Más de 3.000 kilos hicieron falta para dar de comer a todos los asistentes a esta fiesta
06 ago 2023 . Actualizado a las 20:21 h.En A Arnoia lo tienen claro. Después de 44 ediciones de la Festa do Pemento, nada puede salir mal en el campo de A Queixeira, donde desde media mañana un intenso y sabroso olor a la fritura de este ingrediente lo empapa todo. Como ya es tradición, durante la celebración de la misa campestre que tiene lugar el domingo por la mañana, justo encima de la zona habilitada para comer y beber, los vecinos y productores de A Arnoia ofrecieron los productos de la tierra. El párroco bendijo no solo pimientos, también cebollas y otras hortalizas, augurando una buena temporada para el año que viene.
Más de 3.000 kilos del alimento rey se utilizaron en esta edición, que coincidió en fechas con otras fiestas, como la de la anguila de Castrelo de Miño. «Hubo muchísima gente, más incluso de la esperada. En Castrelo había actuación de la orquesta Panorama este sábado por la noche pero panorama, y del bueno, fue el que se montó aquí», bromeaba la teniente de alcalde Purificación Domínguez. «Creo que esto es consecuencia de que a la gente le gusta. No hay otro pimiento como el de A Arnoia, ni en textura, ni en sabor, ni en color, y además es muy versátil», decía. No solo se podía degustar frito. También lo había relleno de carne o de atún, en tortilla, en croquetas y hasta en helado, elaborado por un chef de Caldaria con ayuda de La Central. «Se terminaron todas las tarrinas que compramos. Al final es un atractivo que llama la atención de la mayoría», apunta Sara De Oliveira, una de las organizadoras de la fiesta, a la que se acercaron miles de personas, vecinas del pueblo y, sobre todo, de fuera.
Entre los que degustaban pimientos fritos había alemanes, suizos y mucho francés. Ana Pérez y Nieves Seara de la Churrería Lolita fueron en familia desde Ourense. «Creo que este tipo de celebraciones son muy importantes porque ayudan a poner en valor el producto de nuestra tierra que es lo más rico que hay», terminaba Nieves.