El circo de Rody Aragón revive a los payasos de la tele en Ourense

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

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Rody Aragón, en el circo, que está instalado en Expourense
Rody Aragón, en el circo, que está instalado en Expourense Miguel Villar

El nuevo espectáculo del hijo de Fofó repasa la trayectoria de su familia y estará en Expourense hasta el domingo

19 oct 2023 . Actualizado a las 18:14 h.

«¿Cómo están ustedes?». Con esta sencilla pregunta arrancaba el mejor rato del día para los niños que crecieron viendo a los payasos de la teleAquellos pequeños, que hoy ya son adultos, disfrutaban con los chistes y los personajes que interpretaban los hermanos Gabriel, Alfonso y Emilio Aragón, más conocidos como Gaby, Fofó y Miliki. Sus canciones se colaron en los hogares de los españoles en las décadas de los setenta y los ochenta, pero todavía siguen sonando hoy en día. Raro es el que no conoce aquello de «Había una vez... un circo que alegraba siempre el corazón» o el que no sabe que a un «Hola, don Pepito» se contesta con «Hola, don José».

Han pasado exactamente cincuenta años desde que se emitió el primer programa de El gran circo de TVE con Gaby, Fofó y Miliki como protagonistas. «Fue el 19 de julio de 1973 y estuvieron doce años seguidos en televisión, aunque mi padre falleció en el 76», dice Rody Aragón (La Habana,1957). Él es hijo de Fofó y hermano pequeño de Fofito. Se crio, igual que sus primos, entre la carpa y los colegios de los países de Latinoamérica por los que giraba el espectáculo de su padre y sus tíos, por eso conoce mejor que nadie la historia de los payasos de la tele. Para hablar del origen circense de los Aragón hay que retroceder hasta una época pasada, 250 años atrás. La semilla fue, como pasa en las mejores historias, el amor. «Todo empezó con un hombre, que se estaba preparando para ser sacerdote, al que le llamó fulminantemente la atención una artista de un circo que actuó en Granada. Fue tres días seguidos a ver el espectáculo y al tercero pidió si podía conocerla. En cuanto la tuvo cerca le confesó que dejaría todo por ella y de hecho así fue, se enroló en ese circo y con el tiempo se convirtió en uno de los mejores payasos», cuenta Rody. Unas cuantas generaciones después nacieron Gaby, Fofó y Miliki, que empezaron su trayectoria profesional en el Circo Price de Madrid.

El éxito cosechado provocó que les surgieran ofertas desde fuera de España. «En el año 1945 recibieron una propuesta para trabajar en un circo en La Habana y en uno en Suecia, al mismo tiempo. Los tres hermanos se tiraron una semana tratando de decidir y finalmente lo que hicieron fue jugársela a cara o cruz», explica Rody. Tocó Cuba y así se inició su periplo por América. En el país caribeño estuvieron 18 años. Cuando explotó la revolución se mudaron a Estados Unidos y montaron un espectáculo cómico musical en Chicago. «Era un show para adultos, siempre en la línea blanca y muy sana, en el que empleaban mucha mímica porque todavía no dominaban el inglés. En cuatro años se convirtieron en estrellas y de ahí se fueron a recorrer Latinoamérica», recuerda el hijo de Fofó. Estuvieron en Puerto Rico, en Argentina, en México, en Venezuela... haciendo espectáculos en las distintas cadenas de televisión, hasta que en el 72 consiguieron regresar a España. «Se pasaron 30 años conquistando América pero ellos querían volver a casa. La oportunidad surgió en una recepción al Ministro de Trabajo español en Buenos Aires. Le dijo a mi padre, en broma, que estaba muy enfadado con ellos porque los ídolos de los niños americanos eran españoles, pero no divertían a los pequeños de España. Mi padre le contestó que nada les gustaría más que tener un programa en Madrid y hacer reír aquí. Y un mes más tarde empezaron a trabajar en TVE», resume Rody. Él nació en La Habana y se crio en los distintos países a los que llegaba el espectáculo de los Aragón. Creció acompañado de sus primos, en una gran familia que se iba mudando junta, y entre payasos, con el humor y la ilusión como principios básicos para afrontar la vida, pero sin faltar un solo día al colegio. «Mi padre y mis tíos no nos permitían perder clase. Estuviésemos donde estuviésemos nos matriculaban en el colegio que correspondía y era maravilloso ir aprendiendo también de las culturas de cada lugar. Vivíamos pegados y teníamos una unión familiar irrompible, los primos compartíamos pandillas de amigos y equipos de fútbol según las edades. Emilio y yo, que nos llevamos nueve meses, éramos uña y carne», dice Rody. 

El hijo de Miliki empezó su carrera junto a los payasos de la tele como Milikito. Sin embargo Rody fue durante diez años piloto comercial de aviones en Estados Unidos, a donde se marchó cuando falleció su padre en 1976. «Me fui con el mejor amigo de mi padre, que era piloto en Atlanta. Me formé y me dediqué a ello durante una década», recuerda. «El cariño y el respeto que recibían mis tíos del público, incluso por la calle, era tan alucinante que te hacía sentir ganas de enrolarte con ellos todo el rato. Una Navidad mi tío Gaby me preguntó si me veía en la tele, le dije que sí y entré para sustituir a Milikito, que lo dejaba. Cambié la aviación por el circo en 1985 y fue la mejor decisión de mi vida», añade. 

Esos primeros años de Rody en TVE los compartió con su hermano Fofito y con sus tíos Gaby y Miliki. «En las primeras apariciones yo hacía de negrito con acento caribeño y luego sustituí a Gaby durante una baja y me dio muchísima soltura», afirma. Desde entonces no pararon las actuaciones junto a su familia, pero tampoco faltaron proyectos nuevos, como cuando presentó Sorpresa, sorpresa junto a Isabel Gemio. Montó un circo homenaje a su padre, Fofó, con el que salió seis años de gira. Ahora acaba de poner en marcha un nuevo show: Vuelve a soñarEn este proyecto repasa la historia de su familia, al mismo tiempo que impresiona con espectáculos de malabares, acrobacias y equilibrismos. «Estamos consiguiendo poner al público en pie en cada función. Creo que es nostálgico y que convence a los mayores, que nos disfrutaron de niños, y a sus hijos también. Creemos en la magia y eso es lo que tratamos de provocar dentro de la carpa», explica Rody. No se olvidan de las canciones de los payasos de la tele, que son el hilo conductor de Vuelve a soñar. «Todo el circo es nuevo y el equipo es maravilloso, tiene un talento increíble», afirma. A sus 65 años, Rody no se cansa de rodar, de llevar las risas de los payasos a todos los rincones de España, de emocionar al público. Pero también aguanta los inviernos en caravana y los días y días alejado de sus hijos. «Es una profesión muy dura pero muy gratificante porque nos dedicamos a hacer felices a los demás. En toda la trayectoria de mi familia, no habíamos recibido comentarios tan bonitos y profundos como los que nos están llegando con este espectáculo», termina. 

El circo estará en Ourense hasta el domingo, ubicado en el espacio exterior de Expourense. El jueves y el sábado con dos pases, y el viernes y el domingo con uno único. El precio de las entradas va desde los 15 a los 30 euros y pueden comprarse en la web de Ataquilla.