
Entró en el historial clínico de otra sanitaria del servicio sin estar autorizada
20 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Una enfermera del hospital de Ourense entró «por curiosidad» en la historia clínica de una compañera de trabajo del Sergas. Así lo reconoció ayer ante el tribunal de al Audiencia Provincial que la juzgó por un presunto delito de descubrimiento de secretos y dijo estar «muy arrepentida».
I. R. F. accedió, sin tener autorización ni consentimiento de la afectada, a siete documentos con datos médicos de esta. Lo hizo, según las acusaciones, en dos momentos distintos, el 13 de junio del 2019, con varios accesos registrados durante la mañana, y el 21 de diciembre de ese año. La perjudicada lo descubrió a principios del 2023; vio que en la pestaña de lecturas de su historia clínica aparecía el nombre de su compañera, «hasta en cuatro ocasiones» pese a que no la había tratado como paciente. La denunció primero por vía administrativa y después por la penal. Afirma que, desde entonces, está a tratamiento psicológico. El instructor del expediente administrativo comprobó que la tarjeta de acceso no autorizado era de la acusada. Ella le reconoció que había entrado en el historial y mostró arrepentimiento. Él informó con una propuesta disciplinar, si bien desconoce si la mujer fue finalmente sancionada.
Ambas, acusada y perjudicada, son enfermeras en el CHUO y, debido a este problema, no pudieron volver a coincidir en su puesto de trabajo, en el servicio de Neonatología, para evitar tensiones. La supervisora se encargó de que así fuera. Quien primero se lo solicitó fue la acusada. Con todo, una mañana de noviembre del 2024 no se pudo evitar el indeseado encuentro, según contó la supervisora, porque la denunciante estaba doblando turno. Esta enfermera se vio «desbordada» por la situación, sufrió un ataque de ansiedad y tuvo que ser atendida en urgencias. Ahora la acusada, que sigue trabajando para el Sergas, está en otra unidad.
En base a su condición análoga a la de funcionaria, la Fiscalía modificó su petición inicial de pena para elevarla hasta tres años y tres meses de condena de cárcel y seis años de inhabilitación, además de 3.600 euros de multa. La acusación particular reclama cuatro años de prisión, ocho de inhabilitación y una indemnización de 25.000 euros.
La acusada consignó seis mil euros el viernes antes del juicio. Su abogado considera que esto muestra su intención de reparar el daño. Enumeró las ocasiones en que su representada trató de contactar con la afectada para pedirle perdón, sin éxito. Alegó que no tuvo intención dolosa de perjudicar a su compañera y cree que la pena que le piden es «desproporcionada».