Los turistas opinan sobre Ourense como destino: «Se come muy bien, pero hace mucho calor»

Miguel R. Villar OURENSE

OURENSE

Turistas en la Praza Maior de Ourense.
Turistas en la Praza Maior de Ourense. Alejandro Camba

La hospitalidad, el ambiente de Vinos y las altas temperaturas dejan huella en los visitantes

16 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Todavía se suele escuchar eso de que en Galicia no hace calor, que aquí solo llueve y el cielo siempre está gris… pero Ourense es la excepción que rompe el mito. En pleno verano, las altas temperaturas rivalizan con las de ciudades del sur, y aun así miles de visitantes se dejan seducir por sus termas, su gastronomía y el ambiente relajado de sus calles. La experiencia, sin embargo, viene con un consejo claro: mejor evitar las horas centrales del día. 

Para Marta, llegada desde Madrid junto a su pareja, la ciudad ha sido un respiro frente al bullicio de otros destinos más masificados. «De Ourense me gusta mucho la tranquilidad que se respira en comparación con otras ciudades turísticas», cuenta. «Eso sí, el calor es bastante agobiante durante el día, aunque ya estamos acostumbrados porque en Madrid también es un infierno. Por lo menos aquí refresca por la noche. Lo recomendaría, pero en otra época del año», concluye. 

En esta línea, desde la Oficina de Turismo de Ourense aconsejan que se visiten las termas únicamente a primera o a última hora del día, sobre todo en el caso de las públicas, por su mayor exposición directa al sol. 

Planificación durante el viaje 

No todos los que llegan a Ourense lo hacen con la ciudad como destino principal. Algunos, como Rodrigo Torres, de Santander, la descubren casi por casualidad, aprovechando otros viajes por Galicia. Y a veces, esas visitas improvisadas dejan las mejores impresiones. «Me encantaron los bares y el ambiente de vinos, toda la zona de la Ribeira Sacra y las termas. Pero salir entre la una del mediodía y las seis de la tarde es casi imposible. Pensé que sería un clima similar al de Cantabria, pero ni de lejos», admite sorprendido por la intensidad del calor.

Otros viajeros llegan con más tiempo para empaparse de la ciudad. Es el caso de Remedios y Alberto, un matrimonio de Toledo que ya lleva una semana en Ourense junto a sus dos hijas. Entre paseos, termas y comidas, dicen haberse sentido como en casa, aunque el termómetro no haya dado tregua. «Nos está gustando todo, no tenemos queja», afirma Remedios. «Quizás las altas temperaturas, aunque se soportan bien. No nos esperábamos que hiciese tanto calor, pero viniendo de Toledo estamos acostumbrados a soportar esto y más. Yo soy maestra y quiero venirme al norte sí o sí».

Un viaje al pasado 

Hay turistas que llegan a Ourense con una larga historia personal ligada a Galicia. Rocío y Antonio, un matrimonio jubilado de León, han pasado muchos veranos en Noia, pero nunca se habían detenido a conocer la ciudad más allá de una rápida parada. Esta vez, decidieron darle una oportunidad… y su impresión final se reparte entre la mesa y el clima. «Mi madre era gallega y tenía una casa en Noia. Veraneaba de pequeña allí y ahora seguimos viniendo todos los veranos. Nunca habíamos visitado Ourense, tan solo de pasada alguna vez. A mí personalmente lo que más me ha gustado ha sido la comida. Las temperaturas son un horror, ni punto de comparación con las que tenemos en Noia. Yo siempre voy a recomendar la zona de Coruña», explica entre risas. 

Por su parte, José Manuel, de Salamanca, trabajó de joven en Xinzo de Limia y desde entonces regresa siempre que puede para reencontrarse con amigos. Todavía destaca que la ciudad conserva intacto el encanto que lo atrapó hace décadas. «Lo que más me gusta de Ourense es la gente y el vino. Son cosas que siempre he echado en falta en Salamanca. Yo sí recomiendo Ourense. Hace calor, pero hay sitios mucho peores».