Alumnos de siete centros educativos se disfrazaron este año como los chocalleiros de Vilardevós
12 feb 2024 . Actualizado a las 14:40 h.En el Colegio Apóstolo Santiago, de Compostela, los alumnos lucieron unos disfraces de lo más especiales para celebrar carnaval. Pequeños y mayores se visten cada año de un personaje tradicional del entroido gallego. Se trata de una iniciativa de divulgación cultural que comparten con otros seis centros. Cinco están también en Santiago: el CIFP Compostela, el Raiola, el CEEPR Aspanaes-Duques de Lugo, el CEIP y el IES Lamas de Abade. Y el sexto está en A Estrada (Pontevedra), el colegio Pérez Viondi. Este 2024, todos los escolares se zambulleron de lleno en la historia de los chocalleiros de Vilardevós, un personaje que recuperaron en el municipio hace tan solo unos años. «Empezamos a decidir en septiembre. Tenemos una reunión entre todos y proponemos el entroido que queremos destacar», explica Luis Martínez, director del Apóstolo Santiago. «Luego nos ponemos a trabajar con los alumnos, que además de realizar ellos mismos los trajes, también aprenden en clase sobre la historia y la tradición del personaje que trabajamos», añade el docente.
Profesores del colegio Rodolfo Rodríguez de Vilardevós se encargaron de reunir documentación y también de grabar vídeos de los vecinos hablando sobre los chocalleiros y su indumentaria. Los niños elaboraron en las aulas tanto el paño, que es una especie de capa con lazos de colores, como la mitra, que es la estructura en forma de semicírculo que va sobre la máscara. «Las hicieron con cartones y luego las colorearon ellos mismos con motivos florales, como las auténticas. También se hicieron un cinturón de chocas, reciclando botellas de plástico», cuenta el director del Apóstolo. «Hasta hicimos un taller creativo en el que colaboraron las familias», amplía.
El resultado lo lucieron en un desfile que tuvo que celebrarse en el pabellón del colegio. Aunque estaba previsto al aire libre, la lluvia impidió que los más de 200 pequeños saliesen a recorrer las calles de Santiago. La fiesta les encantó igualmente. Un gaiteiro y una pandereteira, padres de alumnos del cole, se encargaron de poner música a la cita y el centro aportó filloas y orejas de carnaval para todos. «A los niños les encanta trabajar en la elaboración del disfraz. Todo lo que es el proceso de prepararlo en clase lo disfrutan muchísimo», termina Martínez. El año pasado fueron de las madamitas de Entrimo y el anterior, de los follateiros de Lobios, dando vida así al entroido de la provincia de Ourense.