belleza en algo tan simple como un teléfono móvil— que ha pasado por mis manos en los últimos tiempos, con permiso del iPhone 16 Pro. Este terminal acaba de ser lanzado en España y rompe con la tendencia del mercado al apostar por un dispositivo de dimensiones contenidas, perfecto para manejar con una sola mano, para transportarlo en el bolsillo y, en definitiva, para que no parezca que llevamos un ladrillo a todas partes. Además tiene un diseño minimalista y elegante y una hoja de especificaciones que apunta a la gama alta.
Vivo es una compañía con sede en Dongguan (sureste de China) y perteneciente al conglomerado BBK, propietario también de las marcas Oppo, OnePlus y Realme. Fue fundada en el 2009, así que es una adolescente, pero se ha convertido en el quinto fabricantes de smartphones del mundo y es líder en los dos mayores mercados del planeta, China e India. Más de la mitad de la plantilla (40.000 empleados) trabaja en I+D y fruto de su trabajo son innovaciones como el sensor de huella dactilar bajo la pantalla. Está presente en 60 países, entre ellos España desde el 2020, donde cuenta con una cuota de mercado del 20 %.
Santiago Gismera, mánager de vivo en nuestro país, explica que el X200 FE «está dirigido a un público más accesible sin sacrificar calidad» y repasa los puntos fuertes de este móvil: centro de gravedad ajustado para llegar a todas las partes de la pantalla con una mano; diseño con personalidad pero no estridente, con una parte trasera de cristal pulido con chorro de arena (no deja huellas) y marco con aleación de grado aeroespacial; la pantalla tiene un brillo máximo de 5.000 nits, lo que garantiza la máxima visibilidad a pleno sol, y es compatible HDR 10+, la tecnología de alto rango dinámico que utilizan las plataformas como Netflix; es ultradelgado (7,99 mm) pero alberga un gran batería de 6.500 mAh; tiene una cámara desarrollada junto al mítico fabricante de ópticas alemán Zeiss, con modos de fotografía que simulan los estilos clásicos de película de carrete y funciones de IA que permiten borrar reflejos, mover personas o ampliar y reconstruir escenarios. Y (esto lo digo yo) es muy bonito.